El Gobierno español prohíbe el amarillo, pero no detiene los silbidos

El surrealista intento de que las gradas del Wanda Metropolitano no se tiñeran de este color por parte de la afición del Fútbol Club Barcelona, instando a la policía a requisar la ropa amarilla, no sirvió para evitar que los silbidos volvieran a solaparse a la marcha real.

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