No seremos testigos mudos de una injusticia

Se oyen golpes. De nuevo el asedio y la injusticia llaman a las puertas de Artieda. Los representantes de la Confederación Hidrográfica del Ebro han llegado a nuestro pueblo para presentar las actas de expropiación de nueve hectáreas del pueblo. Unas actas de expropiación, regidas por una ley franquista, que si se firmaran pondrían fin a unas tierras de cultivo que almacenan la historia de las familias que durante siglos han vivido de ellas. Se acabaría así el pasado de un pueblo de agricultores y ganaderos que siempre ha intentado construir su futuro de la forma más digna posible. Pero …

Se oyen golpes. De nuevo el asedio y la injusticia llaman a las puertas de Artieda. Los representantes de la Confederación Hidrográfica del Ebro han llegado a nuestro pueblo para presentar las actas de expropiación de nueve hectáreas del pueblo. Unas actas de expropiación, regidas por una ley franquista, que si se firmaran pondrían fin a unas tierras de cultivo que almacenan la historia de las familias que durante siglos han vivido de ellas. Se acabaría así el pasado de un pueblo de agricultores y ganaderos que siempre ha intentado construir su futuro de la forma más digna posible.

Pero la puerta hoy también estaba cerrada. Saben que pueden volver cuando quieran porque siempre estaremos allí, en nuestro pueblo, esperándoles. Artieda no se vende, sus gentes estamos convencidas, y por eso seguiremos gritando todo lo alto que podamos y cuantas veces sea necesario YESA NO.

En el día de ayer, cuando los miembros de la confederación llegaron a Artieda, se respiraba en el ambiente que era un día diferente. La rutina del pequeño pueblo de montaña se había roto por una amenaza que no es más que otro ejemplo del asedio que durante décadas ha vivido este pueblo. Era un día lluvioso, como si el entorno fuera consciente del atentado que se estaba cometiendo contra él. Y allí estábamos todos. El pueblo de Artieda al completo. Niños, jóvenes, adultos y ancianos compartiendo una misma lucha: la oposición al recrecimiento de Yesa. Seguimos a los miembros de la CHE por todos los campos, abucheando a esos que nos quieren echar de casa y haciendo muestra así, una vez más, de nuestro convencimiento por vivir en Artieda. Solo reivindicamos el derecho a vivir en nuestros pueblos, a que no destruyan nuestro entorno y nuestro medio de vida. El derecho a que no se atente contra el Camino de Santiago y a que los recursos públicos se utilicen con coherencia. El derecho a que no se juegue con la vida de las personas y el derecho a que no nos arruinen la vida.

Estamos convencidos de que la lucha ha valido la pena y de que todavía queda mucho por hacer y mucho por lo que luchar. La resistencia siempre ha caracterizado a este pueblo, y nos negamos a ser testigos mudos de esta injusticia. Queremos seguir viviendo en Artieda.

Chobenalla de Artieda

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