El Pleno del Parlamento Europeo pedirá una resolución pactada por todos los grupos políticos del hemiciclo que ilegalice las fundaciones que exalten o glorifiquen el fascismo. Esta medida que afectará a la fundación Francisco Franco quiere mostrar la preocupación del aumento de la violencia neofascista dentro de la Unión Europea tras algunas agresiones como la de la eurodiputada italiana Eleonora Forenza y su asistente.
El texto ha sido consensuado por hasta cinco grupos políticos, progresistas y conservadores, que reclamaron que no se hiciera mención a ninguna fundación en concreto o episodio fascista de cualquier estado.
Sin embargo, insta a todos los gobiernos a condenar claramente y sancionar los discursos de odio racista, xenófobos o intolerantes de parte de políticos y otras figuras públicas a todos los niveles y por cualquier medio.
Además, se muestran “profundamente preocupados” de que las nuevas generaciones “estén cada vez menos concienciadas con la historia del fascismo, lo que representa un riesgo de ser indiferente ante nuevas amenazas”, por lo que enfatizan la importancia de concienciar y educar sobre la historia para evitar nuevos crímenes de odio.
Aunque socialdemócratas, ecologistas y la Izquierda Unitaria trataron de incluir en el texto algunas agresiones concretas como las del Hogar Social, al final quedaron fuera y se votarán como enmiendas sin muchas probabilidades de prosperar.
Tampoco salió adelante incluir la denuncia de la familia Franco contra los activistas que ocuparon el Pazo de Meirás para reclamar su devolución al pueblo gallego ni que se aplaudiera la decisión de retirar los restos de Franco del Valle. Así como que se pidiera eliminar todos los símbolos y monumentos restantes que exaltan el franquismo en el Estado español.