La CUP afirma que “no habrá gobierno autonómico, tiene que haber un gobierno de transición a la República de Catalunya”

La CUP, izquierda independentista y anticapitalista catalana, ha celebrado una Conferencia en la Universitat Pompeu Fabra para explicar su posición ante unas posibles negociaciones con Junts pel Sí, que condiciona a “un proceso constituyente y un plan de choque social”

Foto: CUP

Tras los resultados de las últimas elecciones en Catalunya, y tras una semana de trabajo y debate interno, la CUP ha celebrado en la tarde de hoy una conferencia para explicar su propuesta “de construcción de un República catalana” como punto de partida para negociar con el resto de partidos y con la sociedad catalana, propuesta que Josep Manel Busqueta, uno de sus portavoces, resumía en “tres condiciones ineludibles para comenzar la negociación con Junts pel Sí: ruptura democrática, proceso constituyente y plan de choque social urgente”.

Por su parte Anna Gabriel, afirmaba que “la opinión de la CUP sobre quién debe ser presidente no ha cambiado”, y añadía que “el debate no debe ser personalista, sino de contenidos políticos. El qué, el cómo y el cuándo es la clave, el quién viene después”, para recordar también que durante estos días “la caverna mediática ha hecho un relato de lo que ellos querían que fuéramos”, en alusión a la presión sobre la CUP tanto en medios de comunicación con en las redes sociales.

Desde la CUP se han exigido “gestos claros e irreversibles hacia una ruptura con el estado”, en una decidida apuesta por la uniteralidad y por superar el marco legal del Reino de España. “No se puede construir una República catalana dentro de la legalidad española. Hay que romper en algún momento, aunque podemos hablar del cuándo y el cómo”, ha afirmado Bernat Salellas, que exigía que alguno de estas acciones deben producirse “antes de la proclamación del nuevo presidente”.

El cabeza de lista de la CUP por Barcelona, Antonio Baños, ha explicado otra de las firmes prioridades de la CUP, la necesidad de implicar al conjunto de la ciudadanía catalana “en el proceso de constitución de un nuevo estado. El Parlament debe acabar convirtiéndose en una asamblea constituyente y un ejemplo de política horizontal”. Teniendo la precaución necesaria para que “esta construcción popular evite que el nuevo estado catalán acabe siendo una mini-España”.

 

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