Primer aniversario del Centro Social Okupado “Kike Mur”

La cárcel de Torrero ha cumplido un año desde su reapertura para el uso popular. Posiblemente sea pronto para pensar que es un proyecto estable, pues la amenaza de desalojo es día a día su fiel acompañante. Sin embargo, es indiscutible que en este corto período tiempo han recorrido importantes pasos. Y es que, desde la okupación del CSO Rasmia en el 2006, las diferentes okupaciones de la ciudad no habían conseguido traspasar la barrera de los 12 meses. Ahora mismo el “Kike Mur” es un proyecto referente en Torrero, implicado en su tejido asociativo y uno de los espacios …

La cárcel de Torrero ha cumplido un año desde su reapertura para el uso popular. Posiblemente sea pronto para pensar que es un proyecto estable, pues la amenaza de desalojo es día a día su fiel acompañante. Sin embargo, es indiscutible que en este corto período tiempo han recorrido importantes pasos. Y es que, desde la okupación del CSO Rasmia en el 2006, las diferentes okupaciones de la ciudad no habían conseguido traspasar la barrera de los 12 meses. Ahora mismo el “Kike Mur” es un proyecto referente en Torrero, implicado en su tejido asociativo y uno de los espacios más dinámicos y combativos de la ciudad. Y es que un año se dice rápido, pero la corta historia de la okupa maña cuenta con muchos renglones escritos.

Nos remontamos a la madrugada del 18 de octubre de 2010, cuando la Policía Nacional materializó el desalojo del CSO La Vieja Escuela. La actuación policial no estuvo exenta de amenazas y violencia. Una pareja de vecinas llegó a ser encañonada en el portal de su casa. El antiguo colegio L'Estonac, como se conocía al centro social en Torrero, debía albergar tres días después el Hackmeeting 2010. A pesar de ello, la organización del evento sobre cultura libre y activismo en la red siguió en pie.

Tras el desalojo, las cargas policiales y las denuncias llegó la solidaridad. Vecinas, asociaciones, colectivos anticapitalistas, familias y amigas se unieron a la protesta. La rabia compartida y el apoyo recibido dieron nuevas alas a los defensores de la okupación.

En ese difícil momento muchas miradas se cruzaron en un mismo punto. Seguramente muchos pensaban que sería imposible tomar ese espacio, sede de la tortura y el asesinato institucional durante más de 60 años. Sin embargo, la okupación de la cárcel de Torrero se hizo realidad y supuso un nuevo empuje para el colectivo. También lo era para las diferentes asociaciones vecinales que vieron como, de la mano de la acción directa, se cumplía una de sus reivindicaciones: la gestión popular del edificio. El nuevo nombre de la Prisión Provincial de Zaragoza estaba cargado de simbolismo. Kike Mur representaba el movimiento de insumisión y a todas las que perdieron la vida dentro de la cárcel, tanto en democracia como durante los regímenes anteriores.

A partir de entonces empezó el trabajo de limpieza y rehabilitación, con la colaboración de las participantes del encuentro hacker, primer evento del nuevo centro social. La creación de nuevos espacios y proyectos dentro del edificio continuó. Muestra de ello son la cafetería, la tienda gratis, la peluquería... La gestión del espacio y su conversión en un punto de encuentro antagonista requirió un duro trabajo y un proceso lleno de dificultades. Posiblemente la mayor de ellas llegó el 20 de enero, cuando el proyecto tuvo que afrontar otro desalojo. Lo hizo como mejor sabe: resistiendo en el tejado, visibilizando la situación y poniendo en marcha la redes de solidaridad que ha tejido con sus vecinas y amigas.

Gracias a ellas el espacio se pudo recuperar dos días después en una masiva manifestación que terminó con la expulsión de tres dotaciones policiales de la plaza de la Memoria Histórica. En ese momento muchas cosas cambiaron, sobre todo para las que allí se encontraban. La policía se marchó incapaz de evitar lo inevitable. La gente demostró que estaba dispuesta a perder el miedo y a enfrentarse por un proyecto en el que creía. Las puertas del Centro Social se volvían a abrir para la cultura, el ocio y la lucha.

Los meses han ido pasando y el “Kike Mur” sigue creciendo. Encontramos nuevas actividades y espacios: las clases de guitarra, la radio libre, el gimnasio... Ojalá el proyecto continúe y podáis encontrar allí otro espacio más donde revolucionar vuestras conciencias.

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies