Graves incidencias en la línea de Canfranc: tren averiado y personas viajando de pie

“La lamentable y endémica escasez de material ferroviario en Zaragoza hizo que, en lugar de un automotor de tres coches, 592 o 599, Renfe dispusiera de dos automotores 596 (más conocidos como ‘tamagochis’) acoplados, uno de los cuales tenía el aseo inutilizado y al otro no le funcionaba el grupo que genera aire comprimido para el freno y energía para el alumbrado y el aire acondicionado”, subrayan desde Crefco

La Coordinadora por la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco) protesta “enérgicamente” por el “pésimo" servicio que dio Renfe este pasado domingo en la línea Zaragoza-Canfranc y la “flagrante desatención” a los viajeros y viajeras que optaron por utilizar el tren para ir o volver del Pirineo.

La del domingo 15 de julio era una jornada en la que, por la fecha y por coincidir con la concentración convocada por Crefco en la estación internacional para reivindicar la reapertura de la línea, se esperaba una mayor afluencia de viajeros y viajeras.

“La lamentable y endémica escasez de material ferroviario en Zaragoza hizo que, en lugar de un automotor de tres coches, 592 o 599, Renfe dispusiera de dos automotores 596 (más conocidos como ‘tamagochis’) acoplados, uno de los cuales tenía el aseo inutilizado y al otro no le funcionaba el grupo que genera aire comprimido para el freno y energía para el alumbrado y el aire acondicionado”, subrayan desde la Coordinadora.

Por estas causas, este tren no pudo salir a las 06.40 horas. Los viajeros y viajeras tuvieron que esperarar durante más de una hora en la estación de Delicias pero, al menos, fueron informados de lo que pasaba. Peor fue para quienes optaron por coger el tren en las estaciones de Portillo y Goya, donde no había personal de Renfe ni de Adif, y ni las pantallas ni la megafonía informaron del retraso.

A las 07.50 horas llegó a Delicias un autobús para recoger a los y las viajeras y a empleados de Renfe (maquinista e interventor) y trasladarlos hasta Uesca, previo paso por las otras estaciones urbanas.

A juicio de la Coordinadora, “la solución fue tan improvisada, que el conductor del vehículo desconocía la ubicación de las estaciones del recorrido a las que tenía que acercarse para coger o dejar viajeros, teniendo que ser estos los que le indicaron por dónde se accedía a las mismas”.

Llegados a Uesca, el maquinista intentó poner en marcha un automotor 596 allí estacionado, sin conseguirlo. Así que viajeros, viajeras y ferroviarios tuvieron que esperar a la llegada del tren Zaragoza-Chaca, a las 09.50 horas, que tomaron para seguir viaje. “Lógicamente, las 56 plazas del ‘tamagochi’ se vieron ampliamente superadas y muchos tuvieron que viajar de pie, problema que se fue agravando pues en casi todas las estaciones había personas esperando al tren, aunque no pocos habían desistido ante su tardanza”.

Aunque este tren finalizaba su trayecto en Chaca (estación en la que 20 viajeros y viajeras que querían haber cogido el primer tren a Canfranc pidieron la devolución del importe del billete), continuó viaje hasta Canfranc para llevar hasta la estación internacional a un numeroso grupo de personas, muchas de ellas de pie por falta de asientos, entre ellas, las que iban a participar en la concentración convocada por Crefco.

No pudieron hacerlo porque no llegaron a Canfranc hasta después de las 12.30 horas, dos horas después de lo que debían haberlo hecho, con el acto ya terminado. El mismo portavoz de la Coordinadora se encontraba entre quienes padecieron el desastroso servicio de Renfe.

El problema se repitió en el viaje de regreso, en el que el pequeño ‘tamagochi’ transportó a duras penas a un centenar de personas, muchas de ellas con equipajes voluminosos (regresaban de vacaciones) y hasta dos bicicletas.

Ya desde la misma estación de inicio del viaje, Canfranc, viajaban de pie numerosas personas. Grupos de jóvenes optaron por sentarse en el suelo de las plataformas del automotor y otras se turnaron en el uso de los asientos para disminuir las molestias de tan incómodo viaje.

Finalmente, en la estación de Uesca fueron trasladadas a un automotor 599 de tres coches (de los utilizados en la línea Zaragoza-València), en el que finalizaron su accidentado viaje en Zaragoza, aunque con el consiguiente retraso sobre el horario previsto.

Crefco ha denunciado reiteradamente los “graves problemas” que causa el escaso número de trenes de que Renfe dispone en Zaragoza, así como la antigüedad y “mal estado” de los mismos.

“En la línea de Canfranc, los servicios se prestan con los automotores 596, con casi 40 años a sus espaldas que, habiendo dado problemas desde su aparición (fruto de la transformación de los antiguos 593), han sobrepasado holgadamente la vida útil de un tren diesel”, recuerdan desde la Coordinadora.

“Las incidencias que han protagonizado, incluidas paralizaciones en plena vía que han exigido el rescate de los viajeros por la Guardia Civil, tanto en la línea de Canfranc como en la de Teruel, se cuentan por centenares, habiendo provocado el abandono del ferrocarril por buena parte de sus antiguos usuarios”, añaden.

Renfe disponía hasta hace poco de un automotor 592, más fiable y de mayor capacidad, que utilizaba en fechas de mayor demanda, pero “ha sido trasladado a otro destino sin ser sustituido”.

La endémica escasez de trenes diesel de la compañía se ha visto agravada en los últimos años por la decisión de alquilar a Comboios de Portugal buena parte de su parque de automotores 592. “Y lo malo es que no tiene planes de comprar nuevos trenes”, continúan explicando.

El problema se ha extendido a las líneas electrificadas, en las que Renfe Media Distancia presta servicio en Aragón (Monzón, Casp/Caspe, Calatayú/Calatayud y Tudela), en las que utiliza trenes 470 con 45 y “más años de antigüedad, muy degradados y que también sufren frecuentes averías”.

Crefco “protesta firmemente por el pésimo servicio” que Renfe da en las líneas territoriales de Aragón y pide a la DGA que exija a la compañía pública ferroviaria la “inmediata y radical mejora de dicho servicio”, tanto en las líneas sujetas a convenio (y por tanto a subvención de la DGA) como las que se consideran obligación de servicio público y son financiadas por el Ministerio de Fomento. “La situación actual no puede prolongarse ni un día más”, concluyen desde la Coordinadora.

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