La dignidad sale a la calle

La maquinaria de intoxicación de la derecha económica y política va a toda máquina, con esa indecente intención de meter el miedo, la resignación y la impotencia en el cuerpo social. Hay que sobreactuar, hay que exagerar, hay que dibujar un panorama catastrófico para que la gente acepte lo inaceptable. Es el mantra que suelta Rajoy y sus secuaces mediáticos todos los días y a todas las horas. Pero aún hay mucha gente que no está dispuesta a perder su dignidad. A pesar de sindicatos rendidos y oxidados. A pesar de organizaciones que se han quedado antiguas, por muchas proclamas …

La maquinaria de intoxicación de la derecha económica y política va a toda máquina, con esa indecente intención de meter el miedo, la resignación y la impotencia en el cuerpo social.

Hay que sobreactuar, hay que exagerar, hay que dibujar un panorama catastrófico para que la gente acepte lo inaceptable. Es el mantra que suelta Rajoy y sus secuaces mediáticos todos los días y a todas las horas.

Pero aún hay mucha gente que no está dispuesta a perder su dignidad. A pesar de sindicatos rendidos y oxidados. A pesar de organizaciones que se han quedado antiguas, por muchas proclamas que dibujen en sus pancartas, por muchas banderas que saquen a la calle o por muchas consignas 'revolucionarias' que griten.

Son tiempos de cambios profundos en los que casi todo se ha quedado atascado.Tiempos en que las organizaciones sindicales, imprescindibles mientras no surjan otras alternativas, andan con la inercia de tantos años de bonanza y tanta burocracia pegada al poder.

Hace un año se levantó un aire fresco que llenó las plazas de nuevas ideas, nuevas formas y nuevas inquietudes. Un movimiento que supo conectar con la dignidad de la gente y sacó a millones de personas de sus casas como nunca nadie había logrado.

Esa dignidad que supo despertar el 15-M ha estado esta mañana presente en las calles del país. Solo falta encontrar la forma de darle cauce, de orientarla con acierto, sin protagonismos bastardos, con menos cultura de tribu y más conciencia ciudadana. Quizá haga falta explorar nuevas formas de organización, nuevos métodos de lucha que apunten al núcleo duro del sistema. Y, sobre todo, abrir ventanas al aire fresco. Dejar los eslóganes que separan y buscar argumentos que unan.

Unas formas de protesta imaginativas que superen las nuevas normas represivas que prepara el Gobierno del PP, antesala de un camuflado régimen policial. Unas protestas a las que se vaya sumando ese 99% de damnificados por la mayor estafa de la historia de la humanidad.

Más fotos de las manifestaciones de hoy en:

El Ventano

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies