No es eso, Sr. Rivarés

Esta mañana he tenido ocasión de escuchar una cuña de radio promovida por el Ayuntamiento de Zaragoza como campaña en favor del comercio local. Como colofón a la cuña la locutora dice: “devanta o vico, compra en o comercio local”, frase en aragonés que recalca el lema de la campaña. En primer lugar, darle las gracias por este nuevo guiño a nuestra lengua, en segundo lugar, rogarle que pase de los guiños a las políticas. A lo largo de este año en que ocupa su cargo hemos visto con agrado cómo se hacía servir el aragonés en algunos aspectos municipales, su propia voz, carteles, el twitter de las fiestas del Pilar o ahora con las cuñas de radio. Qué duda cabe que todo contribuye a la difusión de nuestra lengua, pero no conduce a lo nuclear y necesario: hacer ver a los ciudadanos que esa lengua es patrimonio suyo y dignificarla. Lo cierto es que lo mejor que se ha hecho en este año ha sido la convocatoria de los premios Exducere, del Servicio de Educación, cuya documentación, participación y presentación se hizo para las tres lenguas aragonesas, a saber, castellano, aragonés y catalán. Área, la de educación, ajena a sus competencias pero que supo entender que los gestos están muy bien, pero los hechos son mejor. Desde su responsabilidad solo hemos recibido lo primero, lo que popularmente diríamos ponerse la “chapeta”, pero sin nada detrás.

Sr. Rivarés, si de verdad se tiene una voluntad de dignificar nuestras lenguas el camino es otro. El camino es ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de acercarse, conocer y, si lo desean, aprender las lenguas aragonesas. Y ¿cómo?, pues de la forma adecuada, con la creación de una escuela municipal de idiomas, no tendentes a titulación oficial, como el exitoso caso de la escuela municipal de música y danza. Pero ni siquiera pretender una escuela exclusiva de aragonés, sino que camine hacia esas grandes palabras, que después quedan en el limbo, de la interculturalidad y de la apuesta de Zaragoza por ciudad educadora, solidaria y de convivencia. Una escuela en la que junto a la presencia de las lenguas aragonesas, aragonés y catalán, se encuentre la posibilidad de castellano para extranjeros, de rumano y otras lenguas de los nuevos zaragozanos, sobre todo con la vista puesta en que estos nuevos aragoneses o ya hijos de ellos, puedan evitar la aculturación y puedan aprender a formarse en una lengua que hablan en casa pero que no tienen medio de desarrollar de forma integral.

¿Es ambicioso? Desde luego, ¿costará dinero? Por supuesto, ¿merece la pena?... Esta respuesta la dejo a su reflexión y a la de su gobierno.

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