Este jueves, 13 de marzo, se realizará en Zaragoza, a las 20.00 horas en la Vía Lactea (calle Doctor Palomar 25), la presentación del libro 'Grupos Autónomos: Una crónica armada de la Transacción democrática' junto a su autor Joni D. Este acto está organizado por el programa de Radio Topo Ciutat Podrida. La fecha elegida no es por casualidad ya que este 14 de marzo se cumplirán 36 años del asesinato del militante anarquista Agustín Rueda a manos de funcionarios en la prisión de Carabanchel.
Joni D., histórico del ambiente libertario catalán –ya presente en las primeras okupaciones de Barcelona- nos acerca en su segundo libro a las luchas anticapitalistas de los años 70, una época en la que los atracos financiaban huelgas y bibliotecas, y en la que una juventud impetuosa puso en práctica sus ansias revolucionarias. AraInfo ha podido charlar en Barcelona con Joni D. animándole a contarnos algo más de su último trabajo.
AraInfo.- ¿En qué momento decides investigar sobre la lucha armada de los Grupos Autónomos (GGAA)?
Joni D.- Entre 2007 y 2008 hice un trabajo de catalogación y digitalización del archivo de la Asociación de Amigos de Agustín Rueda. Empleamos muchos fines de semana en revisar sus cartas desde el exilio y desde la prisión, los recortes de prensa de su asesinato y las notas en las que sus compañeros le contaban a su hermano todo lo que le habían hecho.
A pesar de que ya conocía bien su historia este trabajo me conmovió y la asociación manifestó su interés de que alguien escribiera la historia de toda aquella generación que dio cuanto menos la juventud y en casos extremos como el de Agustín la vida por una lucha sin pedir nada a cambio.
A.- ¿Y qué es lo que te ha aportado?
J.D.- En un principio los compañeros eran muy reticentes a hablar de su juventud, de su vida… Y al final, si realicé 15 entrevistas, con 13 de ellos nos hemos hecho íntimos amigos. Han agradecido mi dedicación y les ha gustado el trabajo.
He descubierto que estas personas son encantadoras y que los empujaron a la lucha armada. Ellos querían una evolución social y recibieron ostias, represión, tortura y violencia.
A.- ¿De dónde surgen los GGAA?
J.D.- En el Estado español –en Europa es diferente-, se habían mantenido las organizaciones clásicas de izquierda que a partir de los 70 intentan reconstituirse. Sin embargo hay una nueva generación de jóvenes que, influenciados por el movimiento situacionista, ven que ya no estamos en el 36 o el 39, que el capitalismo es mucho más fuerte y que hace falta nuevas formas de lucha y nuevas organizaciones.
Son unos jóvenes muy cañeros, irónicos y bastante chulos, aunque su ideología es bastante débil en general, tienen una necesidad de luchar muy fuerte. Además su procedencia social es muy heterogénea, desde lo más lumpen hasta la alta burgesía.
A.- ¿Y qué diferencias plantean?
J.D.- Aun siendo parte de la clase obrera, los Autónomos lanzan un discurso que choca con el sindicalismo de la época. Son los primeros que dicen “abajo el trabajo” y defienden que si formas parte de la cadena profesional estas ayudando a mantener el capitalismo. Hoy en día estos conceptos están muy asumidos pero en aquellos años esto provocó un fuerte choque.
A pesar de todo, les permitían llevar maletas llenas de dinero para mantener las huelgas. Se estaba mezclando la autonomía obrera con los nuevos conceptos de lucha armada europea como la Fracción del Ejército Rojo o los grupos italianos como Azione Rivoluzionaria.
A.- Háblanos de los grupos más relevantes…
J.D.- Hubo tres generaciones. La primera, como el MIL y la Olla en Catalunya, sale del movimiento obrero. Enfoca su lucha en el apoyo a las huelgas, las reivindicaciones salariales y de condiciones de trabajo y a la formación. De ahí viene la famosa editorial “Mayo del 37”.
La segunda es mucho más anarquista de concepto. Ya no son tanto trabajadores sino universitarios y su leitmotiv es el intentar que no maten a Puig Antich en un principio y luego dar rienda suelta a la impotencia generada por su asesinato. Son jóvenes más alocados pero al tienen mayor conciencia política, hacían acciones más amplias contra la estructura del estado.
Y la tercera generación sale del apoyo a las luchas de los presos comunices de la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha) en un momento de explosión libertaria. Estos ya atentan contra las estructuras represivas desde juzgados a tutelares de menores, cárceles…
A.- ¿Había diferencias entre las distintas zonas del Estado?
J.D.- Podríamos hablar de 3 sectores un poco diferenciados: Euskadi, Madrid y Valencia y Catalunya. En Euskadi, la Coordinadora de Comandos Autónomos Anticapitalistas se crea tras una escisión de ETA. Esto permite que tengan una capacidad armamentística más alta pero también la represión es mucho más bestia.
Por otro lado están Madrid y Valencia, donde no se quiso saber nada de la reconstrucción de CNT. En Catalunya por el contrario la mayoría de militantes de los GGAA se afilian a CNT porque creen que es necesaria la organización de masas como una herramienta más.
A.- ¿Alguna experiencia similar en Aragón?
J.D.- No he conocido pero tampoco la he buscado. Este trabajo habla a nivel general en el Estado y el trabajo de hemeroteca fue con periódicos estatales. De todas maneras me consta una coordinadora de grupos vascos, catalanes y aragoneses a finales de los 70 y también un atentado realizado en Zaragoza en los 80 y reivindicado por un grupo llamado Acción Directa (diferente del grupo francés. Además me consta algún atraco perpetrado por grupos de Barcelona en Zaragoza lo que implica que había alguien allí porque todos los atracos bancarios se realizan a raíz de informaciones de algún trabajador del Banco.
Este libro no pretende ser la historia de las GGAA sino una primera piedra. No hay análisis de las acciones y pretende ser más periodístico. Esperemos que alguien recoja el testigo y pueda llegar un poco más allá.
A.- ¿Cómo se han trasladado hasta nuestros días los conceptos de la lucha autónoma?
J.D.- En el movimiento okupa y libertario queda mucho de este movimiento autónomo. Hay mucha gente que se ha mantenido autónoma porque el conflictivo proceso de reconstrucción de CNT. Desde entonces somos muchos los que consideramos que el sindicalismo no es nuestra vía, aunque lo respetamos. Nos damos cuenta que lo que decimos y sentimos es lo mismo que decían y sentían ellos. Son la primera generación que marcan las pautas ideológicas anarquistas más modernas.
A.- ¿Tiene sentido reivindicar estas historias pasadas ahora?
Hemos de saber de dónde venimos. Si la dictadura franquista era ilícita porque fue el resultado de un golpe de Estado contra un poder legalmente establecido, la democracia juancarlista que vivimos ahora es ilícita porque viene entregada del dictador al Rey. Somos hijos de la dictadura y nuestros hijos siguen siendo hijos de la Dictadura.
Y para mí lo más importante es que, aunque no lo digan, hubo gente que no se creyó la transición y esa gente son los anarquistas y algunos nacionalistas vascos y catalanes que ya vieron lo que se nos venía encima.
J.D.- ¿Te ha creado algún problema la publicación de este libro?
A los tres días de presentarlo en el Ateneu Llibertari de Sabadell, la policía registró el centro en el marco de la detención de 5 compañeros. Pusieron el libro entre el material incautado. Jamás pensé que la historia pudiera ser tan burda. Era ridículo aunque con su ridiculez han hecho mucho daño.
