Selma y el derecho a votar

Película que se centra en la marcha en Selma hacia Montgomery liderada por Martin Luther King en 1965. Es una crónica basada en hechos reales durante la década de los 60, es decir, un biopic político-histórico-dramático que no apela a la lágrima fácil y, sin embargo, compone un magnífico retrato de la lucha para la defensa de los derechos civiles de la población negra en EEUU que se tradujo finalmente en su derecho a voto.

Fotograma de Selma.
Fotograma de Selma.
Fotograma de Selma.

Película que se centra en la marcha en Selma hacia Montgomery liderada por Martin Luther King en 1965. Es una crónica basada en hechos reales durante la década de los 60, es decir, un biopic político-histórico-dramático que no apela a la lágrima fácil y, sin embargo, compone un magnífico retrato de la lucha para la defensa de los derechos civiles de la población negra en EEUU que se tradujo finalmente en su derecho a voto.

Lo que más me gusta de Selma es que no es una lección de historia ni un biopic de esos creados para ser oscarizable con todas las fórmulas delgéneroque suele sonar a película de la hora de la siesta. Selma no subestima al espectador y se ve claramente la marca y estilo de su directora Ava DuVernay. Es interesante cómo se presenta a Luther King, humanizándolo a base de realidad, porque la verdad es aquello que agradecemos en las historias del cine, un hombre con dudas y miedos a la vez que una conciencia y mente prodigiosa y formidablemente interpretado por David Oyelowo.

Muy interesante el diseño de arte, la ambientación conseguida y un vestuario niquelado. Pero tengo que destacar especialmente la banda sonora, que luego se llevó la estatuilla a Mejor Canción Original para John Legend, llena de raíces y espiritualidad que nos sabe transportar a un escenario específico. Los diálogos políticos y las estrategias son el camino que elige esta directora para contarnos la historia de un hombre grande; sin embargo sabe introducir escenas duras y tensas cuando lo requiere la historia dándole pinceladas de color a lo que podría haber sido un bodrio político y sin embargo resulta muy interesante e intimistay, vista la actualidad del tema con los sucesos de Ferguson y Eric Garner, se convierte en una historia atemporal, pese a ser “de época”.

La directora

Ava Marie DuVernay es una directora, guionista y distribuidora nacida en EEUU y la primera afroamericana nominada a mejor película (no directora) en la historia de los Oscar gracias a Selma. En su juventud trabajó como realizadora de informativos y durante el juicio de O.J. Simpson se sintió desilusionada con la profesión y la abandonó convirtiéndose en publicista. Ava lo tiene difícil en Hollywood, solo cuatro mujeres han sido nominadas a mejor directoras en la historia de los Oscar (Lina Wermüller; Jane Campion; Sofia Coppola y Kathryn Bigelow) llevándoselo solo la última. Ava se suma a la larga lista de omisiones femeninas para mejor dirección en una lista de votantes compuesta por un 77% de hombres.

La controversia

Quizás radica en la casi desatención de esta cinta que supera a otras que fueron favoritas y de la no nominación a Oyelowo y a DuVernay. Se ha dicho que fueron decisiones “machistas y racistas” y que la Academia no está en contacto con la realidad. Sin embargo, se sostiene que fue el propio estudio –La Paramount— que descartó la cinta al obligar a su directora a acabar la película antes de lo previsto y dejándola prácticamente fuera de las votaciones y, por tanto, reduciendo la oportunidad a ser vista por los académicos. La productora se centró en ‘Interestellar’ (que tampoco dio frutos) con una estrategia bastante nefasta, ya que Selma terminó por producir pocas ganancias buscando que su estreno fuese el día de Luther King coincidiendo con el 50º aniversario de su muerte.

Otro de los ataques fueron respecto a su “distorsión histórica” según afirman los detractores. Se retrata al presidente Lyndon Johnson (interpretado por Tom Wilkinson y componiendo unas escenas magníficas juntos a Oyelowo) como un racista que cambia de parecer a último momento según sus conveniencias y no se centra en sus supuestos avances para los derechos de los ciudadanos de color del país norteamericano.

Otra de las teorías para que Selma haya recibido tan poco bombo fue que el pasado año ya ganara ‘12 años de esclavitud’ y que dos años seguidos hablar de un tema ‘similar’ sería redundante. Lo cierto es que, fuera de controversias, es una cinta muy digna y necesaria que muestra la óptica de una artista, que esperamos no deje de sorprendernos con su habilidad para contar historias, que no le teme a grandes proyectos, que representa a un sector pocas veces oído y que, además, es una superdotada. No tengáis pereza de verla porque resulta imprescindible.

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