Gustavo Alcalde es todo corazón: excepto con las víctimas del terrorismo machista

El líder de la oposición, portavoz parlamentario del PP en las Cortes de Aragón, y vicepresidente del PP en Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, ha tratado esta mañana de justificar las inaceptables declaraciones de su conmilitón Gustavo Alcalde alegando que “se han sacado de contexto”

Foto: gobierno del estado español

Como diría el ministro español del opus y defensa, Jorge Fernández, parece que el PP en Aragón “está recibiendo de su propia medicina”. Las declaraciones de Gustavo Alcalde intentando justificar sus errores e insinuando que parte de la responsabilidad del último asesinato machista era de la víctima, son tan intolerables como despreciables, y por ello han generado una cascada de declaraciones públicas, individuales y colectivas, afeando su discurso y actitud.

Sin restar importancia a las iniciativas de petición de cese lanzadas por colectivos como la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza o la Asociación Amparo Poch, y por el carácter simbólico que supone, que prácticamente dos tercios de las Cortes de Aragón hayan solicitado su cese en una comparecencia conjunta de PSOE, Podemos, C’s, CHA e IU, es un hito que marcará la actual legislatura aragonesa.

Tras esta comparecencia conjunta, Gustavo Alcalde podría haber pedido disculpas, achacar sus intolerables declaraciones a un lapsus linguae, rectificar, o simplemente asumir su responsabilidad y dimitir. Nada de esto ha sucedido por el momento. Lo que sí ha sucedido es que inmediatamente después de la comparecencia parlamentaria conjunta que ha exigido su cese, ha comparecido Bermúdez de Castro.

Sin rastas, ni perros, ni flautas, con aspecto aseadito de buen chico oscense, y carita compungida, ha realizado una brevísima comparecencia Roberto Bermúdez de Castro para explicar, y repetir una y otra vez, que “las declaraciones de Gustavo Alcalde se han sacado de contexto”, e intentando proteger a su compañero espetaba a las presentes “vosotros lo conocéis: Gustavo Alcalde es todo corazón”. Y esto es todo amigos. Fin de la cita. Ni cese, ni dimisión, ni asunción del error, ni rectificación, las declaraciones del delgado “se han sacado de contexto”, porque él “es todo corazón”. Es más, Bermúdez de Castro terminaba su breve comparecencia afirmando sin rubor que el mandato de cuatro años de Gustavo Alcalde como delegado del gobierno del estado español en Aragón “se ha producido sin tacha alguna”. Y eso ha sido todo: Gustavo Alcalde es todo corazón, sus palabras se han sacado de contexto, y tiene un expediente profesional intachable.

Pues vayamos por partes. No dudo que Gustavo Alcalde sea todo corazón, pero será con sus íntimos, porqué en su actividad pública y política es conocida su inquina y carácter represivo contra los movimientos sociales y los derechos y libertades colectivas. Es más, esta frase me recuerda a la nietísima cuando afirma en referencia al genocida Franco: “el abuelo era muy bueno con nosotras”, sí, claro, pero no tan bueno con los miles de asesinados por discrepancia política que el franquismo ejecutó y el régimen borbónico mantiene en las cunetas de nuestros caminos. Pues eso debe pasar con Gustavo Alcalde, buen corazón para los suyos, y desprecio y desdén para las víctimas del terrorismo machista.

Segunda idea transmitida por Bermúdez de Castro: las declaraciones se han sacado de contexto. Pues bien, el contexto es este: declaraciones recogidas por la prensa minutos después de conocerse el asesinato machista de Soraya G. en el zaragozano barrio de Miralbueno. Allí, Alcalde insinuó que si la víctima hubiera avisado a la policía quizá se hubiera evitado el asesinato, obviando que Soraya sí había denunciado con anterioridad, que existía una orden de alejamiento para el agresor machista y que fallaron todos los controles. Señores Alcalde y Bermúdez eludir responsabilidades está feo, pero descargar la responsabilidad propia en una víctima del terrorismo machista es repugnante.

Y tercera idea fuerza transmitida por Bermúdez de Castro: Gustavo Alcalde tiene un expediente político-profesional sin tacha alguna. Bien, pues olvida Bermúdez -supongo que intencionadamente- que Gustavo Alcalde pasará a la historia como uno de los peores ‘gobernadores civiles’ que hemos sufrido en Aragón. Gustavo Alcalde se ha enfrentado con toda la sociedad civil aragonesa desde su castillete de la plaza del Pilar de Zaragoza, desde colectivos anticapitalistas hasta los sindicatos policiales, pasando por colectivos laicistas, activistas culturales o sociales, o ecologistas, han sufrido las ansias represivas de este ‘intachable gobernador civil’ que parece tener en el frontispicio de su despacho el desgraciado lema del franquista Manuel Fraga “la calle es mía”.

Y, ya, por último. Para no tener tacha, sorprende que la persona encargada de hacer cumplir la ley desoiga al Defensor del pueblo español o al mismísimo Justicia de Aragón, o directamente, incumpla sentencias condenatorias de los tribunales contra su acción profesional y la del departamento público que todavía dirige.

Así que señor Roberto Bermúdez de Castro ¿han cesado ya a Gustavo Alcalde? No hay más preguntas.

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