De chapuza en chapuza, y escribo porque me toca

“Vamos directos hacia el desastre pero.... ¡joder, en qué coches!”. El escritor uruguayo Eduardo Galeano explica así, de esta forma tan gráfica, hacia dónde vamos si no nos apeamos de este capitalismo antidemocrático, destructor y caníbal. Hoy sábado 25 de mayo de 2013 los autobuses de Ágreda Automóviles S.A. no paran en Nuez de Ebro. Resulta que “la parada del empalme de Nuez de Ebro tal y como se ha entregado la obra de dicha rotonda, no puede realizarse en unas condiciones mínimas de seguridad para el propio vehículo y, sobre todo, para los usuarios de la línea, que no …

Fotografía de Patricia Borraz
Fotografía de Patricia Borraz

Vamos directos hacia el desastre pero.... ¡joder, en qué coches!”. El escritor uruguayo Eduardo Galeano explica así, de esta forma tan gráfica, hacia dónde vamos si no nos apeamos de este capitalismo antidemocrático, destructor y caníbal.

Hoy sábado 25 de mayo de 2013 los autobuses de Ágreda Automóviles S.A. no paran en Nuez de Ebro. Resulta que “la parada del empalme de Nuez de Ebro tal y como se ha entregado la obra de dicha rotonda, no puede realizarse en unas condiciones mínimas de seguridad para el propio vehículo y, sobre todo, para los usuarios de la línea, que no pueden ser dejados en la misma carretera rodeados de guardarraíl y sin modo alguno de cruzar o resguardarse del tráfico”.

Esto quiere decir que las vecinas y vecinos de Nuez de Ebro, pueblo de unos 800 habitantes situado a apenas 20 kilómetros de la gran ciudad de Zaragoza, acaban de perder la mitad de los autobuses que les permiten, como único transporte colectivo en la zona, desplazarse a los pueblos cercanos o a la capital de referencia. Dicho de otro modo, nos obligan a coger el coche. Algunas cogemos la bici, pero no podemos pretender que personas mayores, niños o enfermos pedaleen por la N-II, una de las vías más saturadas de toda la red de carreteras de Aragón,... y de la península.

¿Y esto cómo se lee? Recordemos, de forma breve, lo acontecido en los últimos meses. Es penoso que tengamos que dedicarnos a este asunto con la que está cayendo y nos están imponiendo. Tras darle al coco, concluimos en que el derecho a la movilidad (sostenible) es importante, al igual que lo es el derecho a una buena educación, la sanidad pública o la defensa de la naturaleza. Hay que luchar coordinadas, sí, y en muchos frentes.

A lo que iba. Un buen día del verano de 2012, los vecinos de Nuez nos encontramos con dos rayas continuas pintadas en la carretera que une nuestro pueblo con los municipios cercanos. El Ministerio de Fomento imponía una medida arbitraria, absurda y sin consultar. De un día para otro impedía salir de Nuez en dirección a Zaragoza. Además, dejaban aisladas una casa del pueblo, dos negocios y el acceso a los campos que quedan al otro lado de la carretera. Esto sin contar con los autobuses que entraban por ahí y que ya no lo podían hacer.

Semajante chapuza despertó la organización popular en Nuez y la reacción no se hizo esperar. Primero se celebraron asambleas multitudinarias como nunca se han visto en el pueblo, se quitaron directamente las rayas y señales de prohibición, se hicieron pintadas y pancartas, se cortó la carretera en varias ocasiones, se distribuyeron carteles y se organizaron “marchas lentas” para llamar la atención y que el tema se solucionase a la mayor brevedad. En octubre se constituyó la Plataforma para la Liberalización de la AP-2, la autopista de pago y cuyos peajes prorrogó el inefable José María Aznar para seguir beneficiando a sus amigos de las multinacionales y los bancos.

Cualquier persona con sentido común se daba cuenta de que cortar el cruce de Nuez era algo demencial. Y que la solución más sencilla era dejarlo como antes y liberalizar completamente la autopista, es decir, dejar que los camiones circulen por ahí gratuitamente. De esta forma, se acababa con el problema para las vecinas de Nuez y, además, se decongestionaba una de las carreteras más siniestras, con numerosos accidentes, heridos y muertos en las últimas décadas.

