PSOE: trasvases no y trasvases sí

La política hidráulica ha entrado en precampaña electoral y ya tenemos dos partidos a favor de la trasferencia de agua entre cuencas, PP y Ciudadanos, pero ¿qué opina realmente el PSOE?

Javier Lambán jura el cargo de Presidente de Aragón ante la atenta mirada de Pedro Sánchez.

El candidato socialista Pedro Sánchez ha pasado en menos de un mes del tajante “estamos en contra de los trasvases” a un compromiso a mantener las transacciones de agua de Castilla-La Mancha al Levante, mediante el trasvase Tajo-Segura.

Es lo que tiene aprovechar cada foro de encuentro para regalar los oídos de los y las oyentes del momento, sin pensar en lo que se piensa en otros territorios al respecto. Y claro, no son lo mismo las militantes oscenses, que las albaceteñas, o las murcianas.

Hace poco menos de un mes, el 8 de abril, el Secretario General del PSOE acudía al Altoaragón a celebrar el Día de la Rosa, una cita que reúne a toda la militancia socialista oscense. En una entrevista ofrecida a una cabecera aragonesa no dudó en asegurar su postura en contra de los trasvases.

Días después, quizá todavía influenciado por su reciente visita a Aragón, Sánchez volvía a afirmar lo mismo en su cuenta de Twitter, replicando un artículo de la presidenta de su partido, Cristina Narbona, quien fuera Ministra de Medio Ambiente en la era Zapatero, que abogaba por un plan de "transición hidráulica, que contemplaba medidas como la implementación de desaladoras y la reutilización para mejorar la situación de la cuenca del Segura.

Ambas afirmaciones soliviantaron a los regantes de esa cuenca, ya encendidos por la puntual crecida del Ebro, momento que jamás desaprovechan para reclamar un trasvase. Sánchez viajó hace una semana a Albacete y allí, ante un público volcado afirmó que es necesario “un pacto por el agua”, que tenga como objetivo “el fin de los trasvases y la puesta en marcha de desaladoras en el Levante”. Hasta aquí todo normal en el argumentario.

Pero Albacete está a un pasito de Murcia, había que visitarla, y sus últimas declaraciones en torno a política hidráulica no habían sentado bien. En Molina de Segura el Secretario General del PSOE cambió el tono, pero también el argumentario. Del no rotundo a los trasvases pasó a la defensa del Tajo-Segura. "No puede haber una planificación sólo con el trasvase, pero sin el trasvase tampoco”, afirmó, para después lanzar una promesa de esas de precampaña electoral. De las que se lleva el viento o arrastra el agua del río. En el caso de que llegue a la presidencia del Gobierno Central "a Murcia no le va a faltar agua", espetó.

Vamos que siguiendo los pasos de Fernando Martínez Maillo, Coordinador General del Partido Popular, Pedro Sánchez protege el trasvase del Tajo-Segura en tierras murcianas. Al menos, al líder socialista todavía no se le ha ocurrido nombrar el trasvase desde el Ebro.

La campaña electoral se va a hacer muy larga en cuestiones hidráulicas. Ciudadanos dio el pistoletazo de salida con su apoyo a las trasferencias entre cuencas, cosa que ha sido aprovechada por los populares para relanzar su política en favor de los trasvases, a sabiendas de que tanto Ciudadanos como PP pescan en el mismo caladero de votos del Levante.

Más curiosas resultan las palabras de Pedro Sánchez, que un día dice estar en contra y otro a favor. El líder socialista está jugando a un juego peligroso, el asegurar en cada plaza lo que el oyente quiere oír. Y no es de extrañar.

El propio presidente de Castilla La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha recordado a Pedro Sánchez que los ciudadanos castigan "la incoherencia, la contradicción y el zigzagueo".

Aragón es otra plaza fuerte del PSOE y el trasvase innombrable. Pero también lo es Andalucía, y hace apenas unos días, el también socialista Consejero de Agricultura andaluz, Rodrigo Sánchez Haro, defendió los trasvases sin tapujos. “Yo voy a defender a los agricultores andaluces, es una cuestión de necesidad. Para nosotros los trasvases son clave”, afirmó.

Ante este panorama, a lo mejor Sánchez no es que buscara votos en el Levante, sino unas declaraciones que tratasen de contentar a la totalidad de sus votantes. Algo imposible, pues es evidente que los intereses de Castilla La Mancha en este sentido difieren mucho de los de Almería. Y que los intereses aragoneses y de las terras de l’Ebre catalanas difieren de los del Levante.

Desde luego, la filtración a la prensa de un informe interno del Partido Popular, en el que se habla de la activación de la política de “transferencias” de agua “entre  las distintas demarcaciones hidrográficas” debe hacer saltar las alarmas en Aragón. Ya tenemos dos partidos que las apoyan incondicionalmente, PP y Ciudadanos, y uno que tiene dudas al respecto o que trata de contentar a sus votantes allí donde se encuentre, el PSOE.

Mientras, Chunta Aragonesista ha anunciado que preguntará en la Cámara Alta, a través de Carles Mulet, senador por Compromís, si tiene previsto el Gobierno impulsar la política de trasvases entre  cuencas y si esta política incluye al Ebro. Harían bien los aragonesistas en mirar a sus compañeros en el Gobierno de Aragón, especialmente a Javier Lambán, y preguntarle sin intermediarios qué opina de las contradictorias declaraciones sobre los trasvases de Pedro Sánchez, no vaya a ser que nos llevemos una sorpresa.

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