Mal día eligió el sorteo para llevar al Fénix a jugar su partido en el Estadio Diego Pantera. En el primer aniversario del fallecimiento de "Pantera", una institución, no solo en el Club, sino en todo el rugby nacional, Les Abelles se comprometió con la memoria de su “alma mater” que, como todos los grandes, nunca se olvidará.
El Fénix llegaba a Valencia con lo puesto. Con muchos chicos jóvenes que experimentarían el sabor agridulce del rugby de nivel en Divisón de Honor B (DHB). Cuanto antes, mejor. El partido fue divertido y, a pesar del resultado, los dos equipos disfrutaron de un juego abierto y de mucha intensidad. El Fénix tuvo el balón durante muchos minutos de juego y una gran cantidad de ensayos, excepto los cuatro de los primeros 20 minutos, vinieron de contraataques valencianos desde su propio campo cuando el Fénix jugaba para ensayar.
La frágil defensa zaragozana, unido a la brutal diferencia de tamaño físico entre un equipo y otro, hicieron que el marcador fuera tan abultado. Además de la ya comentada motivación con que Les Abelles salió al campo.
Último encuentro dirigido por Alfredo Benedí “Fredy”, que se retira al “senado del rugby”; la escuela, y último partido oficial del equipo zaragozano en DHB, que cierra la temporada con más luces que sombras, habiendo certificado su permanencia muchos partidos atrás, pero con la idea, y eso es bueno, de que se podría haber hecho mucho más. Un equipo que se afianza en la categoría, y que mantendrá al rugby aragonés en la élite al menos durante una temporada más.
