JEFTA, un nuevo tratado que otorga mayor poder a las multinacionales

El tratado firmado entre la UE y Japón es el más amplio firmado por la administración europea y aumenta dramáticamente el poder de las multinacionales para influir en los gobiernos y generar leyes que prioricen las ganancias sobre las personas y el planeta

Conferencia de prensa tras la aprobación del JEFTA.

Este miércoles la Eurocámara ha aprobado el JEFTA –con 474 votos a favor, 152 en contra y 40 abstenciones–, un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Japón, que otorga poderes "sin precedentes" a empresas multinacionales tanto de la UE como de Japón, según ha declarado el grupo parlamentario GUE/NGL.

Entre estos poderes se incluyen permitir que las corporaciones "cooperen" con los gobiernos cuando crean nuevas leyes o regulaciones sociales o ambientales. Así, las corporaciones multinacionales tendrían el derecho de expresar sus "preocupaciones" acerca de las nuevas regulaciones antes de que esas regulaciones sean aprobadas –incluso cuando están en la etapa de planificación temprana– con el objetivo de evitar que los gobiernos adopten nuevas leyes sociales o ambientales si esas leyes pudieran reducir sus beneficios.

Lo que en el tratado ratificado este miércoles se denomina "cooperación reguladora", aumentando dramáticamente el poder de las multinacionales para influir en los gobiernos y generar leyes que prioricen las ganancias sobre las personas y el planeta.

La eurodiputada de Izquierda Unida Marina Albiol cree que el PSOE "debería asumir que es incompatible la defensa de los servicios públicos con apoyar a los acuerdos de libre comercio" como el JEFTA. El tratado, negociado durante cinco años por la Comisión Europea en total silencio, sigue las líneas del CETA con Canadá, incluyendo los tribunales de arbitraje, y supone una amenaza para los Estados miembros que, a diferencia de aquel, no podrán ratificar en sus parlamentos estatales.

"La Comisión Europea insiste en este tipo de acuerdos comerciales a pesar del rechazo social que provoca por la amenaza que supone para los servicios públicos, el medio ambiente y, en este caso, para sectores clave de la economía valenciana como pueden ser el automóvil o la pesca", denuncia la eurodiputada de EUPV.

Los servicios públicos sufrirán una mayor liberalización y privatización, pues el JEFTA adopta el enfoque de "listas negativas" para la liberalización de servicios: cualquier servicio que no esté excluido explícitamente del acuerdo se considera abierto a la liberalización. "La gestión pública de hospitales, escuelas, agua o transporte público está amenazada", advertían desde la plataforma No al TTIP.

El JEFTA "se ha negociado en secreto, sin consultar a los actores sociales y en casi exclusivo contacto con los lobbies empresariales". Además, "esta vez se han quitado todas las caretas para evitar que los parlamentos estatales debieran ratificarlo, como finalmente sí sucedió con el CETA".

Para ello, los negociadores de la Comisión Europea "han separado lo que es el acuerdo comercial bruto, de la parte que se refiere a la protección de las inversiones", y esta regulación, "que incluye los tribunales de arbitraje independientes, permite a las empresas denunciar los países que, a través de su legislación, puedan defender los intereses de la ciudadanía frente a las multinacionales japonesas".

Con el CETA "los socialistas nos dijeron que era el acuerdo comercial más progresista de la historia y por eso votaron a favor en Bruselas, aunque curiosamente después se abstuvieron en la votación en el Congreso". "Ahora no sabemos en que han basado su voto, más allá de decir que esto es cosa de Trump, pero sus propias resoluciones critican el procedimiento que ha seguido la Comisión para negociar".

El PSOE de Pedro Sánchez, insiste, "tenía ante sí una nueva oportunidad para poner en práctica políticas de izquierdas y asumir que es imposible defender desde el Gobierno, los servicios públicos y luego aceptar en Europa acuerdos neoliberales de libre comercio destinados a acabar con estos servicios públicos ", pero" la han vuelto a desaprovechar".

La eurodiputada ha hecho suya la preocupación de la plataforma No al TTIP y los colectivos que se integran en ella contra los acuerdos de libre comercio, ya que el JEFTA "incluye apartados preocupantes sobre la explotación y deforestación de los bosques, obvia cualquier tipo de regulación sobre la pesca de ballenas y puede suponer un duro golpe para la industria automovilística europea".

Desde la plataforma No al TTIP también aseguran que el aumento en las importaciones de Japón pone en riesgo sectores clave de la economía del Estado español y por ende el empleo. Además, la competencia con Japón reducirá las condiciones laborales en sectores como la fabricación de coches.

En este sentido, Albiol ha explicado que "en poder importar coches japoneses sin aranceles, la industria europea se verá gravemente afectada, porque Japón es el tercer productor mundial, con un crecimiento del 5% anual. Mientras tanto, en España, que es el octavo mundial, decrece a un ritmo de más del 1% para la destrucción del tejido industrial, las deslocalizaciones y la permanente precarización. Sin embargo, es un sector que emplea al 9% de la población activa del Estado español y eso al PSOE no parece preocuparle".

Finalmente, ha avisado del peligro que a través de la cooperación reguladora "se relajan las normativas, permitiéndose la tala de árboles y la pesca de especies protegidas de forma masiva". Estos "son dos temas sobre los que las organizaciones ecologistas advierten, por las prácticas insostenibles de las grandes multinacionales japonesas".

Puedes consultar el tratado completo aquí.

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