Este próximo sábado 21 de enero tendrán lugar acciones y movilizaciones descentralizadas en toda Europa para mostrar el rechazo de “una gran parte de la ciudadanía” al Tratado Económico y Comercial entre la Unión Europea y Canadá, (CETA por sus siglas en inglés), también conocido como el ‘TTIP canadiense’ por sus similitudes con ese acuerdo. Éste se encuentra en la fase final del proceso de ratificación, después de que la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales (EMPL) aprobase su opinión sobre el Acuerdo en la que recomienda al Parlamento Europeo rechazar el mismo.
De este modo, el pasado viernes llegó el turno de la Comisión de Medio Ambiente (ENVI), cuyos miembros han recomendado su consentimiento, y el próximo 24 de enero el CETA será votado en la Comisión de Comercio Internacional (INTA) del Parlamento Europeo. Esto sucederá días antes de la votación definitiva del Parlamento en Estrasburgo, previsiblemente el 14 de febrero.
Cabe señalar, que el CETA estuvo a punto de quedar bloqueado en el Consejo Europeo por la negativa del Parlamento de la región belga de Valonia a dar el visto bueno a su aprobación, pero finalmente las numerosas presiones internacionales forzaron a los belgas a aceptar el tratado.
En caso de ser ratificado, amplias secciones del tratado comenzarían a aplicarse provisionalmente de forma previa a la ratificación final, por parte de los distintos parlamentos de los 28 miembros de la UE. El CETA ha sido cuestionado por amplios sectores de la sociedad civil, tanto en la Unión Europea como en Canadá por no ofrecer garantías respecto a la protección del medio ambiente y los derechos fundamentales de las personas.
"El movimiento europeo contra los acuerdos comerciales como TTIP y CETA ha conseguido poner contra las cuerdas las negociaciones comerciales de la UE”, ha declarado Luis Rico, uno de los portavoces de la campaña.
"La sociedad se está rebelando contra el contenido de estos acuerdos, que están pensados únicamente para incrementar el flujo de inversiones, el comercio y el poder de las grandes empresas. Proponemos un modelo comercial que evite los efectos negativos de la globalización. Por eso el sábado volveremos a salir a la calle para decir que las personas y el planeta están antes que las multinacionales”, ha concluido Rico.
Entre otros muchos de los perjuicios que provocaría la aprobación del CETA, se encuentra la autorización a miles de corporaciones a demandar a los gobiernos por adoptar medidas legítimas y no discriminatorias, para la protección de la población y del planeta a través de un sistema de resolución de conflictos inversor-estado (ICS) de acceso exclusivo a los inversores extranjeros.
Un auténtico sistema legal paralelo al que las corporaciones pueden acudir para defender sus derechos eludiendo los tribunales existentes, y al que ni las organizaciones de la sociedad civil ni las empresas estatales tienen acceso.
Además, un estudio independiente de los impactos económicos del CETA predice que se perderán puestos de trabajo tanto en la Unión Europea como en Canadá, y que los pequeños beneficios del tratado serán fundamentalmente para los dueños del capital, con el consiguiente aumento de la desigualdad.
Por otro lado, en ambos lados del Atlántico, el CETA expondría a los agricultores a una presiones competitivas que minarían su modo de vida, obstruiría las políticas de compra pública de alimentos locales, y amenazaría los estándares de producción y procesamiento de alimentos, haciendo imposible el desarrollo de una agricultura sostenible.
Asimismo, las medidas de precaución para proteger a los y las consumidoras, a la salud pública y al medio ambiente pueden ser puestas en cuestión por el CETA, ya que ni en el texto ni en las declaraciones anexas se protege explícitamente el del principio de precaución en la política regulatoria europea.
Por estos motivos, la campaña No al TTIP ha estado manteniendo numerosos contactos con europarlamentarias y europarlamentarios, y ha celebrado reuniones con representantes de algunas fuerzas políticas en el Parlamento Europeo.
La campaña ha constatado la profunda división interna que existe en los grupos socialdemócrata (S&D) y demócrata-liberal (ALDE), donde diversos europarlamentarios han votado en contra de este tipo de acuerdos y han expuesto sus preocupaciones ante los graves peligros que implica la aplicación de este tratado en aspectos como el empleo, el sector agrícola, el principio de precaución, los servicios públicos o la futura cooperación reguladora.
“Mostramos nuestro rotundo rechazo a este acuerdo comercial, y conminamos al Parlamento Europeo, al Parlamento canadiense y a los parlamentos nacionales, provinciales y regionales, que tienen voz y voto en el proceso de ratificación, a defender los derechos y los intereses de las poblaciones que representan contra las amenazas que implica el CETA, votando en contra de la ratificación del tratado”, aseguran desde la organización.
“Los intereses comerciales no pueden estar por encima de la democracia, los derechos de las personas y del planeta. Por eso decimos: ¡No al CETA! !No al TTIP!”, concluyen.
Actos en Zaragoza y en Samianigo
Un día antes de las movilizaciones, es decir el viernes 20, tendrá lugar una charla informativa a las 19.00 horas en el Centro Cívico de Torrero de Zaragoza, bajo el título ‘¿Cómo te afectaría el CETA?’. En el acto intervendrán Gema Serón, miembro de ATTAC en Aragón, Román Sierra, diputado en las Cortes de Podemos Aragón, y Javier Sánchez, de UAGA-COAG y Vía Campesina.
Ya el sábado 21, se ha convocado una manifestación de protesta contra el CETA en Zaragoza con salida a las 19.00 horas desde Plaza Aragón (a la altura de Capitanía), y cuyo recorrido transcurrirá por Paseo Independencia, Plaza de España, calle Coso, y calle Alfonso, para terminar en la Plaza del Pilar, frente a Delegación del Gobierno.
Al mismo tiempo, Samianigo tampoco se ha querido perder esta jornada de movilizaciones contra el CETA y ha organizado una concentración a las 19.00 horas en Plaza de España, junto al Ayuntamiento de la localidad.
Encuentro estatal para frenar la ratificación del CETA
Durante el pasado sábado 14 y domingo 15, la campaña estatal #NoalTTIP –compuesta por cerca de 350 organizaciones políticas, sindicales y sociales, entre las que se cuenta Ecologistas en Acción– mantuvieron una reunión presencial en Madrid con asistencia de varios nodos territoriales.
El objetivo consistió en el análisis de la situación actual del proceso de ratificación del acuerdo comercial con Canadá (CETA), así como los procesos de negociación aún abiertos del acuerdo con EEUU (TTIP) y del Acuerdo de Comercio de Servicios (TiSA). Asimismo se trataron de establecer las estrategias oportunas para enfrentar los posibles escenarios que se abran con la eventual puesta en marcha de estos acuerdos en el corto y medio plazo.
Durante el encuentro también se analizaron las recomendaciones de las Comisiones de Empleo (EMPL) y de Medio Ambiente (ENVI) del Parlamento Europeo, contraria y a favor del llamado 'TTIP Canadiense' respectivamente. A la espera de la votación decisiva de la Comisión de Comercio Internacional (INTA) del próximo martes 24 de enero –antesala de la votación del plenario del Parlamento que tendrá lugar previsiblemente a mediados de febrero-, se analizaron todos los escenarios posibles que se deriven del resultado de esta votación y, al mismo tiempo, se idearon las estrategias correspondientes a cada uno de ellos.
Mención especial tuvo la puesta a punto, coordinación e información de todas las movilizaciones convocadas en el conjunto del Estado español el próximo sábado día 21, atendiendo al llamamiento realizado por varias campañas europeas.
En cuanto al TTIP y al TiSA, se estudió la situación actual de las negociaciones, los nuevos actores políticos implicados y las repercusiones que puedan tener sobre aquellas. En previsión de los posibles relanzamientos de estas negociaciones se plantearon las estrategias a seguir.
Tampoco se dejó de lado el análisis de los últimos movimientos de la OMC, la Comisión Europea y otras instituciones en relación con la nueva ofensiva de la agenda de libre comercio e inversiones. El objetivo: generar alternativas a los planes de expansión y de dominio de los grandes entramados empresariales y financieros representados por la economía neoliberal.
