La hierba siempre volverá” nace del trabajo del grupo de Teatro Comunitario del Gancho y de Imaquinaria en el barrio de San Pablo (conocido popularmente como El Gancho). Desde hace tres años, alrededor de cuarenta vecinos y vecinas de todas las edades se reúnen, organizan y se expresan a través de las artes escénicas. “Durante este tiempo además de hacer teatro hemos ido implicándonos en la vida del barrio, hasta ser un agente más en él. Haciendo teatro, hemos hecho barrio”, comentan desde el grupo.
Tres años después de la primera reunión del Teatro Comunitario del Gancho estrenan el primer espectáculo propio del grupo que nazca, como todo lo que hacemos, del barrio para volver a él. Este domingo a las 17.30 horas y el domingo 28 de octubre arrancará este espectáculo itinerante desde la calle Boggiero 71.
Con este espectáculo quieren contar lo que son cómo comunidad, poner el foco en los personajes y las historias que no forman parte de la Historia con mayúscula y dar voz a los que no tienen voz. Hacer un collage de imágenes del barrio del Gancho para retratar subjetivamente lo que somos, y soñar qué es lo que queremos ser. Un ejercicio de identidad a través de lo teatral.
La obra recrea un momento quizá futuro y algo dístopico, en la que el barrio desde la calle Predicadores hasta Conde Aranda está cerrado. Nadie puede entrar ni salir del barrio. En este contexto ficcional se entremezclan, con poca lógica y mucho surrealismo, los personajes que lo habitan y se plantea la relación con el público supuestamente cautivo. Se solapan y mezclan retazos de vidas y escenas imposibles, para hablar de temas universales como la multiculturalidad, la gentrificación, la invisibilización de la pobreza y nos permite preguntarnos qué futuro queremos como comunidad.
El teatro comunitario entiende el espacio público como el lugar ideal para sus producciones y reivindica el barrio como generador (y no solo consumidor) de cultura. Por esta razón “La Hierba siempre volverá” se plantea como un recorrido por varias calles y solares del barrio, donde el público, otros vecinos encerrados, irán encontrándose en su búsqueda de una salida con la realidad y la ficción, con lo oculto y lo visible de nuestro barrio. Sus fachadas, sus balcones y solares son la escenografía natural donde se desarrolla nuestra obra por la potencia de crear ficción allí donde la realidad sucede. Actuar en la calle como una permanente invitación a asomarse al teatro.
