En el nombre de un juez

Una nueva víctima, otra mujer muerta a manos de un asesino. Los casos se repiten con tanta frecuencia que están dejando de ser noticia, unas pocas líneas en los periódicos locales y las consabidas condolencias de los responsables públicos

Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Alexandra ha sido apuñalada por su agresor en presencia del hijo de ambos, esto tampoco es nuevo. Al igual que no es nuevo que unos incapaces  dictaminen que un psicópata agresor deba tener derecho de visita por encima de los derechos de la amenazada.

Alexandra había solicitado y conseguido una orden de alejamiento del individuo que finalmente fue su verdugo. Al infame tipejo se le había concedido “derecho” a un régimen de convivencia con un niño de cinco años aun cuando estuviera pensando en matar a la madre de la criatura.

Según noticias que nos han llegado, la Coordinadora de mujeres de Zaragoza aconsejó, buscó y procuró una nueva vida a Alexandra en Madrid, alejada de su agresor. Las mujeres de la Coordinadora imaginaron el peligro que corría la vida de Alexandra y con sus escasos recursos buscaron soluciones que ningún organismo estatal ofrecía a  la víctima.

Somos conscientes de la dureza de la labor judicial, después de una competida oposición, tras meterse en la cabeza los códigos y legislaciones pertinentes deben quedar exhaustos y a continuación viene lo peor: medrar para avanzar en la carrera, agradar al amo que puede promocionarnos, ser fiel siervo de la ideología o del poder. La justicia, parafraseando al inquilino temporal de la Moncloa “ya si eso, esto…ehhh ahhh”.

¿Puede alguien comprender que una mujer amenazada se vea obligada a compartir espacio con su agresor por dictamen judicial?

¿Imagina alguien la tortura de Alexandra dejando a su hijo de forma periódica en manos de su verdugo?

¿Cuántas muertas son necesarias para que los jueces entiendan que el derecho a visitas en casos de violencia es el menos importante de los derechos?

¿Necesitan sus señorías un croquis para saber que un potencial asesino se convierte en asesino si tiene oportunidad?

¿En el siglo de la información no les ha llegado a los jueces la noticia de que los agresores buscan cualquier medio para hacer daño a sus víctimas y no les importa usar a los hijos como blanco?

Demasiadas preguntas y pocas respuestas coherentes. A partir de ahora condolencias, manifestaciones de repulsa, frases grandilocuentes “No estás sola”, “Hay salida”, “Denuncia tu situación”, “Planta cara a tu agresor”,… y mil frases hechas de parecido pelaje.

Todo ello son reformas de chapa y pintura para no abordar el fondo de la cuestión; un país y una sociedad podridos en los que un guardia civil graba, se mofa, tolera, no impide una violación y como premio el Gobierno Disfuncional le indulta ¿motivos para merecer el indulto? El papá del guardia es concejal y cargo del PP. Sobran las explicaciones.

El fiscal general no ve y no encuentra indicios para abrir una causa investigadora acerca del comportamiento del Ministro del Interior y su colega de la Agencia Antifraude de Cataluña. Pensemos que no será debido a que el angel Marcelo ha conseguido que la fiscalía “afine y aliñe” el dictamen a favor de Jorgito. El mismo ministro que tiene al cuerpo policial descabezado y con los cargos directivos en precario debido a las guerras comisariales desatadas en la cúpula policial.

Si en estos asuntos nadie es responsable, nadie asume sus errores, nadie se da cuenta que ocupan cargos en los organismos del Estado para servir a los ciudadanos ¿Qué podemos esperar de un pobre juez? ¿De un delegado del Gobierno como Gustavo Alcalde?, ¿Qué sean responsables con su trabajo y decisiones?

Nadie va a volver la mirada hacia una sentencia que dictamina un régimen de visitas quizás ajustado a ley, pero profundamente estúpido.

Pocas voces preguntarán ¿Por qué no se articulan medidas para que la amenazada esté permanentemente protegida? A lo mejor dedicando alguno de los múltiples policías y guardias civiles dedicados a proteger procesiones, honrar a diosecillos, custodiar a políticos en sus casas y limitar los derechos de las personas (Gustavo Alcalde en estos puntos tiene una gran experiencia) encontrábamos medios para defender a las mujeres amenazadas aunque a un juez, sin ningún atisbo de cerebro, se le ocurra primar el derecho a martirizar al niño por encima del derecho a la vida de la madre y por supuesto a la vida del niño.

Nadie le va a pedir responsabilidades al magistrado. Ni él, o ella van a asumirlas, ya estudió mucho cuando aprobó la oposición y quedó exhausto. Ahora ¡A impartir justicia!

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