El desprendimiento en Peña Oroel utilizado políticamente para defender el trazado norte de la variante de Chaca

El pasado domingo un gran desprendimiento –una roca del tamaño de un autobús- en Peña Oroel hacía saltar las alarmas una situación que ha sido utilizada por el Alcalde de Chaca para defender el trazado de la variante por el norte de la ciudad

Peña Oroel tras el desprendimiento.

El desprendimiento de una gran roca de la Peña Oroel (Chaca) hizo saltar las alarmas en la ciudad altoaragonesa, aunque por suerte no hubo que lamentar daños personales, y terminó por afectar a un sendero utilizado tan solo por cazadores y trabajadores de las líneas eléctricas circundantes.

Aunque no hay que lamentar víctimas del derrumbe, y todavía sin determinar las causas, que podrían estar asociadas al cambio brusco de temperaturas y humedad, éste abre el debate de si se debe hacer un estudio geológico serio del sistema pirenaico, en especial de las zonas que en época veraniega soporta una gran afluencia de senderistas, con la intención de minimizar riesgos.

Tras el desprendimiento han quedado nuevos bloques al descubierto que podrían caer antes o después. Esta es la opinión del geólogo de la Universidad de Zaragoza José Antonio Cuchí tras ver las imágenes del desprendimiento, por lo que urgía a los responsables a tomar decisiones y cerrar el sendero. Sin embargo, el Gobierno de Aragón rebajaba este lunes la alarma, simplemente porque se trata de un sendero poco transitado y las afecciones habían sido mínimas.

En la misma línea de rebajar importancia, pero llevándose el agua a su molino, el Alcalde de Chaca, José Ramón Ipas, aseguraba que le “horroriza bastante más que un desprendimiento natural que haya quien quiera dibujar una autovía por las faldas de Oroel en su vista desde Jaca”.

La asociación Jaca Sin Perder el Norte (JSPN) ha querido responder al edil, en primer lugar mostrando su preocupación por el reciente desprendimiento de rocas de la Peña Oroel que, según su Presidenta Margarita Langa Albertin, debería inducir a una profunda reflexión sobre la fragilidad de los ecosistemas pirenaicos.

Langa, ha asegurado que nadie en su sano juicio, desearía una autovía por las faldas de Oroel, al contrario, lo que se pretende es causar el menor impacto posible por lo que, continuando en su línea de preservación medioambiental y patrimonial, solicitan un nuevo estudio de la variante conforme a la legislación actual, ya que el trazado aprobado en el año 2001, causaría un daño irreparable a la ciudad.

Margarita Langa lamentaba lo sucedido en la emblemática montaña de Oroel y hace un llamamiento a la población para que reflexione sobre la relación simbiótica entre naturaleza y los seres humanos. “Cualquier modificación en la naturaleza, nos afecta a todos, por ello hemos de procurar que la intervención humana sea lo menos lesiva posible hacia la naturaleza”.

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