Félix Rodrigo Mora, “otro ejemplo de pseudointelectual al servicio del poder autoritario que dice combatir”

Ante la polémica visita a Zaragoza de Félix Rodrigo Mora, para impartir dos charlas, pretendemos bosquejar un análisis del discurso de este pseudointelectual-conferenciante, o al menos de sus aristas más reaccionarias.

Pero dado que la polémica acompaña las publicaciones y conferencias de este escritor castellano y que la red de redes contiene numerosos trabajos de crítica a sus ensayos, como también sus propios ensayos, y dado que son numerosos los vídeos grabados de sus conferencias y posteriores 'debates', nos limitamos a señalar algunos de ellos con el objetivo de ampliar la información a este respecto.

Es el propio Rodrigo Mora quien explica los 'objetivos' de su prolífico trabajo (recogido en una docena larga de ensayos y una frenética gira de conferencias en los últimos años) como “me dirijo a los lectores de este trabajo, que titulo genéricamente 'la vida como esfuerzo y servicio desinteresados', que desea significar una cosmovisión, que destaca como valores más importantes de la esencia humana el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores, pero sin caer en la utopía de una sociedad perfecta y sin contradicciones. Las ideas centrales que la inspiran tienen como fundamento 'La Democracia y el Triunfo del Estado', trabajo recientemente publicado, fruto de más de 17 años de reflexión y estudio, una vez convencido de que las teorías obreristas urdidas en el siglo XIX están ampliamente superadas por las circunstancias. Lejos de cualquier ánimo perfeccionista y dogmático respecto del conjunto de ideas planteadas, el fin consiste en esbozar, lo que se podría considerar como una posible y necesaria revolución democrática, axiológica y civilizadora. Efectivamente, una de las motivaciones de este arduo esfuerzo es la observación de la desintegración doctrinal, política y práctica, probablemente irremediables, del otrora gran conglomerado progresista y de izquierda, en todas sus variantes. A mi entender, los radicalismos decimonónicos de significación proletarista, que hunden sus raíces en la recusable obra de los “filósofos” e ilustrados del siglo XVIII, son en lo fundamental incoherentes y engañosos, erróneos y reaccionarios, estando en el presente, además, del todo superados por la evolución de la realidad social. Ello invita a su sustitución por nuevas proposiciones intelectivas complejas extraídas no de teorías o doctrinas sino de la observación y la experiencia reflexionadas, si se desea retener, una vez reformulada, la noción de revolución como crucial acontecimiento político positivo. Tal es una de las metas de este análisis”.

Tras esta declaración de intenciones Mora centra su esfuerzo en realizar una crítica al marxismo y al método de análisis marxista, coquetea con el 'ideal libertario' en su crítica a la 'dictadura estatista de todo signo', alaba las teorías del decrecimiento entroncándolas con su mesiánica idea de 'ruralidad' idealizada en contraposición a la modernidad. Para Mora todo el pensamiento humano anterior al sXVIII es un error en sí mismo. Insulta y descalifica a pensadoras de todo tiempo, desde las revolucionarias francesas hasta los nuevos movimientos globales de indignación, nada queda al margen del artificio churrigueresco de este 'enorme pensador del sXX', pero su pretencioso autodidactismo no alcanza para sostener un método que valide sus críticas y por supuesto aún menos para proponer un método de acción que cristalice su 'revolución integral' .Su propuesta se resume en que del sXVIII a nuestros días nada de lo 'producido' por el pensamiento humano tiene validez, debemos volver al espíritu inmaculado del mundo rural ancestral y volver a escribir la filosofía y la historia desde allí, ¿y cómo fórmulas de acción?, lo que propone su 'revolución integral' es que “debemos intervenir y no mantenernos en la pasividad” -sic-, ¿algo más? Sí, claro, explica que “debemos ir constituyendo una especie de poder paralelo de opinión en las asambleas”,  pues será que nuestros cerebros están contaminados por las sucias lecturas de otras 'pensadoras' pero estimamos que quizá el triunfo de su 'revolución integral' merezca una planificación algo mayor.

Y, bueno, si el pseudointelectual-conferenciante Rodrigo Mora se quedará aquí tendríamos simplemente a uno más entre tantos otros 'iluminados' con su revolución en la cabeza, pero el problema radica en que su discurso (que no sus tesis, método o propuestas) normalmente de estudiado tono suave y amable en las formas se torna destructivo, agresivo y verbalmente violento cuando es interpelado acerca de los movimientos sectoriales de emancipación humana, especialmente sañudo se muestra con los movimientos feministas.

Y sucede que para la personas que sí compartimos y nos reconocemos en los avances que desde el 'proletarismo' (y otros discursos, métodos y propuestas del ser humano por el bien común y la emancipación de individuos, sociedades y pueblos de antes y después del sXVIII) es un drespróposito intelectual que este pseudointelectual-conferenciante ataque con insultos y descalificaciones los procesos históricos de liberación y emancipación, “y a más a más en casa nuestra”.

En resumen, recomendamos a Rodrigo Mora que continúe su labor intelectual en campos como la Teología dónde su reaccionario proceder encontrará cauce a su lema 'la vida como esfuerzo y servicio desinteresados', y que por el bien de su espíritu y su salud mental abandone las ciencias sociales, tan hedonistas, feministas, emancipatorias, modernas y revolucionarias ellas.

Queremos, por último, destacar el trabajo crítico realizado en “El giro escatológico. La reacción en la crítica de Félix Rodrigo Mora”, editado en Teruel por Pajarraco [B]e[n]diciones en junio de 2012 y del que extractamos algunos de sus párrafos temáticamente.