El problema de la movilidad y el transporte de largas distancias (tomates en un sentido, tomates en otro; piezas para allí, piezas para allá) daría para un análisis mucho más riguroso. Pero hoy me toca charrar de chapuzas.

No tardaron las multas por participar en las “marchas lentas”, la presencia cada vez más acosante de la Guardia Civil en las protestas... y entre el cansancio y el paso de los meses, la gente se fue retirando. Aún así, siguieron los actos de protesta, incluso en la puerta de la Delegación del Gobierno de Aragón, en la Plaza del Pilar de Zaragoza, las marchas andando por la carretera, los escritos a las autoridades competentes y las cartas a los medios de comunicación comerciales.

El Ministerio de Fomento y la Comisión de Tráfico y Seguridad de la Circulación Vial de Aragón, es decir, los gobiernos y técnicos del PP, seguían sin abrir el cruce de Nuez, amparándose en el artº 102.8 del Reglamento General de Carreteras aprobado en el año 1994 (o sea, del “año de la pera”) argumentando que es un tramo de carretera con un tránsito intenso de vehículos y alto índice de siniestralidad.

Aunque Goebbels, el ministro de Hitler para temas de propaganda, afirmara que “una mentira mil veces repetida se transforma en una verdad”, aquí somos aragoneses, constantes y firmes. Y en el cruce de Nuez no se recuerdan accidentes. No es un tramo siniestro. Los percances o accidentes graves siempre se producían en otros tramos de la N-II, sobre todo donde las gasolineras “Rausán”.

El último muerto fue allí

El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón firmó un convenio con la concesionaria de la autopista AP-2, una chapuza más. Y, ya de paso, un negociete. Gracias a este convenio, las multinacionales y bancos que se benefician de los peajes cobran sí o sí. O de los usuarios que pagan o directamente de los presupuestos públicos. Otra vergüenza más. Casi ningún camión circula por la AP-2 porque la medida es insuficiente, no han mejorado los accesos y sigue primando ahorrarse unos euros y no pagar. Como se ha expresado un montón de veces, la solución para evitar accidentes pasa por bajar el volumen de tráfico en ese tramo de la N-II y liberalizar completamente la AP-2 para que los vehículos que hagan largas distancias circulen por ahí. Como han expresado las vecinas en muchas ocasiones, cualquier inversión en convenios con la concesionaria de la autopista, en rotondas provisionales y en desdoblamientos supondrá a la larga un mayor coste económico para todos. Y no solucionar nada.

Aún así, han hecho la rotonda en el cruce de Nuez. Ha tardado más, pero se ha construido. No era una demanda vecinal, pero era un parche más, al menos para devolver la accesibilidad al pueblo y acabar con el aislamiento de la familia y los negocios afectados. Por fin, esta semana se abrió al tráfico. Durante apenas un mes, han puesto a un montón de operarios trabajando para obrar cuanto antes.

Pero no han tenido en cuenta que allí paraban autobuses. Una iniciativa vecinal en Nuez presentó alegaciones colectivas al proyecto de rotonda que habían presentado los de Carreteras, para respetar los apartaderos necesarios para la seguridad de la parada de los buses. Ni respuesta se ha recibido. Y desde hoy, hemos perdido 6 líneas diarias por Nuez. La mitad de los autobuses que permiten una mínima movilidad colectiva.

Que no nos representan, está claro. Que esto no es una democracia, obvio. Pero que, además, son unos chapuceros, es algo que cualquiera que participe en asuntos públicos o comunes lo ve a las primeras de cambio.

Desde aquí tan solo pedir soluciones inmediatas. Que pongan la parada ya. En la carretera o, mejor aún, en la entrada del pueblo, para evitar que los peatones tengan que cruzar una N-II congestionada para llegar a la parada. No hay excusas. Solo hay chapuceros.

Y, entre tanto, seguiremos luchando por otro mundo, otra sociedad, otro modelo, en las cuestiones globales y en las pequeñas peleas cotidianas, como esta. Somos la alternativa a estos chapuceros, chupópteros y privilegiados. Cojamos las riendas de nuestras vidas.

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