Palestinos protestan contra la anexión israelí del valle del Jordán “reviviendo” el poblado de Ein Hijleh

DIAGONAL | P.F. | La noche del 4 de febrero, el ejército israelí entró en el poblado de Ein Hijleh, donde varios centenares de personas llevan a cabo una ocupación pacífica para reivindicar el origen palestino de esta zona del Valle del Jordán. Ramalah (Palestina).- Más de 300 activistas palestinos han reocupado desde el viernes la aldea de Ein Hijleh, situada en la estratégica área del Valle del Jordán (ilegalmente ocupado por Israel desde 1967) en protesta contra la anexión de tierras y la constante "judeización" de la zona por parte del Estado hebreo. "Nosotros, las hijas e hijos de …

Poblado de Ein Hijleh. Foto: P.F.
Poblado de Ein Hijleh. Foto: P.F.

DIAGONAL | P.F. | La noche del 4 de febrero, el ejército israelí entró en el poblado de Ein Hijleh, donde varios centenares de personas llevan a cabo una ocupación pacífica para reivindicar el origen palestino de esta zona del Valle del Jordán.

Ramalah (Palestina).- Más de 300 activistas palestinos han reocupado desde el viernes la aldea de Ein Hijleh, situada en la estratégica área del Valle del Jordán (ilegalmente ocupado por Israel desde 1967) en protesta contra la anexión de tierras y la constante "judeización" de la zona por parte del Estado hebreo. "Nosotros, las hijas e hijos de Palestina, anunciamos hoy el renacimiento del pueblo de Ein Hijleh”. Así proclamaban los activistas convocados por los Comités de Resistencia Popular --organización que engloba varios movimientos de lucha noviolenta contra la ocupación israelí-- la toma de la aldea situada a orillas del río Jordán.

La acción se enmarca dentro de la campaña “Melh A-lArd” (la sal de la tierra), que debe su nombre al capítulo del Evangelio donde se identifica a los habitantes del valle del Jordán como “la sal de esa tierra”. Cargados con víveres, materiales de construcción y un generador eléctrico, los participantes entraron en el antiguo poblado de origen cananeo (en la actualidad propiedad de la iglesia ortodoxa) y dieron comienzo a la rehabilitación y reconstrucción de la aldea.

Mahmoud Zhaware, miembro de los Comités de Resistencia Popular explica que el objetivo de la acción a corto plazo es “denunciar la anexión de territorio y la judeización del valle del Jordán por parte de Israel, y reivindicar el origen árabe de estas tierras”. También sostiene que “se pretende utilizar el espacio como lugar de confluencia para reforzar las redes entre la sociedad palestina y fortalecer así la resistencia popular”. Desde la noche del viernes, los activistas han estado sometidos a un continuo sitio por parte del ejército israelí, que rodea el poblado y controla los accesos dificultando la entrada de agua y alimentos al lugar. Ayer 4 de febrero, cuando se cumplió el quinto día de protesta, el ejército entró en la aldea disparando gas lacrimógeno y incluso fuego real hiriendo a dos de los activistas.

A pesar de todo, a día de hoy, Ein Hijleh sigue “reocupado” y se están llevando a cabo actividades tanto culturales y políticas como de rehabilitación y acondicionamiento del espacio, ya que la intención, según los organizadores, es quedarse.

Campamentos como forma de protesta y visibilización

La acción de Ein Hijleh sigue la estrategia de Bab el Shams y Ahfad Yunis, dos campamentos similares levantados un año atrás por activistas palestinos en la llamada zona E1, una porción de tierra estratégica en el este de Jerusalén, donde el estado israelí planea construir asentamientos ilegales que dividirían Cisjordania en dos y imposibilitarían así la creación de un estado palestino.

Al igual que en los dos campamentos anteriores, en esta ocasión la elección del lugar tampoco ha sido arbitraria. Ein Hijleh está situado en el Área C de Cisjordania, lo cual significa que está bajo control total civil y militar israelí. Precisamente, uno de los temas que se encuentra sobre la mesa de negociaciones entre israelíes y palestinos, es la futura presencia israelí en el Área C del valle del Jordán. Según los organizadores, el emplazamiento de la acción fue elegido “para denunciar el plan del secretario de estado estadounidense, John Kerry, que pretende establecer un estado palestino desfigurado y posibilitar la permanencia militar israelí en el valle del Jordán".

El valle del Jordán, expoliado y ocupado

Lo que empezó en 1968 con la construcción de tres asentamientos y unos centenares de colonos, se materializa a día de hoy en 39 asentamientos que salpican la geografia del valle del Jordán, con más de 10.000 colonos que los habitan.

La férrea ocupación militar que impone Israel dificulta enormemente la vida diaria de la población palestina originaria. El valle del Jordán posee una de las mayores reservas de agua subterránea de la zona. La explotación de dichos acuíferos por parte del Estado hebreo reduce la cantidad de agua de la que pueden disponer los residentes palestinos. Así, según la organización israelí B’tselem, los colonos reciben un volumen de agua mucho mayor que la cantidad con la que sus vecinos palestinos deben conformarse. Mientras que en los asentamientos el promedio de consumo de agua es de 450 litros por persona al día, para los palestinos de la misma región, el consumo medio es de 60 litros por persona y día.

Otro de los dramas diarios a los que se enfrenta la población palestina del valle del Jordán es la sistemática demolición de casas por parte de el gobierno israelí. Desde enero del 2006 hasta abril del 2013 la administración civil israelí demolió, al menos, 315 unidades residenciales palestinas, dejando sin hogar a más de 1.577 palestinos, siempre con datos de B’tselem.

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BDS a las empresas israelíes

El movimiento de Boicot Desinversiones y Sanciones (que aboga por aplicar dichas medidas coercitivas a Israel hasta que cumpla con el Derecho Internacional y el respeto por los Derechos Humanos) tiene, en las empresas israelíes que se encuentran establecidas en el valle del Jordán, uno de sus flancos de lucha principales. Compañías como Mehadrin (el mayor exportador israelí de frutas y vegetales) o Ahava, (empresa de cosmética que utiliza minerales del Mar Muerto) se encuentran en el punto de mira de la campaña de BDS, debido a que realizan su actividad productiva en los Territorios Ocupados Palestinos, incumpliendo así la legalidad internacional.

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