He bajado a la calle y me he puesto a mirar a los ojos directamente a las personas que me cruzaba. Ceño casi fruncido. Mirada Intensa. Escrutante. He de decir que alguno me ha mirado raro. Tu no. Tu tampoco. Ni de coña. Vosotras dos tampoco. Ni vosotros. Antonio, tu no, ya lo sé. Esos tres seguro que no. Ni ese del Mercedes blanco, sin pañuelo de lunares. Esta moza de la terraza tampoco… Esto… “un cortado, por favor”. Trataba de encontrarme con una de esas poco más de 200 personas que pagarán el futuro impuesto de Sucesiones aragonés, y …