Demasiados profesores de las Facultades de Periodismo incitan a “la neutralidad”

Una mentira como cualquier otra en una sociedad capitalista donde las diferencias de clases hace imposible ser neutrales. A nadie se le hubiera ocurrido ir a Auschwitz a hacer un reportaje en el año 1942 y practicar la equidistancia, es decir, entrevistar a los presos y a los gendarmes nazis para que cada cual hiciera valer sus argumentos. Algo parecido ocurre a diario. Una célebre foto de la lucha de los Astilleros de Puerto Real en el Puente Carranza de Cádiz mostraba a los trabajadores a un lado y a los antidisturbios al otro. Hasta ahí sin novedad, pero la …

INSURGENTEUna mentira como cualquier otra en una sociedad capitalista donde las diferencias de clases hace imposible ser neutrales. A nadie se le hubiera ocurrido ir a Auschwitz a hacer un reportaje en el año 1942 y practicar la equidistancia, es decir, entrevistar a los presos y a los gendarmes nazis para que cada cual hiciera valer sus argumentos. Algo parecido ocurre a diario. Una célebre foto de la lucha de los Astilleros de Puerto Real en el Puente Carranza de Cádiz mostraba a los trabajadores a un lado y a los antidisturbios al otro. Hasta ahí sin novedad, pero la foto se completaba con unos diez periodistas (cámaras de video, fotógrafos, redactores…) que iban al enfrentamiento detrás de la policía esquivando las pedradas. Una ejemplificación palmaria de la trinchera en la que se encontraban las empresas que hacen de la prensa un negocio. Un negocio que no es cualquier cosa porque es el que emana la ideología de la clase dominante. Una de las ráfagas de aire fresco que trajeron los llamados medios de comunicación alternativos (fundamentalmente en la red) fue tratar la información desde una perspectiva clasista, tomado partido, pero por los explotados. La llegada de estos medios supuso que también iba a ver gente que informara en la trinchera de los obreros (por seguir con el ejemplo de la foto descrita).

Dar voz y visibilidad a las movilizaciones, luchas e injusticias y hacerlo desde la inmediatez más radical es una de las señas distintivas. La posibilidad de estar informando al mismo tiempo que se produce la acción no es poca cosa, es un salto cualitativo que sería aún mayor si más y más personas movilizadas tuviesen la necesidad de mandar la información de lo que están viviendo a los medios alternativos, pero haciéndolo de un modo directo, ¡no a la semana, como a veces ocurre!

Estamos en un momento crucial donde las personas que pujan por cambios de raíz en la sociedad han dejado de practicar lo del “menos malo”. Ya no sirve ser antifascista y escuchar la SER y comprar El País los domingos porque es una contradicción flagrante. Los medios del régimen nos odian porque le hemos arrebatado los sectores ideológicos más combativos y eso es un viaje sin retorno. Las redes sociales, divulgando las noticias que aparecen en los medios rebeldes, convierten en corresponsales militantes a cada uno de los compañeros y compañeras, y esa es una herramienta que hay que cuidar y practicar. Reconozcamos que si sacamos una foto con un móvil de una paliza a un manifestante no pensamos ya en enviarla a medio alguno del régimen sino a los nuestros. Vamos conformando un país, una república que crece para desesperación de las grandes empresas, de ahí que surjan rumores sobre la necesidad que tienen de poner candados a internet.

Origen

El origen de insurgente.org hay que buscarlo hace quince años, en una reunión de tres personas en un bar en el Paseo Marítimo de Cádiz: Antonio Maira, Iñaki Errazkin y Jorge López Ave. En ese momento, internet aparecía aún balbuceante y la propuesta de un quincenario digital anticapitalista, de cobertura provincial, dio origen a cadizrebelde. Varios años después vimos que la realidad nos obligaba a un cambio: que fuera diario y que atendiera a la realidad nacional e internacional. Una realidad que cumplirá tras el verano 10 años de vida como tal insurgente.

Insurgente | Para el Especial ‘Medios libres. Quiénes son y cómo trabajan’

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