Dentro de un parque de la Ciutadella blindado y ante un Parlament rodeado de miles de personas que se concentraban ante las puertas para celebrar la Independencia, un visiblemente cansado Carles Puigdemont se ha dirigido al Pleno, valorando los resultados del referéndum celebrado el pasado 1 de octubre para, respetando la Ley de Transitoriedad, hacer pública la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), con matices.
Tanto las formas como el fondo del mensaje de Puigdemont le han enfrentado a la CUP, ya que la formación deseaba que se votara en Pleno la DUI algo que no ha sido considerado por Carles Puigdemont y pedían una declaración más contundente y menos retórica.
Puigdemont ha repasado las consecuencias políticas de los resultados del referéndum del pasado 1 de octubres. En ese sentido ha asegurado su consciencia de que no solo hablaba delante dl Pleno sino que comparecía “delante del pueblo de Catalunya”.
“El momento es tan serio como para asumir la parte de responsabilidad que nos toca”, haciendo referencia a las movilizaciones por el derecho a decidir de los pasados 1 y 3 de octubre, las movilizaciones instando al diálogo del pasado sábado, así como la movilización por la unidad de España celebrada el domingo en Barcelona, en la que confluyeron las fuerzas constitucionalistas junto a un elenco de agrupaciones de ultraderecha. Haciendo referencia al diálogo Puigdemont, ha asegurado que “la manera de avanzar no puede ser otra que la democracia y la paz”
El president también ha tenido palabras para los “violentos ataques policiales contra los ciudadanos que hacían cola en los colegios” el pasado 1 de octubre. “El objetivo era provocar el pánico generalizado y que la gente se quedara en casa y renunciara a votar”, “pero les va a salir el tiro por la culata” en referencia a la votación masiva en el referéndum que llevo a 2.262.424 catalanas y catalanes que se acercaron a votar pese a la violencia desatada por las Fuerzas de Seguridad del Estado español.
Carles Puigdemont ha recordado las ofertas de diálogo, la aprobación del Estatut de Catalunya que fue esquilmado por el Tribunal Constitucional, contra el que ha tenido duras palabras, recordando que se trata de un tribunal meramente político. Ha asegurado que las trabas impuestas políticamente y a base de sentencias “ha laminado la voluntad catalana”, generando un consenso amplísimo que ha generado una mayoría independentista en el Parlament y se ha demostrado en las votaciones del 1 de octubre.
Finalmente, Puigdemont ha asegurado que Catalunya, “con los resultados del 1 de octubre se ha ganado el derecho a ser un país independiente”, y citando la Ley de Transitoriedad ha recordado que tras el resultado del referéndum el Parlament celebrará una sesión ordinaria para declarar la que Catalunya es un “Estado independiente en forma de república”, pero sin llegar a asegurar la desconexión de Catalunya con el Estado español.
Sin embargo, Puigdemont ha pedido, como President del Govern, ha pedido que esa declaración de independencia sea suspendida temporalmente, para contribuir a una “desescalada de tensión”, y en ese sentido ha pedido responsabilidad tanto a las instituciones europeas como españolas, en un mensaje que apelaba a la mediación.
Al término del debate, los diputados de Junts pel Sí y la CUP han firmado un redactado con una declaración del Estado Catalán. Se trata de un texto en el que se declara la independencia de Catalunya, pero en el que se paraliza el proceso de desconexión del territorio con el estado español. Según algunas fuentes hace semanas que se está fraguando dentro de una parte del independentismo y viene muy mediatizado por la presión europea. El texto es una exposición de los motivos que han llevado a la sociedad catalana a rebelarse. Es, además, una declaración de independencia en toda regla como indica el siguiente extracto: “Constituimos la República catalana como un Estado independiente y soberano en derecho, democrático y social”. O como indican estas otras líneas del texto: “Iniciamos el proceso constituyente, democrático, de base ciudadana, transversal, participativo y social”.
Sin embargo, también es una invitación al diálogo con el reino de España como dejan claro estas disposiciones del documento: “Afirmamos la voluntad de abrir negociaciones con el estado español, sin condicionantes previos, que tienen como objetivo establecer un régimen de colaboración en beneficio de las dos partes. Las negociaciones deberán ser, necesariamente, en pie de igualdad.”
Además, es un ruego a la comunidad internacional para que intervenga en el proceso de negociación que pide el govern de la Generalitat. “Ponemos en conocimiento de la comunidad internacional y las autoridades de la Unión”, afirma el texto. E insta a esas organizaciones supranacionales a intervenir para “detener la violación de derechos civiles y políticos en curso, y a hacer el seguimiento del proceso negociador con el estado español y a ser testimonio del mismo”.
Se trata de una declaración demasiado lejos de cualquier idea de negociación del Partido Popular e insuficiente para parte del independentismo. Es por ello por lo que algunas voces dentro del movimiento de autodeterminación como la ANC y Òmnium ya han pedido al President de la Generalitat que determine cuando tendrá fin la posibilidad de diálogo que se pide en la declaración. Es decir, si Europa y el estado español no recogen el guante de diálogo con el Estado catalán, cuando tardará Puigdemont en aplicar la ley de transitoriedad.