El gasolinazo de México

México se acerca a un abismo social y económico que los analistas ya habían vaticinado desde 2013. Concretamente desde que el presidente Enrique Peña Nieto impulsó la Reforma Energética en el país norteamericano.

Protestas masivas en México contra el gasolinazo.

La noticia parece clara: el 1 de enero el Gobierno México subió el precio de la gasolina en un 20% y la población se echó a la calle en señal de protesta. El llamado gasolinazo implica, además de un encarecimiento inaudito del precio de la gasolina empleada para la movilidad, una subida flagrante del costo de la vida y una dura carga para las clases más empobrecidas del país norteamericano. En un ejemplo fácilmente entendible, si el propietario de un restaurante se hace traer la materia prima en furgoneta, verá como el precio de los productos que compra ha experimentado un aumento porque el repartidor, a su vez, ha tenido que subirlos para sufragar el coste de la gasolina para su vehículo. Esta cadena se transmite hasta unos consumidores que con un salario mínimo que en México se sitúa en los 1.800,8 pesos (100 euros al mes), en 2017 han perdido poder adquisitivo. Si a esto le sumamos la devaluación de peso frente al dólar desde la llegada de Trump y la dependencia de México del petróleo extranjero, tenemos una situación de lo más catastrófica.

Según el presidente de la república en un discurso televisado, este aumento de precio tiene relación con la insustentable financiación pública de los precios del petróleo y la subida internacional del coste del barril. Añade Peña Nieto que de haber seguido subvencionando la gasolina, el gobierno se hubiese visto obligado a efectuar recortes en otras partidas de tipo social. Lo que el presidente mexicano no incluye en su argumentario es que la subida de precios de la gasolina en el país, tiene relación con la semiprivatización de las empresas petroleras patrias. En 2013, el gobierno del PRI y las fuerzas que conforman el Pacto por México, convertía las empresas Pemex y CFE en compañías de utilidad compartida, es decir, compañías en las que la mano privada cargaba con los costos y riesgos a cambio de obtener parte de las ganancias en caso de que el proyecto resultara exitoso. Ya en el mismo 2013 numerosas voces advertían de que la Reforma Energética de Peña Nieto desembocaría en lo que está ocurriendo en México hoy día: un aumento de la crispación social y la violencia.

Analizar lo que está sucediendo en el país con más hispanohablantes del mundo como un problema económico, es un error. Las movilizaciones que empezaron el primer día del nuevo año, han ido aumentando con el paso de los días. El punto de inflexión se sitúa en el 5 de enero cuando la policía asesinó a 3 manifestantes en todo el país y detuvo a más de 250 personas. Además, desde el primero de año, los asaltos a tiendas y gasolineras son frecuentes. Entre las reivindicaciones de los mexicanos levantados contra su gobierno la referente al gasolinazo es una más (de mucho peso obviamente) entre muchas. Entre estas destacan la repulsa total a la corrupción gubernamental (el presidente tiene un patrimonio de más 3 millones de dólares) y la crítica a la gestión del gobierno en la guerra contra el narcotráfico que no ha resultado efectiva. ¿Estamos delante de un 15M a la mexicana? Algo ha quedado fracturado en la sociedad mexicana y las movilizaciones en contra del gasolinazo son la punta del iceberg de esta fractura.

Al final de su discurso, Peña Nieto preguntó dramáticamente a los ciudadanos de su país qué hubieran hecho ellos de encontrarse con la teórica situación de subida de precio de los carburantes internacional. El hashtag #quehubieranhecho se ha hecho viral y las contestaciones a modo de insultos al presidente son frecuentes. Resulta extraño que este hilo de twitter rivalice en masividad con otro que no nos viene de nuevo: #slimparapresidente. La propuesta de los usuarios (más seria que jocosa), del magnate mexicano de las comunicaciones como máximo mandatario político, se parece a lo sucedido en Estados Unidos con Donald Trump: no puede ser corrupto quien ya tiene miles de millones en el banco y por eso debe ser un buen presidente. Como ya dijo Warren Buffett, otro de los hombres más ricos del planeta: "¡Pues claro que existe la lucha de clases, y la mía va ganando!"Como el 1% siga poniendo presidentes la paliza será total.

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