Nos acercamos a esta entrevista como aquel adolescente que, antes de dejar su aldea para emprender una nueva vida en la ciudad, visita a su abuelo, tal vez la persona más sabia de la comunidad. Acude a él en busca de consejos, códigos que le ayuden a enfrentrarse a un mundo que le da algo más que miedo. Tristemente se despidió con más preguntas que respuestas, demasiada incertidumbre ante un reto que no se veía capaz de superar. Sin embargo, con el paso de los años, se ha dado cuenta de que aquellas historias valientes, han forjado la mejor guía que hubiera podido encontrar para vivir con Dignidad.
Este salmantino de 82 años sigue lleno de vida. Así lo muestran sus ojos brillantes y cargados de ilusión, -un bien escaso que está dispuesto a regalar-. Pero no nos dejemos engañar, la aparente docilidad que muestra Martín Patino en un primer contacto desaparece en el momento que mira al pasado y revive los abusos de poder y la opresión. Tal vez sea el resultado de haber dedicado toda una vida a la búsqueda de la libertad, -algo así como gajes del oficio, ¿no?-.
Basilio formó parte desde su juventud de aquella escuela de cineastas que en el centro de la península conspiraba, ya en los años 50, contra el franquismo a través de afiladas imágenes e ideas provocadoras. Una generación, que componen otros grandes nombres como el de Saura o Borau, que puso en valor el género documental y supo, a pesar de la censura, retratar con crítica e ironía la sociedad de la época. Nueve cartas a Berta (1966), Canciones para después de una guerra (1971), Queridísimos verdugos (1973) y Caudillo (1974) son sus películas más conocidas.
Además, Basilio no perdonó su militancia dentro de las filas del anarcosindicalismo y participó en la Fundación Cultural de la Confederación Nacional del Trabajo. Tras unos años en los que su producción cinematográfica parecía haberse extinguido, el 15M le impregnó de ilusión y se volvió a echar a la calle, cámara en mano, para dejar constancia de lo que acontecía en la Puerta del Sol. Su última obra Libre te quiero (2012) da una emotiva visión de lo que eso significó.
A pesar de su continua defensa de las ideas libertarias y su actitud políticamente incorrecta, instituciones como la Universidad de Salamanca o la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas han recuperado su figura con diversos galardones. El último fue la Siñal d’onor, máximo reconocimiento del Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe en cuyo marco se grabó esta entrevista.
