No es juego de tronos, es el sistema

Adolfo Barrena.

Hay gente empeñada en considerar que el drama que está viviendo el PSOE es una cosa relacionada con la lucha por el poder. Claro que el “poder” en el partido es lo que se dirime en la pelea. Pero no es por una confrontación de ideas, no es por dar aires nuevos al partido, no es por la renovación de la dirección.

No, no es por nada de eso. Felipe González, y los barones regionales críticos con Pedro Sánchez, lo han dejado muy claro. La pelea que desangra al PSOE es por si se permite gobernar a Rajoy, posición defendida por “Isidoro”,  Susana Díaz, Javier Lambán, García Page y demás, o si se intenta un gobierno alternativo, posición defendida por Pedro Sánchez.

Ese es el verdadero motivo de la pelea. El objetivo de quienes pretenden la caída de Pedro Sánchez es, ni más ni menos, que salvar al régimen aunque lo disfracen de “defensa del interés general y de la gobernabilidad de España”.

¿Quieren decirme que piensan en el interés general quienes defienden que este país siga gobernado por el PP?

El mantenimiento de Mariano Rajoy y del PP en el Gobierno supone dar por buena la situación de emergencia social y ciudadana a la que han llevado a la gente con sus políticas neoliberales, supone mirar para otro lado ante un partido lleno de corruptos y corruptas, de un partido que está sentado en el banquillo por borrar los discos duros y dificultar la investigación sobre su financiación ilegal, supone ponerse de perfil ante tramas y corruptelas.

El permitir que gobierne la derecha es acabar con la oportunidad, pequeña y difícil, es cierto, pero oportunidad de acabar con el bipartidismo y abrir una nueva etapa en la que el diálogo y la negociación acaben con la imposición de las mayorías absolutas.

El permitir que gobierne la derecha, sea por acción o por omisión, es dejar que sigan las políticas que atacan a la clase trabajadora, las que aplastan los servicios públicos, las que machacan derechos y libertades, las que anteponen los intereses de la oligarquía a los de la ciudadanía.

Asegurar la continuidad del PP es asegurar las puertas giratorias que hacen que sea el IBEX 35 quien gobierna y tome decisiones.

Es la prueba evidente, y por eso hay una cruzada informativa y mediática a favor de que haya gobierno, aunque sea Rajoy. El Ibex 35, el poder económico, los poderes fácticos en definitiva, necesitan que haya gobierno y que sea un gobierno respetuoso con el sistema. Una pena que se confirme que la parte mayoritaria de quienes dirigen el PSOE sean parte del tinglado, pero esta es la realidad.

No es Juego de Tronos lo que vive el PSOE, ni lo que vive el régimen y sistema que nos gobierna. Juego de Tronos, aunque esté presente la lucha por el Trono de Hierro de clanes y familias, aunque esté la lucha por el poder y el control, es una fantasía. Más bien es House of Cards lo que viven y, de paso, nos hacen vivir. Esta serie nos cuenta, con crudeza, la historia de un arribista, de alguien que, sin escrúpulos, llega al poder y es capaz de todo por mantener el sistema que le mantiene. En House of Cards vemos igualmente que hay intereses personales, vemos como los amigos dejan de serlo y se convierten en encarnizados enemigos y House of Cards retrata, también, a la prensa y demuestra la complicidad con el sistema retratando a “periodistas” que son iguales que los políticos a los que critican.

Ha bastado que Pedro Sánchez hiciera una declaración en el sentido de intentar un gobierno alternativo a Rajoy para que se pusiera en marcha la operación de acoso y derribo.

Operación que, junto a Felipe González, encabeza Susana Díaz conocida por el “desalojo” que hizo de IU en el Gobierno Andaluz para aliarse con Ciudadanos.

Hay argumentos que dan los críticos que no se sostienen. No se puede pactar con Podemos dice gente que, como Lambán o González-Page, gobiernan en Aragón y Castilla La Mancha gracias a pactos en los que está Podemos. No podemos hacer el ridículo yendo a unas terceras elecciones dicen quienes están dispuestos a facilitar que sigamos siendo el hazmerreir de Europa y parte del mundo por mantener a un partido corrupto en el poder.

Lo cierto es que el PSOE, una vez que la ciudadanía rompe con su voto la posibilidad del bipartidismo alternante, tiene que decidir su política de alianzas y, claro, aquí surge el dilema. Optar por acuerdos con la derecha que representan PP y Ciudadanos o hacerlos con la izquierda que representamos Izquierda Unida, Podemos y las confluencias.

El dilema no resuelto les ha llevado al trilema imposible que decían: Seremos oposición, no permitiremos que Gobierne Rajoy, no puede haber otras elecciones.

Parece que la “guerra” en el PSOE quiere resolverse con el cierre de filas a favor del régimen y del sistema. Parece que el IBEX 35 se va a salir con la suya. Parece que van a volver a imponerse quienes no le dan importancia a que siga un gobierno corrupto. Lo triste, patético y lamentable es que estas posiciones las defiendan “prestigiosas” figuras del socialismo. Las bases socialistas no se merecen lo que están pasando.

Nos queda seguir construyendo la alternativa al sistema y eso puede hacerse reforzando la izquierda, en su conjunto.  Hace falta organización, movilización social y lucha unitaria. Todos y todas hacemos falta. El sistema se defiende pero puede ser derrotado. Así lo demuestran los proyectos municipalistas de los ayuntamientos del cambio.

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