De la Ribagorça a Miami, pasando por Bankia

En estas fechas andamos a vueltas, una vez más, con toda la caterva de caraduras varios que arruinaron Caja Madrid y luego Bankia, cometieron toda suerte de fraudes y luego se dedicaron a fundir la ingente cantidad de dinero público con que hubo que rescatar la entidad. No es cosa de repasar uno a uno, pues daría para una enciclopedia semejante historial de latrocinio, pero por lo menos vamos a centrarnos con un aragonés de pro, que ahora mismo permanece en un interesado segundo plano: Ramón Ferraz Ricarte. Ramón Ferraz es un nombre que a casi nadie dirá nada, pero …

caja madridEn estas fechas andamos a vueltas, una vez más, con toda la caterva de caraduras varios que arruinaron Caja Madrid y luego Bankia, cometieron toda suerte de fraudes y luego se dedicaron a fundir la ingente cantidad de dinero público con que hubo que rescatar la entidad. No es cosa de repasar uno a uno, pues daría para una enciclopedia semejante historial de latrocinio, pero por lo menos vamos a centrarnos con un aragonés de pro, que ahora mismo permanece en un interesado segundo plano: Ramón Ferraz Ricarte.

Ramón Ferraz es un nombre que a casi nadie dirá nada, pero fundamental para entender todo el monumental escándalo de Bankia y las últimas campanadas que han sonado, en concreto el ranking de caraduras diversos que trincaban pasta con tarjetas en negro, además de la estafa del llamado Banco de Miami.

Pues bien, el quinto en ese ranking de desfalco vía tarjeta de crédito opaca, es este natural de Murillo de Llena (Morillo de Liena en castellano), hijo de un caminero que trabajaba en Graus y que presume de sus orígenes humildes. De hecho mantiene una casa en el pequeño lugar ribagorçano, donde veranea con su esposa desde hace tres años, también vinculada a la obra social de Caja Madrid, y donde llega con su flamante coche de alta gama.

Murillo es mucho más discreto que su otra casa de Marbella, aunque desde luego nada comparado con su lujoso retiro en Florida, tras ser el artífice directo de una de las operaciones más irresponsables que se puedan imaginar de la historia de la banca ibérica. Hablamos del inmenso desfalco del conocido popularmente como Banco de Miami, en realidad City National Bank of Florida, con el que Caja Madrid perdió 235 millones de euros que se sepa, aunque otras fuentes hablan de hasta 400 millones, y que precipitó la quiebra de la entidad castellana. Aparte de ese gasto, entre otras compras enloquecidas se fundieron 10,5 millones de euros en un lujoso palacete propiedad de un comerciante de armas que surtía a los directivos de Caja Madrid y que hacía de residencia temporal de estos mismos directivos. El premio al descalabro económico: una jubilación dorada con una indemnización cercana a los 3 millones de euros y, hasta el momento, la más absoluta impunidad.

Ferraz también es directo responsable y promotor de los préstamos masivos a personas migrantes. Esta fue una línea credítica de alto riesgo que se derrumbó como un castillo de naipes y que ha precipitado el desahucio de muchos hogares, aparte de cavar un poco más en el agujero económico de Bankia. Allí se ha oído de todo, desde toda suerte de engaños, como avales cruzados, pero sobre todo la desesperación y la ruina para muchas personas. Mientras esto sucedía se embolsaba el nada despreciable salario de 1,49 millones anuales.

Pero, por si aún no se supera la capacidad de asombro del lector, luego vendría el escándalo de las tarjetas. La Fiscalía le atribuye un gasto con las tarjetas de 397.900 euros, con retiradas de efectivo que llegaron hasta los 210.000 euros, de esas que no dejan huella, o miles de euros en el casino Bellagio de las Vegas y hoteles de la cadena Hilton. El 27 de diciembre de 2005 sacó 3.000 euros en tres minutos a las 5 de la madrugada, el sabrá para qué.

Pero todo el mundo tiene un pasado, no está de más mirar en él. Tras estudiar en Madrid, entre el currículum de este señor está el engancharse al beneficioso carro de la Transición Democrática (no sé por qué tiende a salirme el término transacción) y se apuntó a las filas de la desaparecida UCD, donde empezó a establecer las conexiones adecuadas. Como tantos otros indeseables, uso la política como trampolín ideal para los negocios.

Y tras el conveniente chaqueteo en política y llegar a inspector de Finanzas del Estado, ahora retirado, y censor jurado de cuentas todo fue ir subiéndose al tren adecuado. De ahí pasó a acumular cargos en diferentes instituciones económicas e incluso en la enseñanza, ejerciendo, por ejemplo, de profesor en la IESE Bussiness School, o en la administración de entes muy relacionados con lo público, como IFEMA, Feria de Muestras de Madrid. El ribagorçano llegó a estar hasta en seis puestos ejecutivos al mismo tiempo con altísima renumeración. Como además está muy vinculado a la aseguradora Mapfre, tampoco sería de extrañar que salvara el culo de una eventual fianza cargándola a esta compañía, como pretenden hacer varios imputados del caso Bankia.

Como ya he dicho, ahora Ferraz Ricarte goza una plácida jubilación, junto con su esposa, que también aprovechó para arrimarse a la teta de Caja Madrid, así como parece ser que unos cuantos apegados de su valle. No está de más pensar que alguna vez puede que nos lo encontremos por ese hermoso rincón del Pirineo que es Murillo de Llena, o esquiando en la Val de Benás. En ese caso, no estaría de mal recordarle su desvergüenza, visto que la impunidad la tiene casi segura.

Rolán Marçel | Para AraInfo

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