Incertidumbre y sospechas de fraude en el recuento de votos de las elecciones de Honduras

El recuento de votos en Honduras se ralentiza tras las elecciones del pasado 27 de noviembre. Con cada hora que pasa la diferencia entre los dos candidatos enfrentados van desapareciendo en favor de Juan Orlando Hernández, líder del partido neoliberal, pro americano y aliado del ejercito golpista.

Foto: Alianza de Oposición contra la Dictadura

Silencio total. En Honduras se están contando votos de las elecciones del pasado 27 de noviembre y la distancia entre el candidato neoliberal pro americano del Partido Nacional, -presidente anterior-, y el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, son insignificantes.

Con el 75,40% de las papeletas escrutadas a las 9.00 horas de Honduras del día 29 de noviembre, la victoria es para Nasralla con un 0,97% de diferencia con respecto a su rival; algo menos de 25.000 votos.

Silencio total, a la espera de cómo evolucionan los resultados. El martes 28 de noviembre con el recuento del 60% de las mesas electorales, la diferencia entre el candidato de izquierdas y el Partido Nacional era de 5 puntos porcentuales en favor del primero. Se intuía una victoria sin precedentes sobre el Gobierno que gracias a un golpe de Estado militar se había establecido en 2009 en el poder. Entonces, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en una maniobra que la Alianza de Oposición contra la Dictadura considera cuanto menos sospechosa, afirmaba que el recuento sería más lento de lo esperado porque no habían llegado la mitad de papeletas a su poder.

Tan lento está siendo el recuento que actualmente con el paso de cada hora la distancia entre Orlando Sánchez y Nasralla va reduciéndose.

Parece que los avisos hechos por la coalición contra la dictadura ya antes de las elecciones se podrían cumplir de la mano de un tribunal del que el 77% de la población hondureña tiene dudas de su imparcialidad. Las elecciones ya nacieron ilegales cuando los tribunales permitieron a Juan Orlando Hernández presentarse a las elecciones pese a que la Constitución del país no permite repetir como presidente.

Del mismo modo, Manuel Zelaya, el presidente electo depuesto en 2009, afirmaba en un mensaje a través de Twitter que “los que perdieron están modificando actas” para resultar vencedores. Teniendo en cuenta que, según el Centro de Documentación de Honduras, en las elecciones de 2013 se compraron entre el 20% y el 50% de los votos, las palabras de Zelaya no parecen muy alejadas de la realidad.

Silencio total. Mientras en Honduras se está produciendo un recuento de votos a cargo del Tribunal Supremo Electoral, en el resto del mundo nadie dice nada. Pese a que organizaciones internacionales ponen en duda que el proceso de conteo se esté realizando con toda la transparencia necesaria, ningún medio de comunicación masivo está dando espacio a la noticia.

Y si en otras elecciones, la Unión Europea es tan escrupulosa -como en el caso reciente de Venezuela en el que impugno los resultados antes de saber cuáles serían-, en Honduras el discurso es muy distinto. La jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, Marisa Matías, el martes por la mañana no quería pronunciarse sobre las denuncias de posible fraude.

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