Ecologistas disfrutaron de una salida naturalista por el barranco del Bujal

El domingo 11 de marzo, dentro del ciclo de salidas naturalistas de Ecologistas en Acción, se realizó la excursión al barranco del Bujal o de la Estiva que se encuentra próximo a la localidad de Monegrillo en la comarca de Monegros. Se opto por este recorrido en lugar del previsto en un principio por San Caprasio. Este barranco posee varias figuras de protección pertenecientes a la Red Natura 2000: LIC (Lugar de interés comunitario) de la Sierra de Alcubierre y Sigena y ZEPA (Zona de especial protección para las aves) de la Sierra de Alcubierre. También es Punto de interés …

El domingo 11 de marzo, dentro del ciclo de salidas naturalistas de Ecologistas en Acción, se realizó la excursión al barranco del Bujal o de la Estiva que se encuentra próximo a la localidad de Monegrillo en la comarca de Monegros. Se opto por este recorrido en lugar del previsto en un principio por San Caprasio.

Este barranco posee varias figuras de protección pertenecientes a la Red Natura 2000: LIC (Lugar de interés comunitario) de la Sierra de Alcubierre y Sigena y
ZEPA (Zona de especial protección para las aves) de la Sierra de Alcubierre. También es Punto de interés geológico dentro de Elementos de interés del Gobierno de Aragón.
La mañana comenzó con el encuentro de los asistentes, con mayoría de origen turolense, a las 8:00 en la plaza de Santo Domingo con un poquito de sueño pero con las ganas intactas de disfrutar de un buen día de campo y las condiciones climatológicas inmejorables.
Después de pasar por Sariñena y Castejón de Monegros, llegamos finalmente a la pista que sale del kilómetro 29 de la carretera, un poquito antes de llegar a Monegrillo y punto de inicio de nuestra excursión.
Mochilas al hombro, prismáticos al cuello y algun@s la cámara en mano, iniciamos el paseo entre campos de labor. Pasamos junto a la sabina Cascarosa, un bello ejemplar de sabina albar (Juniperus thurifera) de 16 m. de altura y un diámetro de tronco de 1' 10 m. en buen estado fitosanitario y según los lugareños, un árbol muy respetado en el pueblo y que figura en su escudo.
Llegamos rápidamente entre campos de labor y bellos ejemplares de sabina albar al final de la pista y nos adentramos ya en el propio barranco del Bujal en su tramo bajo.
El barranco se muestra bastante cerrado a nuestro paso tanto por la vegetación como por las paredes laterales que en ciertos puntos son bastante altas y buenos emplazamientos para nidificación de búhos reales o abejarucos y proseguimos subiendo en continuo zig-zag propio de los cursos erosivos de los ríos que dan como resultado formas curiosas, derrumbamientos y algún que otro escalón de los diferentes estratos que se quedan al descubierto.
La marcha es tranquila y ahora es momento de salir del cauce del barranco y subir por el collado de la Escalera para tomar el sendero histórico de conexión de Monegrillo con Lanaja. Desde aquí y conforme ganamos altura vamos sorprendiéndonos con el cambio del paisaje y la grandeza del barranco del Bujal en su parte alta. Profundo barranco excavado en sus capas de estratos de arenisca y caliza en forma de V con laderas regularizadas con una anchura media de 250 m. y profundidad máxima de 200 m. y dos valles más laterales que van a desembocar al principal.
El nombre de este barranco se debe a unos cuantos ejemplares de boj que resisten en una zona de umbría a las duras condiciones climatológicas de la zona. Esta especie submediterránea frecuente en zonas calizas del Pirineo, Prepirineo y puntos del Sistema Ibérico, es muy rara su aparición en el fondo de la Depresión del Ebro, ya que huye de las zonas frías con fuerte sequía estival.
Estas características de abrirse paso desde los altos de la Sierra de Alcubierre hasta los llanos esteparios de la Depresión del Ebro, su extensión y la gran cantidad de cortados lo hacen muy apropiado para observación de aves de tipo rupícola y de tipo estepario.
Algunas de las especies más destacables que pudimos ver, sobre todo por su pronta llegada de migración fueron:
Alimoche (Neophron percnopterus)
Golondrinas (Hirundo rustica)
Milano negro (Milvus migrans)
También vimos:
Águila real (Aquila chrysaetos)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Pardillo común (Carduelis cannabina)
Jilguero (Carduelis carduelis)
Triguero (Mliaria calandra)
Mirlo común (Turdus merula)
Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Cogujada común (Galerida cristata)
Paloma torcaz (Columba palumbus)
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Perdiz roja (Alectoris rufa)
Otras especies que se encuentran por esta zona y que no vimos son: cernícalo, halcón peregrino, avión roquero, roquero solitario, roquero rojo, treparriscos (con suerte), abejarucos, collalbas negras, cogujada montesina, curruca rabilarga y cabecinegra. Águila calzada y culebrera, azor y gavilán nidificando por los pinares cercanos. Mochuelo, lechuza y búho real como rapaces nocturnas.
Proseguimos la ruta ascendiendo hasta situarnos en la parte superior de la sierra y del barranco y aquí encontramos un grato acomodo junto a una paridera en rehabilitación y bajo una impresionante sabina para hacer un descanso en el camino, echar un trago de agua y reponer fuerzas tomando un piscolabis. Bocadillos, tuperwares, lamines, risas y alguno hasta siesta incluida al reconfortante solete.
Pero todo lo bueno se acaba y es hora de desandar lo andado para volver al punto de origen por el mismo camino. Eso sí, esta vez de bajada y con las fuerzas recargadas.
La vegetación dominante en las zonas más degradas es de matorral mediterráneo como coscoja, romero, tomillo, ontina, aliaga (alguna ya en flor) y éfedra con especies arbóreas de pino carrasco y sabinas.
La vegetación ligada a suelos yesosos como sisallo, albada, escambrón, asnallo o jaguarzos blancos entre cultivos de labor de secano.
Dentro del barranco destacan las retamas y plantas espinosas como rosal silvestre, zarzas, espino negro y especies adaptadas a las riadas y a su propagación por medio del ganado que recorre este paraje. También nos sorprende la floración de una temprana globularia.
Llegamos a los vehículos y la excursión se nos acaba, pero no se nos escapan los buenos momentos del día y la sensación de haber aprovechado un magnífico día de monte en buena compañía naturalista.

Ahora tendremos que esperar hasta la próxima salida naturalista a finales del mes de abril que celebraremos conjuntamente con el Grupo ornitológico oscense donde recorreremos la laguna de Sariñena con actividad de anillamiento y charla previa durante esa semana.

Ecologistas en Acción Huesca

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