Amanixer denuncia la “marginación” que sufren las mujeres con diversidad funcional

Tanto Miriam Herrero como la presidenta de Cermi Aragón, Marta Valencia, comparecieron este pasado jueves en la Comisión especial sobre violencia machista de las Cortes, donde expusieron las dificultades y carencias con las que se enfrentan en su labor diaria, así como sus propuestas principales para acabar con esta lacra

Foto: Cortes de Aragón

La marginación que sufrimos las mujeres con discapacidad en todos los ámbitos nos hace invisibles de cara a la sociedad así como más vulnerables y propensas a sufrir violencia”. Esta es una de las reflexiones que ofreció este pasado jueves la representante de la asociación aragonesa de mujeres con diversidad funcional (Amanixer), Miriam Herrero, en la Comisión especial sobre violencia machista de las Cortes, donde compareció junto a la presidenta de Cermi Aragón, Marta Valencia, para exponer las dificultades y carencias con las que se enfrentan en su labor diaria, así como sus propuestas principales para acabar con esta lacra.

Herrero puso el foco en el “doble estigma” del género y la diversidad, que influye en el hecho de que se den una serie de factores frecuentes en este colectivo como el “analfabetismo, la desprotección sanitaria, la dependencia económica o los grandes problemas de accesibilidad”.

En el Estado español hay 3,8 millones de personas con diversidad funcional, "de las cuales el 60% somos mujeres y niñas, pero pese a ello, hemos sufrido esta doble discriminación y no se han tenido en cuenta nuestras necesidades”, expuso la abogada.

También destacó algunos de los principales problemas que sufren como “la falta de autoestima al no encajar en los roles sociales establecidos y los fuertes cánones de belleza, la escasa credibilidad de nuestros testimonios o las grandes barreras arquitectónicas y cognitivas”. A este respecto, ve necesario “hacer hincapié en principios de no discriminación y promoción del empoderamiento individual y colectivo” para tratar de revertir esta situación.

La experta abogó por el concepto de violencia “doméstica” frente al de “género”, debido a que las integrantes de este colectivo la suelen sufrir tanto por su pareja como por más personas de su entorno, y denunció la esterilización forzosa y el aborto coercitivo como otras formas frecuentes de violencia. “La desigualdad es la base de la violencia y nuestra situación es más proclive a que esta se produzca”, sentenció.

Por su parte, Valencia puso encima de la mesa “la dificultad de acceso a los puntos de información y asesoramiento y los problemas a la hora de expresar los malos tratos sufridos” como dos de las cuestiones más significativas que padecen estas víctimas.

“En este tipo de situaciones se ve también la falta de información que tienen estas personas en este sentido, con respecto a lo cual se antoja necesario fomentar el trabajo con las propias mujeres para que conozcan sus derechos y necesidades para ejercer su vida con autonomía, así como trabajar de forma importante con las familias y los profesionales del ámbito de la salud, la educación, la justicia o la policía, donde hemos observado que existe desconocimiento en cuanto a su trato”, manifestó la abogada.

Por último, la experta consideró “fundamental” que “se visibilice realmente lo que somos para que las mujeres con discapacidad que estén siendo víctimas de violencia vean que hay solución, lo denuncien y animen así a otras que lo estén padeciendo a hacerlo también”, señaló Valencia, que solicitó a las administraciones que dispongan de los recursos adecuados a este respecto, especialmente de casas y pisos de acogida.

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