La movilizaciones sociales obligan a negociar al gobierno colombiano

Organizaciones populares indígenas, campesinas y afrodescendientes protestan a lo largo de todo el país por el incumplimiento de los acuerdos alcanzados con el gobierno. Tres personas han sido asesinadas por la fuerza pública

Colombia
Movilizaciones en Colombia. Foto: Comité de Solidaridad Internacionalista.

No sólo en Francia las movilizaciones sociales están parando el país. Un poco más allá de la famosa Venezuela, en Colombia, un paro nacional de los sectores populares acaba de forzar la negociación con el gobierno.

Desde el pasado 30 de mayo, el movimiento social colombiano, articulado en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, comenzó un paro nacional para pedir al gobierno el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en 2013 y 2014. Estos acuerdos incluían un plan de desarrollo rural, condiciones de seguridad para la actividad agraria, para evitar las violaciones de derechos humanos (secuestros, asesinatos y torturas) de las personas representantes de las comunidades, y una integración de la economía campesina, indígena y afro en los planes de desarrollo nacionales, respetando sus características diferenciales (1).

Dichos acuerdos, a su vez, se obtuvieron tras unas exitosas movilizaciones en 2013, que incluyeron un paro en el mes de Agosto y la denominada Minga nacional, bajo el lema “Por la Vida, el Territorio, la Autonomía y la Soberanía”, en octubre. Esta última movilización comenzó en el sector indígena (minga es la palabra que emplean para los trabajos comunitarios), aunque pronto tuvo el apoyo del resto de sectores populares: personas campesinas, maestras, estudiantes, transportistas, obreras.  Cientos de miles de personas conformaron una fuerza popular que paralizó el país y obligó al gobierno central colombiano a negociar el pliego de reivindicaciones y establecer un acuerdo para cumplirlas. El coste de este acuerdo fueron doce personas muertas, medio millar heridas, cuatro desaparecidas y miles de personas detenidas (2).

Sin embargo, el incumplimiento reiterado por parte del gobierno de esos acuerdos firmados ha obligado a los sectores populares, de nuevo, a comenzar unas jornadas de lucha. Durante estos años, el gobierno presidido por Juan Manuel Santos no ha avanzado en los acuerdos con el sector indígena, ni con el campesino. Es más, las nuevas leyes claramente favorecen la implementación de empresas transnacionales agrarias, y si se desarrollan, el sector campesino prevé su desaparición en pocos años (3).

Hace apenas un mes, un representante del movimiento indígena de Colombia, Jairo Camayo, realizó una gira por Europa para presentar esta actividad reivindicativa y se entrevistó con representantes electorales de las Cortes de Aragón. Allí expuso las presiones de dichas empresas en las comunidades indígenas (4).

El actual paro ya se ha cobrado sus primeras víctimas: tres personas indígenas han sido asesinadas por la fuerza pública tras una violenta represión (5) y otras dos han fallecido tras los golpes recibidos. También hay un centenar de personas heridas y otras tantas detenidas. Aún así, la convocatoria ha resultado un éxito y ha movilizado a más de cien mil personas, indígenas, campesinas, estudiantes, obreras, según fuentes de las organizaciones promotoras del paro, incluyendo otra vez sectores productivos como el transporte (6). Este éxito se ha visto ratificado con el anuncio del gobierno colombiano, una semana después del inicio del paro, de estar dispuesto a sentarse en una mesa de negociación, aunque las negociaciones se encuentran estancadas de momento. Este anuncio se da en mitad de una gira de su presidente, Juan Manuel Santos, por Europa, cuyo objetivo, entre otros, es recabar apoyos para el proceso de paz con la insurgencia del ELN (Ejército de Liberación Nacional). Durante este viaje del presidente ha habido varias demostraciones de solidaridad internacionalista con el paro nacional actual que incluyen concentraciones de apoyo en las principales ciudades europeas.

Precisamente, por este lado, las negociaciones de paz que el gobierno está llevando a cabo en La Habana con la insurgencia de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) han dejado cierto malestar en diversos sectores sociales que reclaman un mayor protagonismo de la sociedad colombiana en dichos procesos. Esta participación es una de las cuestiones que reivindican los movimientos populares activos en el paro (3). Aducen que, finalmente, ha sido la sociedad civil colombiana quien ha sufrido el mayor coste de la guerra, con cientos de miles de personas muertas y más de seis millones desplazadas de sus hogares, tras cinco décadas de conflicto armado interno. En el marco de la nueva negociación de paz con el ELN, la sociedad civil pide que se establezcan mesas de participación social y popular para que su voz sea tenida en cuenta en el diseño de un nuevo modelo de estado que avance en una mayor redistribución de la riqueza, una mayor justicia social y respeto por los derechos humanos.

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Notas:

  1. http://www.hchr.org.co/documentoseinformes/documentos/acta_acuerdo_la_maria.pdf
  2. http://www.radiosantafe.com/2013/09/09/paro-agrario-dejo-12-muertos-485-heridos-y-4-desaparecidos-afirman-lideres-campesinos/
  3. http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/05/29/especial-colombia-este-30-de-mayo-comienza-la-minga-nacional-agraria-etnica-y-popular-paro-y-movilizacion-en-todo-el-pais/
  4. http://www.aragondigital.es/movil/noticia.asp?notid=143529&secid=9
  5. http://www.colombiainforma.info/cauca-dos-indigenas-asesinado-en-medio-de-confrontaciones-con-la-fuerza-publica/
  6. https://www.youtube.com/watch?v=oeakOI3T22Q&feature=youtu.be

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