La falsa fábrica de coches eléctricos de Motorland estafaba a las instituciones y a sus empleados

Corporación Industrial Z-Mobile SLU, la empresa supuestamente distribuidora de los coches eléctricos Víctor & Vicente, estafó 1.800.000,00€ a las instituciones a la vez que dejaba de pagar a las personas que trabajaban en sus instalaciones

Foto: Ministerio del Interior.

La semana pasada el Ministerio del Interior, a través de la policía nacional, hacía saltar una noticia que ponía en evidencia la ineficacia con la que en, lamentablemente muchas, ocasiones se gestiona el dinero público. La noticia nos ponía sobre la mesa dos timos en torno al desarrollo de prototipos de coche eléctrico, uno en Exeya d’os Caballers y otro en torno al complejo Motorland en Alcanyiz.

Esta segunda empresa no solo conseguía dinero público en forma de subvenciones por parte del Ministerio de Industria, Instituto Aragonés de Fomento o el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón, sino que a su vez era capaz de mantener una infraestructura de personal cualificado al que maltrataba sin ningún reparo.

Corporación Industrial Z-Mobile SLU, cuya marca comercial es Víctor & Vicente, tiene como costumbre no pagar a las personas que tiene empleadas, y así lo manifiestan algunas de las personas que por esta empresa han pasado. “Siempre dice que va a pagar y siempre lo demora, se inventa mil historias y excusas cómo que el tampoco cobra, que es una buena oportunidad para nosotros, que depende un inversor con el que va a firmar un contrato... incluso dice que cuando lance el coche pagará porque una empresa de investigación no puede facturar”, advierte uno de sus ex empleados, asegurando que su gerente “tiene varias demandas en los juzgados”, y que con estas condiciones hubo personas que trabajaron incluso sin alta en la Seguridad Social, a “modo de prueba”.

En el verano de 2014 la empresa Corporación Industrial Z-Mobile S.L., se declara insolvente, dejando a deber 6 mensualidades a la totalidad de trabajadores, por aquel entonces en torno a la decena, publicado en BORME-A-2014-145-50, pero entonces la empresa cambia de CIF, nombre y administrador, pasando a denominarse Ingeniería e Innovación Aragón, S.L. manteniéndose la misma persona como Project Manager, pese a tener varios procesos judiciales por impagos abiertos.

El Project Manager de Corporación Industrial Z-Mobile S.L. del que hablan algunos de las personas que pasaron por esta empresa es David Monforte Fleta, a quien en estos momentos le correspondería el mismo cargo en la empresa Ingeniería e Innovación Aragón, S.L., que continúa con su actividad, en condiciones más que precarias, en una pequeña nave situada en Cuarte de Huerva.

En la actualidad esta empresa prosigue con las prácticas abusivas contra sus empleados y empleadas, si en 2011, Corporación Industrial Z-Mobile S.L. renovó el equipo de ingenieros en menos de 6 meses, en 2016 ya han pasado siete personas por el mismo puesto de trabajo en Ingeniería e Innovación Aragón S.L., probablemente hartas de trabajar sin recibir un salario a cambio.

Lo realmente sorprendente del caso de los coches eléctricos es que Monforte Fleta recibiera cualquier tipo de ayuda pública o privada. El susodicho estuvo antes, en pleno desarrollo de la burbuja inmobiliaria, al frente de Aragonesa de Fincas e Inversiones S.L., uno de esos entramados que emergieron en torno al negocio del ladrillo, con tan opaca e insolvente trayectoria que fue inhabilitado por dos años para la administración de bienes ajenos.

Sin embargo, pareciera que para las instituciones Monforte Fleta fuese el paradigma del emprendedor, o eso, o que son estos estamentos los que consideran que el dinero público es de todos, y por lo tanto no es ajeno, ni siquiera para un administrador de esta calaña. Corporación Industrial Z-Mobile S.L. no sólo recibió ayudas en forma de subvenciones públicas estatales y territoriales, sino que fue ayudada e impulsada por diversos programas financiados por la Universidad de Zaragoza, como el Grupo de Ingeniería de Fabricación y Metrología Avanzada o el proyecto HOWLab (Human Openware Research Lab), en una relación en la que la propia empresa también terminó por colaborar económicamente con la propia universidad. Hasta aquí todo normal, pues si fue capaz de engañar a Ministerio de Industria o al Instituto Aragonés de Fomento ¿por qué no iba a engañar a la Universidad de Zaragoza?

Resumiendo, una persona inhabilitada por el Juzgado de lo Mercantil para la administración de bienes ajenos, tras sentencia contra una empresa del sector de la construcción, se dedica de la noche a la mañana a la construcción de prototipos de coches eléctricos, y no sólo eso, sino que bautiza con el original y castizo nombre de Víctor & Vicente a la marca, y consigue la increíble suma de 1.800.000,00 € en subvenciones. Además, se forja un empaque y respetabilidad en el sector que le lleva incluso a colaborar en proyectos universitarios, mientras acumula sentencias y denuncias por impagos tanto a las personas que tiene empleadas, como a proveedores. Y no sólo eso, sino que se le permite seguir operando bajo el manido truco empresarial de declaración de insolvencia y creación de una nueva empresa con otro representante, para que pueda seguir acumulando impagos, sentencias y maltrato a los y las trabajadoras. ¿De verdad en todas las instituciones implicadas de alguna forma nadie conocía a David Monforte Fleta y su trayectoria?

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