El cuento real

Es la tarde del 24 de Diciembre y como todos los años aparece en la pantalla del televisor la imagen regia del heredero del emérito, en Román Paladino si se planteaban dudas acerca de la conveniencia de un rey en este lastimoso simulacro de país tenemos dos; uno para hablarnos una vez al año, antes del pavo y el turrón. El otro, el Emérito, cabalga por el globo terráqueo saltando de jaca en jaca, haciendo sus cosas de rey: Vivir a cuerpo de ídem.

El mensaje como ha sido siempre, un corta y pega de discursos anteriores, que si la solidaridad entre españoles, el esfuerzo solidario para salir del atolladero, la unidad inquebrantable de la patria, el consenso entre partidos para alcanzar acuerdos en pro del bien común… bla bla bla ¡ya, no da para más! Lo raro sería que un Borbón diera juego para algo más que los trabajos a los que se dedica el Emérito.

No vamos a seguir abundando en el tema mensaje navideño, sería otorgar mucha importancia a un individuo cuya principal virtud es haber nacido a través del útero de una griega-germánica fecundada por el descendiente de un afrancesado, el cual fue investido sucesor a la Jefatura del Estado por un rebelde, un sedicioso y perjuro que impuso su voluntad al pueblo sin importarle hacerlo mediante una guerra civil.

Los Borbones y la guerra civil deben de tener una relación inevitable. Con su antecesora Isabel II empezaron las disputas familiares para ver quien se ponía la corona y la cosa acabó a tiros carlistas, naturalmente la cifra de muertos salió entre los humildes españoles.

El nieto de la regia dama y bisabuelo del “Preparado” – Alfonso XIII – impuso una dictadura y alentó otra. Después ya sabemos cómo se las gastan los Borbones, una guerra, cuarenta años de asfixia y un “Campechano” al trono. A grandes rasgos y en trazos cortos ese es el relato de lo que podemos esperar de la afrancesada familia.

Con la Constitución en la mano defenderán con uñas y dientes la integridad territorial de su finca hispánica, los privilegios de género que le favorecen ante las mujeres, el blindaje de su persona, el anacronismo de la institución que representa y la cerrazón legislativa que castiga a los discrepantes con su augusta figura al frente del Estado ¿Le importan algo los españoles al monarca? Poco tirando a nada.

Su hermana imputada se definió en sede judicial como florero de su amado marido Iñaki Urdangarin. La “Señorita no me consta” ha dado una pista oculta acerca del pensamiento que impera entre los integrantes de la familia de sangre azul: “Qué ganas tengo de que acabe esto para irme y no volver a pisar este país” ¿Quiere decir que se irá sea cual sea la sentencia? ¿Renunciará a seguir viviendo a expensas de los habitantes de este miserable país? ¿Nos desprecia por feos o por lo guapa que es ella? A la primera pregunta la contestación es ¡SI! A la segunda naturalmente es ¡NO! A la tercera no sabemos no contestamos, nos tememos que somos horribles vistos por sus ojos majestuosos.

Los miembros de la familia no son muy listos, ni muy diligentes, ni muy sagaces pero son extremadamente astutos para atisbar como continuar mamando sin secar la teta.

El próximo 24 de Diciembre a las 21 horas seremos obsequiados con la continuación repetitiva del cuento: “Como vivir del cuento contando un cuento” y continuaremos en un dulce sopor que dura ya varios cientos de años.

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