Los campos de refugiados en las islas griegas se convertirán en centros de internamiento

En aplicación del acuerdo firmado entre la UE y Turquía, el gobierno heleno ha iniciado el desalojo de los campos de refugiados en sus islas, que pasarán a convertirse en centros de internamiento

Protesta en Idomeni. Foto: Miguel Ángel Conejos.

Este lunes ha comenzado el desalojo de oenegés y equipos de voluntarios del campo de refugiados de Moria en la isla de Lesbos, en aplicación del acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía, para la paulatina devolución de refugiados hacia el país otomano.

La decisión ha pillado por sorpresa a muchos de los voluntarios y oenegés, que criticaban la celeridad de la misma, y que en algunos casos les ha impedido incluso recoger el material en el interior y las instalaciones.

Moria se ha convertido de la noche a la mañana en un Centro de Internamiento, dejando la labor humanitaria para con los solicitantes de asilo, ejercida por miles de voluntarios, en una anécdota del pasado.

Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha respondido a las críticas vertidas contra la organización durante el fin de semana, debido a la colaboración de la misma en el desalojo de los campos de refugiados  de las islas griegas, con un comunicado en el que advierte que no colaborará en procesos de deportación, y tan solo lo hará en acciones de ayuda humanitaria. "Los refugiados necesitan protección, no rechazo”, advertía en dicho comunicado.

Este lunes no ha llegado ninguna lancha a las islas griegas, probablemente interceptadas por los guardacostas griegos, sin embargo, la situación en Grecia continúa siendo caótica. El gobierno heleno ha emitido un balance de cifras sobre los refugiados. En total 50.411 solicitantes de asilo se encuentran varados en Grecia, un país que todavía no dispone de la infraestructura necesaria para aplicar el nuevo acuerdo, ni de órdenes concretas.

Por el momento varios barcos han trasladado a miles de personas de las islas griegas hacia el continente, donde los puertos también continúan desbordados. Más de 13.000 se encuentran en la periferia de Ática, de ellas más de 5.000 en el ateniense puerto de Pireo.

La desinformación afecta especialmente a los refugiados, que permanecen a la espera de noticias que les expongan cual va a ser su futuro inmediato. Este es el caso de las 13.000 personas atrapadas en Idomeni, un campo sobrepasado desde hace semanas, y para el que no se ha afrontado todavía ninguna solución, pese a que la frontera con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) permanece cerrada a cal y canto.

En la mañana de este lunes se han sucedido las protestas en Idomeni, en forma de manifestaciones espontáneas y de sentadas, exigiendo soluciones a un problema que parece alargarse indefinidamente.

El cierre de los campos de refugiados en las islas ha generado protestas fuera de las fronteras griegas. Muchas europeas y europeos han mostrado su disconformidad con la aplicación del acuerdo UE-Turquía. En Aragón, decenas de personas protestaban con caceroladas en diferentes localidades, una protesta que también ha sido secundada en diferentes puntos del estado español.

Algunos eurodiputados también han mostrado su rechazo contra el acuerdo, desplazándose hasta Idomeni, donde han sido testigos de la dramática situación que se vive en la frontera greco-macedonia. "Esto es una vergüenza europea, aquí de entrada no llega ayuda de ningún tipo, están prácticamente las oenegés haciendo todo el trabajo", manifestaba Ernest Urtasun, de la Izquierda Plural, desde el campo de refugiados de Idomeni.

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