Hay ocasiones en que quienes hemos vivido en Cuba y hemos estudiado su historia tenemos el tiempo y las ganas de ponernos pedagógicas. Así, si creemos que el o la interlocutora lo merece, nos toca explicar, por ejemplo, cómo funciona la democracia cubana, por el momento, la más avanzada del mundo a nivel de estado. O quizás el motivo por el que la Isla Infinita es el 'faro', el referente para las oprimidas de 4/5 partes del planeta, aunque a veces no tanto para las de la otra 1/5 parte, del mundo enriquecido,...,
Sin embargo hay veces que no merece la pena el esfuerzo y, como es el caso, prescindimos de una explicación larga y paciente, de los matices y de la pedagogía política, para directamente afirmar que quienes no comprenden y, por tanto, no quieren ni defienden a Cuba son, o bien muy ignorantes, o bien de derechas, o tal vez ambas cosas a la vez.
En el caso de Juanma Fernández, a juzgar por su insultante columna del 20 de agosto 'La botellita de Willy', obviamente se trata del tercero de los tipos, y con alguien como él, también es obvio, no corresponde sino la segunda de las posturas. A no ser, claro, que se disponga del suficiente espacio y tiempo, y que se haga en debate público, para dejar en evidencia a opinólogo tal , y así cumplir con la tarea didáctica con quienes asistan y no con un caso perdido.