Los actos de violencia del hombre hacia su pareja o expareja son siempre violencia machista

Así ha resuelto el Tribunal Supremo el conflicto que desde 2004 dividía a los juzgados españoles, el más problemático era el caso de agresión mutua. Esta medida de “discriminación positiva” persigue, como ha explicado el abogado especialista en violencia machista, Antonio Muñoz, "proteger a las mujeres".

Tribunal Supremo.

El Tribunal Supremo ha adoptado en Pleno que los actos de violencia que ejerce el hombre sobre la mujer en caso de que exista una relación afectiva de pareja o expareja constituyen actos de poder y superioridad con independencia de cuál sea la motivación o la intención del agresor.

Esta decisión que sienta jurisprudencia llega tras la absolución de un caso de la Audiencia de Zaragoza en el que una pareja se había agredido mutuamente tras una discusión.

El magistrado y ponente de la sala Vicente Magro Servet, asesor del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial y autor de una veintena de protocolos de actuación contra la violencia machista ha dictaminado que cualquier agresión de un hombre a una mujer en la relación de pareja o expareja es hecho constitutivo de violencia machista sin necesitar acreditar la actitud o intención machista.

Esta es la segunda ocasión en la que Magro Servet se pronuncia en el Tribunal Supremo para defender esta corriente de pensamiento, en mayo de 2018 se publicó la primera sentencia con perspectiva feminista del Tribunal Supremo en el que se sentenciaba que los delitos de violencia machista tienen unas raíces y unas características específicas.

Asimismo, el magistrado ya ha asegurado en más de una ocasión que en los procedimientos judiciales hay que evitar la segunda victimización interrogando y cuestionando la versión de las denunciantes y que las instituciones tienen que “convencer a la víctima de que el sistema funciona” para que se sientan seguras de denunciar.

‘Una cuestión muy polémica’

El abogado y profesor del Curso de Especialización para la Defensa de Víctimas de Violencia Machista y Doméstica de Zaragoza, Antonio Muñoz, ha subrayado la carrera profesional del magistrado en materia de protección de víctimas de violencia machista y ha recordado que el caso concreto de agresión mutua era una “cuestión muy polémica”.

Desde la aprobación de la Ley de Violencia de Género en 2004, se daban irregularidades entre diferentes juzgados, “la Audiencia Provincial de Navarra en estos casos aplicaba esta discriminación al varón en el sentido de que lo castigaba más y, sin embargo, en Zaragoza no, se estaban penando igual la conducta del varón que la de la mujer. A partir de ahora ya no va a ser así”, asegura Muñoz.

Esta decisión del Pleno del Tribunal Supremo ha contado con cuatro votos discrepantes, algo “muy habitual” según ha aclarado Antonio Muñoz. Para estos cuatro magistrados es posible separar las agresiones de los roles sociales: "Las agresiones mutuas tuvieron lugar en un nivel de igualdad, en el que dos seres humanos, con independencia de los roles personales y sociales que cada uno pueda atribuir al otro, se enfrentan hasta llegar a la agresión física, teniendo como base una discrepancia sobre un aspecto intrascendente de su vida".

Hasta que la sociedad sea igualitaria

En este sentido, aunque el propio Muñoz ha admitido que sería partidario de que en determinadas circunstancias habría que acreditar la intención machista, asegura que “afortunadamente” el Estado español cuenta con una “legislación que protege a la mujer”.

Esta medida de “discriminación positiva” hacia la mujer persigue, como ha explicado Muñoz, avanzar hacia una sociedad “más madura” y recuerda que “no hay que confundir situaciones” porque las agresiones dentro de la pareja “se califican de manera distinta para llegar a una igualdad no para llegar a la desigualdad”.

“Nadie lo niega que pueda existir casos al contrario en el que el varón sea el asesinado a manos de su mujer pero no son de una entidad numérica suficiente para generar esta alarma que ha hecho necesaria una legislación específica que intente de alguna manera evitar esta sangría de mujeres que mueren todas las semanas” y concluye que, “cuando nuestra sociedad sea más madura, más igualitaria, cuando aprendamos a educar en igualdad y cuando los hombres no tengan ningún tipo de elemento o que crean que tienen algún tipo de elemento de superioridad hacia la mujer, será el momento de deshacer esta discriminación, que no es tal discriminación sino que son elementos que llevan a la igualdad”.

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