En noviembre de 2010, apenas un mes después de su instalación, de madrugada y sin aviso previo, el campamento de Gdeim Izik fue sitiado y desmantelado por las fuerzas policiales marroquíes utilizando para ello gases lacrimógenos y bombas incendiarias, sin dar la oportunidad de abandonarlo y procediendo a la detención de cientos de personas saharauis