Comienza la crítica explicando, “Félix Rodrigo Mora, extraño y ambiguo personaje que ha encontrado terreno fértil para difundir sus ideas, o mejor dicho, para crearse a sí mismo un aura de autor y personalidad intelectual en medios libertarios y antiautoritarios, es a nuestros ojos un reaccionario. Este pequeño aporte no es más que un intento por borrar a personajes como éste de los entornos libertarios. (…) Sin más que eso, recomendamos la lectura de 'La Revolución en la Crítica de Félix Rodrigo Mora' de Javier Rodríguez Hidalgo, o el texto 'Naturaleza, ruralidad y civilización o la invención de la tradición en la búsqueda de una arcadia rural' en el blog centauro del desierto, así como el texto 'Sobre la dialéctica cripto-reaccionaria' de Julio Reyero González”.

Algunas 'perlas' extractadas del pseudointelectual-conferenciante Rodrigo Mora a modo de ejemplo:

Félix Rodrigo Mora, homófobo

Como una oportunidad para sacar a flote lo peor de su faceta homófoba, Rodrigo Mora aprovecha y reseña un dudoso libro de un tal Rafael Palacios llamado 'La conspiración del movimiento gay. Apoteosis de la guerra de los sexos'. “Pero una cosa es la legitimidad de la homosexualidad y otra la homosexualización forzada de la sociedad, impulsada desde el poder constituido. La primera es natural, la segunda intolerable y execrable. La satanización del varón heterosexual y del sexo heterosexual es uno de los rasgos más destacados de las sociedades 'ricas' (cada vez menos ricas) de nuestro tiempo. Esto va unido a una imposición desde las instituciones estatales y capitalistas de la homosexualidad y el lesbianismo”.

Félix Rodrigo Mora, racista

“El mismo Obama (de joven, lo mismo que su esposa, simpatizó con grupos próximos a los Panteras Negras), continúa la política ultra-belicista de otros representantes conspicuos de su etnia, como fueron Colin Powell, autoridad suprema del ejército desde finales de los años 80, que lo reorganizó y planificó la guerra de Irak, y Condoleezza Rice. Una consecuencia a deplorar de todo ello está siendo el renacimiento del racismo, ahora en la forma de racismo negro hostil a otras etnias (no sólo a la blanca), como se puso de manifiesto en la campaña electoral de Obama, en el otoño de 2008, que fue racista de manera sibilina, sin que nadie elevase la voz en contra. Los prejuicios raciales, la idea de superioridad o inferioridad respecto a una u otra etnia, son intolerables, y siempre resultan estar fomentados desde el poder constituido, como en este caso. Para decirlo todo, no se puede ocultar por más tiempo que los Pantera Negra, mitificados hoy más allá de toda prudencia, fueron una organización racista anti-blanca, además de preconizar un capitalismo negro, y un ente estatal también negro”.

Félix Rodrigo Mora, antifeminismo y misogínia

“Un dato bien sabroso es que en 'España' la biblia del feminismo neo-machista y feminicida por excelencia, 'El segundo sexo' de Simone de Beauvoir fue editado dos veces bajo el franquismo por grupos de mujeres adscritos a la Sección Femenina, porque veían en tan repulsivo librito, que es además un canto exaltado al capitalismo, la confirmación de sus ideas. En esos despeñaderos anduvieron varias de las que luego se presentaron como feministas (…) Según el feminismo, la misma policía que ha sembrado el miedo en las calles para salvaguardar al capitalismo el 29-M y ha reprimido a mujeres huelguistas y manifestantes, es la que protege a las féminas de los hombres (los textos citados son tan extremistas en su androfobia que ni siquiera diferencian entre hombres maltratadores, una ínfima minoría, ni el 0,0001%, y hombres en general). Es más, anima a las mujeres a cooperar con la policía, a hacerse uña y carne con ella, a aplaudirla y jalearla como su 'protectora'. Su meta es un Estado policial perfecto, con cárceles repletas y campos de concentración a rebosar, en los cuales los varones, esos seres perversos que viven, todos ellos, para explotar, maltratar, violar y asesinar a las mujeres, reciban su merecido. No las detiene la fácil observación de que todo Estado policial, se monte con el pretexto que se monte, es un Estado fascista. Los y las feministas, al exigir a gritos la implantación del Estado policial, manifiestan ser eso, nazis de nuevo tipo. ¿Tendremos que esperar a que una o varias policías feministas asesinen a una mujer, para que quienes están aterrorizados por el feminismo en tanto que religión política se atrevan a denunciar lo que está pasando? De ser así, por desgracia, eso no tardará en suceder. Veremos si entonces las y los espantadizos y sin cerebro que ahora miran para otro lado y guardan silencio se atreven a decir y hacer algo”.

Entre las conlusiones Pajarraco [B]e[n]diciones explican: “El motivo por el cual sacamos este fanzine ya lo hemos explicado en la introducción, aunque podríamos repetir que el objetivo de hacerlo era -a la vez que divertirnos- también purgar nuestro 'pecado' de haber contribuido a que el personaje en cuestión se hiciera un nombre (editando sus libros, invitándolo a charlas y jornadas, etcétera). Y, paralelamente, desenmascarar lo que se encuentra detrás de esa máscara de buitre de la revolución, que detrás de esa fachada no hay más que un reprimido reaccionario que odia por igual a islámicos, gays, lesbianas, anarquistas, mujeres, 'negros', feministas, etcétera, y más cuando estos o éstas son un poco de cada cosa. Con este breve aporte creemos que queda bastante claro el carácter reaccionario de Félix Rodrigo Mora y al mismo tiempo la superficialidad y ligereza con la que toca ciertas cuestiones nos lleva a pensar que el resto de su obra, la que aparentemente 'no ofende' a nadie, es igual de superflua”.

Memes Feministas

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