Hoy es 23 de abril. El día que las instituciones autónomas y democráticas aragonesas eligieron para celebrar el Día de Aragón. El día seleccionado institucionalmente, como así lo recoge en su artículo 3 el Estatuto de Aragón, para celebrar la existencia de una comunidad humana, la aragonesa. Del mismo modo -respetando la voluntad popular aragonesa representada por las Cortes de Aragón- la máxima norma jurídica vigente para la comunidad humana aragonesa recoge su derecho a ejercer como nacionalidad histórica su derecho al autogobierno “haciendo realidad el progreso social, cultural y económico de los hombres y mujeres que viven y trabajan en Aragón”.
El Pueblo aragonés ha venido alternando en las últimas décadas, coincidiendo con los actos de celebración del 23 de abril, momentos de máxima expresión popular de sus reivindicaciones de autogobierno -realizando manifestaciones multitudinarias cuando ha sentido este amenazado-, con otros momentos de celebración puramente lúdica, e incluso en ocasiones con cierta apatía.
El de hoy será un 23 de abril que recogerá a buen seguro todas estas expresiones. En las calles y pueblos de Aragón encontraremos simultáneamente a quienes reivindican la independencia, quienes defienden el federalismo dentro del estado, quienes dedicarán el día al solaz, o quienes simplemente vivirán este 23 de abril como un día más de la semana. Este 23 de abril será pues de transición.
Y será de transición porque en los próximos años la celebración del 23 de abril vendrá marcada por el contexto político que afecta al día a día de la comunidad humana aragonesa. En los próximos años van a producirse en nuestro entorno varios procesos constituyentes -en Europa y en el Estado español- que obligarán a las aragonesas y aragoneses a posicionarse sobre su propio modelo de organización colectiva y sobre nuestra relación con otros Pueblos y estados.
La sociedad aragonesa, como cualquier otra, atesora suficiente conocimiento colectivo como para construir una sociedad nueva. Y será el Pueblo aragonés -la comunidad humana aragonesa- quien decida en las urnas, en las calles y con su trabajo diario qué quiere ser en el futuro y cómo debe administrarse. Y quizá decida construir un Aragón que sea un buen lugar en el mundo donde ser felices.
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Artículos del Especial #23abril -diya nacional d´Aragón- en este enlace.
