Decenas de personas rodearon la CHE el pasado sábado a favor de otras políticas hidráulicas

La cadena humana convocada por Puyalón de Cuchas bajo el lema “por una politica de l´augua que guarance o meyo rural y a economía local”, concentró a decenas de personas, activistas medioambientales y sociales venidos desde diversos puntos de Aragón con conflictos hidráulicos.

Una cadena humana rodeó la CHE. Foto: Diego Díaz (AraInfo)

La cadena humana convocada por Puyalón de Cuchas bajo el lema “por una politica de l´augua que guarance o meyo rural y a economía local”, concentró a decenas de personas, activistas medioambientales y sociales venidos desde diversos puntos de Aragón con conflictos hidráulicos.

Junto a activistas como Valentín Cazaña, presidente de COAGRET, se encontraba la gente de Jalón Vivo, plataforma que lucha a favor de un río Jalón con vida, lo que implica, según la plataforma, la paralización del proyectado trasvase del Jalón y del pantano de Mularroya, cuyas obras fueron declaradas ilegales por dos sentencias de la Audiencia Nacional y una del Tribunal Supremo. Sin embargo el Consejo de Ministros declaró el pasado mes de diciembre a las obras de este pantano de “interés público de primer orden”. Antonio Oriol de Jalón Vivo señaló que “seguirán litigando para que el gobierno central reconozca las sentencias de las altas esferas judiciales”.

Oriol mostró su preocupación por la posible desaparición del principal afluente de la margen derecha del Ebro en caso de que las obras continuaran, que “únicamente será” dijo Oriol, “para satisfacer, a corto plazo, los intereses económicos de las grande fincas de Épila y Calatorao, por un lado y de las constructoras por otro, y a largo plazo, para apropiarse y convertir en propiedad privada un recurso escaso como es el agua”.

En la cadena humana también estaba la gente del Bergantes para “defender el río con el que hemos crecido toda la vida, que forma parte de nuestra identidad, y para defender un Aragón vivo con ríos vivos” señaló Isabel Vidal. Lidia San Benito dijo confiar en que al final no se va a hacer la presa, “porque nos van a tener que escuchar, va a haber cambios políticos y ya hay una fuerte presión popular que reclama otras formas de vida respetuosas con el Medio”.

Por otro lado, desde Aturando Yesa, Oscar Mendoza, Víctor Iguacel y Raúl Ramón señalaron que es importante recordar que “actualmente todavía hay ocho imputados esperando a que salga el juicio por la acción pacífica desarrollada por la juventud y habitantes de Artieda en 2012, y que terminó en identificaciones y cargas por parte de la Guardia Civil”.

Iguacel señaló que si es cierto que “el pantano de Yesa está más finalizado que nunca, también es cierto, que está más cuestionado que nunca, ya que ni siquiera hay argumentos políticos para defender el recrecimiento de Yesa, y es ahora cuando debemos y vamos a dar la última estocada a este despropósito”.

La cadena humana, que se tiñó con una tela azul, símbolo de un río vivo, y donde se podían ver diversas y coloridas pancartas reivindicativas exigiendo la paralización de los proyectos de Yesa, el Bergantes, Biscarrués y el Jalón, terminó con el manifiesto donde se recordó que “nunca un territorio puede ser sacrificado para el beneficio de otro” y se animó a que “las obras faraónicas e injustificadas deben ser contestadas y paradas. Yesa, Mularroya, Biscarrués o Bergantes son proyectos de pantanos que hay que desechar igual que las políticas hidráulicas en las que se basan. Unas políticas que pertenecen a otro siglo. Unas obras sin razonamientos lógicos ya que sus altos costes impiden sus aprovechamientos”.

Una cadena humana rodeó la CHE. Foto: Diego Díaz (AraInfo)
Una cadena humana rodeó la CHE. Foto: Diego Díaz (AraInfo)

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