El gaseoducto MidCat entre Francia y el Estado español no serviría para asegurar el suministro

Según un informe de Ecologistas en Acción, en el que se cuestionan los supuestos beneficios de este proyecto de 3.000 millones de euros, cumplir con el objetivo climático del Acuerdo de París debe pasar por dejar de construir infraestructuras que son incompatibles con el objetivo de 2030

Foto: Ecologistas en Acción

Enagás ha estado promoviendo durante más de una década la construcción del gasoducto MidCat, un proyecto muy controvertido de infraestructura de gas entre Francia y el Estado español, que se enfrenta a una oposición cada vez mayor a ambos lados de los Pirineos.

Este proyecto cuenta con el respaldo decidido del Gobierno español y del comisario Miguel Arias Cañete. Asimismo, la Comisión Europea decidió incluirlo a comienzos de 2018 en la lista de Proyectos de Interés Común (PIC), proyectos candidatos a recibir financiación comunitaria y a beneficiarse de unos trámites agilizados.

Ecologistas en Acción explica que este renovado interés se debe a que “unos y otros defienden la pretendida necesidad de este proyecto para fortalecer la resiliencia del sistema gasista europeo, para asegurar la independencia del gas ruso, o para garantizar la seguridad energética europea” y añade que “el gasoducto se está promoviendo como parte de la necesaria apuesta europea por el gas para la descarbonización de la economía”.

Sin embargo, para esta entidad, el proyecto ofrece serias dudas económicas, medioambientales y climáticas, y actualmente cuenta con la fuerte oposición de docenas de organizaciones ecologistas, plataformas ciudadanas, e integrantes del Parlamento Europeo. “El propio regulador francés de la energía considera que el proyecto MidCat es innecesario, especialmente para el sistema de seguridad de suministro francés”, aseguran.

Asimismo, un reciente estudio encargado por la Comisión Europea a la consultora Pöyry deja aún más claro que el proyecto no tendrá ningún impacto en la seguridad de suministro de ambos países. Por ello, Ecologistas en Acción, ODG, Friends of the Earth Europe, y Les Amis de la Terre han presentado un informe que recopila y desmonta todos los mitos de este proyecto y piden al Gobierno francés que se oponga al mismo.

El informe muestra cómo no hay tiempo para que el gas pueda jugar ningún tipo de papel como energía puente hacia un futuro limpio y renovable. Si la UE quiere cumplir con el objetivo climático del Acuerdo de París debe librarse de los combustibles fósiles en unos pocos años. Una apuesta energética que pasa por construir grandes infraestructuras de gas -incluyendo las interconexiones como MidCat- diseñadas para permanecer activas en torno a 50 años, es incompatible con ese escenario deseable.

Para Ecologistas en Acción son “inconsistentes” los argumentos que hablen de la necesidad del MidCat para garantizar el suministro de gas, ya que -como relata el informe- los sistemas gasistas son ya de por sí muy resilientes y tienen el suministro garantizado.

Un proyecto innecesario

Tanto Enagás como el comisario Miguel Arias Cañete han defendido en repetidas ocasiones que el MidCat serviría para garantizar una mayor diversificación del suministro, permitiendo una mayor independencia del gas ruso. Sin embargo, la diversidad del suministro está ya de por sí bastante garantizada tanto en el Estado español como en Europa. Ya existen otros gasoductos y una dotación de terminales de regasificación “absolutamente sobredimensionada”, que permiten la importación de gas desde puntos muy diversos.

Samuel Martín-Sosa, portavoz de Ecologistas en Acción, asegura que "además el argumento de que gracias a esta tubería España pueda suministrar gas a Europa es insostenible después de que los últimos informes encargados por la Comisión Europea hayan demostrado que los flujos de gas hacia el país vecino serían prácticamente inexistentes. El Gobierno francés debería por tanto tomar buena nota y oponerse a este proyecto que nada va a aportar a su país".

Los estudios demuestran que el gas nunca fluiría de un estado a otro. Solo en condiciones muy concretas, que las voces expertas en la materia consideran muy improbables, “podría fluir el gas desde Francia hacia España y muy probablemente sería gas procedente de Rusia” y añaden, “esto anula de base la razón principal que motiva la apuesta de la UE por el gas, conseguir una mayor independencia del gas ruso”.

Para las organizaciones que han presentado el informe, apoyar un proyecto de 3.000 millones de euros que no va a tener ningún beneficio energético, climático, o económico, no es mirar por el interés público, sino “apoyar los intereses particulares de empresas como Enagás, que depende de la construcción de nuevas tuberías para la supervivencia de su modelo de negocio. Es lo que aparentemente están haciendo tanto el Gobierno español como el comisario Miguel Arias Cañete”.

Por todo ello, Ecologistas en Acción insta al gobierno francés a no hacer lo mismo y a rechazar el proyecto por razones climáticas, energéticas, económicas y de interés público.

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