Aunque continuamos en medio de una vorágine informativa en lo que a Catalunya se refiere, probablemente -y con el 21 de diciembre todavía lejos- el mes de octubre será recordado como el tiempo de la tensión.
En una resumida cronología de los acontecimientos, vemos que el 1 de octubre se produjo el referéndum, el 10 de octubre se declaró la independencia para suspenderse acto seguido, y el 27 se ratificó el texto que luego la presidenta de la Mesa del Parlament, Carme Forcadell, consideró en sede judicial como una declaración unilateral de independencia simbólica.
Mucho se ha criticado a las fuerzas independentistas por su ambigüedad con respecto a la DUI. Desde ciertos sectores de la política española se ha hecho mofa del carácter ambivalente de la ruptura de Catalunya con el Estado español. Incluso ha habido cierta decepción dentro del independentismo con las y los líderes políticos por no ser firmes en su autodeterminismo. En la misma línea, muchas voces han considerado que la Generalitat no estaba preparada para asumir una independencia real.
El día 17 de noviembre Marta Rovira aportaba una posible explicación a la llamada “desesclada” del conflicto entre el Govern y el Gobierno de Mariano Rajoy. En una entrevista para la radio catalana RAC1, la diputada de ERC afirmaba que "desde el ejecutivo central nos decían que habría sangre y que debíamos detenernos, que estaban preparadísimos y que esta vez no serían pelotas de goma como el 1 de octubre, sino que la cosa sería claramente contundente”. Cuando el entrevistador le preguntaba si el Gobierno de Rajoy llegó a amenazar con muertes en la calle, Rovira ha dejado claro que diversas fuentes que manejaba el Govern así lo confirmaban.
“Lo que el Govern no estaba dispuesto a aceptar era un escenario de violencia extrema con muertes en la calle, tal y como nos llegaba de algunas fuentes, que nos alertaban de que habría sangre y que ya no sería pelotas de goma”, señalaba Rovira.
La política de ERC afirmaba que tanto Puigdemont como Oriol Junqueras estaban al tanto durante todo el mes de octubre de los movimientos que el Gobierno de Rajoy estaba llevando a cabo. “Se nos informa” decía Rovira refiriéndose al mes de octubre, “que entran armas en el cuartel de Sant Climent Sescebes y que el ejército entraría en el operativo”.
Este sería el motivo por el que el Govern de Catalunya habría dado un paso atrás en sus aspiraciones independentistas y el motivo por el cual, en la misma entrevista, Rovira pedía que el independentismo dejara de hacer autocrítica pues las y los responsables políticos de la Generalitat no tenían otra opción si querían evitar la violencia.
“Esto es lo que me dijeron y me repetían los consellers: debéis explicar a la ciudadanía que estábamos preparados”, relataba Rovira en referencia a la preparación para hacer efectiva la independencia. “Lo que no estábamos dispuestos a asumir era un acto de violencia extrema”, añadía.
Tras las palabras de la miembro destacada de ERC, distintas personalidades del Partido Popular salían al paso para desmentir sus afirmaciones. Rajoy, que se encontraba en una cumbre en Göteborg donde intercambió unas palabras con el primer ministro belga, era contundente: “Es una absoluta vergüenza y no hay calificativos que tenga yo para aplicar a esa información (...) dejémoslo en que es absolutamente falso”.
Por su parte Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno español, en referencia a las palabras de Rovira aseguraba que “los dirigentes secesionistas nos han acostumbrado a mentir (...) es una burda patraña, no tiene absolutamente nada que ver con la realidad”.
Ante el ataque que recibía desde el PP, Rovira contestaba en su cuenta de Twitter del siguiente modo:
De quines mentides parlen? https://t.co/QpjFfGo7ST
— Marta Rovira Vergés🎗 (@martarovira) November 17, 2017
