La Comisión Europea estará presidida por una coalición conservadora y de extrema derecha

El Gobierno de Austria formado por un partido conservador integrado en el mismo grupo que el Partido Popular y un partido de extrema derecha, será el encargado de ejercer la presidencia europea durante los próximos seis meses

Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo (izquierda) y Sebastian Kurtz, presidente de Austria (derecha). Foto: @sebastiankurz

El pasado 15 de octubre de 2017 el ÖPV de Sebastian Kurtz se convirtió en la fuerza más votada de Austria. Pese a conseguir un resultado inesperado, en gran parte gracias a su juventud, su formación de derechas no tuvo suficientes votos para poder gobernar el país centroeuropeo. Para hacerlo pactó con la tercera fuerza, el FPÖ de Heinz-Christian Strache y de extrema derecha, al que Kurtz entregó la vicecancillería de Austria.

Siete meses después Austria hará valer esa coalición para ejercer la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Durante el próximo medio año el país presidirá las sesiones del Consejo de la UE.

En un momento como el actual, en el que en Bruselas los estados miembros debaten como gestionar la situación de las personas migradas en las fronteras de la Unión, la presidencia de Europa se antoja como una plataforma desde la que el dúo Kurtz-Strache pueden hacer valer sus posiciones xenófobas.

Desde que el gobierno de derechas y extremas derechas entró en vigor en Austria han sido numerosas las declaraciones y acciones emprendidas por el ejecutivo en materia de migración. El pasado 8 de junio conocíamos la noticia sobre la intención del Gobierno de expulsar a personas de origen turco al considerar que no tenían "una visión fundamentalmente positiva del estado y la sociedad”.

Más allá de esto el Gobierno Kurtz-Strache siempre ha defendido el aumento de la vigilancia fronteriza y el refuerzo de los operativos de Frontex. Teniendo en cuenta que poseer la presidencia rotativa de la UE significa presentar propuestas legislativas, en los próximos meses podríamos asistir a una intensa acción legislativa en favor del control represivo de las fronteras de la Unión.

Las instituciones europeas no están preocupadas

La Comisión Europea no ha dado muestras de preocupación ante esta nueva presidencia rotativa. Pese a la deriva racista del ejecutivo austríaco, Jean Claude Juncker señaló que los más importante era se trataba de un gobierno “proeuropeo”. “Trabajaremos con todos los ministros austríacos de la mejor forma posible”, afirmó el presidente de la Comisión Europea.

Muy lejos de esta postura se encuentran los propios eurodiputados austriacos de los verdes. Michel Reimon afirma que “la UE pasa un momento crítico, el Reino Unido se va, en Alemania e Italia hay ministros contrarios a las soluciones comunitarias y ahora en Austria tenemos un gobierno conservador y de extrema derecha que no está interesado en soluciones europeas”. Añade Reimon que este gobierno tiene “un discurso duro sobre conseguir más poder y tener más barcos y aviones en las fronteras”.

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