La Audiencia condena a cinco años de prisión a la técnico de laboratorio del Hospital Miguel Servet

El tribunal considera que con su actuación puso en riesgo al personal en la Sección de Micobacterias del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y quebrantó las normas más elementales de ética y deontología profesional así como la normativa legal vigente

hospital
Hospital Materno Infantil Miguel Servet | Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

La Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza ha condenado a María Pilar V. V., técnico de laboratorio del hospital Miguel Servet, a las penas de dos y tres años de prisión por un delito de riesgo y otro de falsedad en documento público respectivamente.

Igualmente se le condena a indemnizar a las cinco personas perjudicadas, por la manipulación de las pruebas médicas que la acusada realizó, y, con la responsabilidad civil subsidiaria, al Servicio Aragonés de la Salud. A todos ellos en la cantidad de 11.639 euros.

Afortunadamente, sus actuaciones no infectaron a ningún paciente. la técnico del laboratorio se limitó a contaminar muestras de sangre extraídas a una quincena de personas, inoculó el bacilo en esas muestras, para que dieran positivo cuando fueran analizadas en el laboratorio. Esta contaminación forzó que cinco miembros de una misma familia –entre ellos dos niñas de solo dos años de edad– fueron sometidos a un tratamiento contra la tuberculosis sin tener la enfermedad.

A criterio del tribunal, tanto la autoría como los hechos cometidos por la técnico de laboratorio del Hospital Miguel Servet, resultan plenamente acreditados más allá de toda duda razonable. De los testimonios expresados durante el juicio los magistrados concluyen, sin duda alguna, que se produjo una manipulación de microorganismos, contraviniendo las normas o medidas de seguridad que debieron observarse, y que el riesgo de contagio puso “en concreto peligro la salud de las personas”.

Valoran igualmente los perjuicios materiales ocasionados por la acusada al Servicio Aragonés de la Salud y valorados en 8.473,74 euros. Por la “extraordinaria gravedad de los hechos y la maldad extrema puesta de manifiesto por la acusada, que con su actuación puso en riesgo de contagio de tuberculosis a las personas que desarrollaban su trabajo en la Sección de Micobacterias y quebrantó las normas más elementales de ética y deontología profesional en un ámbito tan esencial como la sanidad pública” es por lo que optan por imponerle la pena máxima prevista.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies