Chile, de la transición a la alternativa

La segunda vuelta de las elecciones chilenas, celebrada el domingo 15 de diciembre, se saldó con la victoria de Michelle Bachelet y la coalición Nueva Mayoría (NM), frente a la candidata de Alianza, Evelyn Matthei. La candidata Bachelet obtuvo el respaldo del 62,15% de los sufragios emitidos, mientras que la aspirante de la derecha, Matthei, obtuvo el 37,84%. En la doble vuelta de las presidenciales chilenas la protagonista absoluta ha sido la abstención, que alcanzó el 51% en la primera jornada de votación y un 58% en la segunda vuelta. Esta abstención es la más alta desde las primeras elecciones …

Las jóvenes militantes comunistas Camila Vallejo (en la foto) y Karol Cariola consiguieron el acta de credencial en las pasadas elecciones.
Las jóvenes militantes comunistas Camila Vallejo (en la foto) y Karol Cariola consiguieron el acta de credencial en las pasadas elecciones.
Las jóvenes militantes comunistas Camila Vallejo (en la foto) y Karol Cariola consiguieron el acta de credencial en las pasadas elecciones.

La segunda vuelta de las elecciones chilenas, celebrada el domingo 15 de diciembre, se saldó con la victoria de Michelle Bachelet y la coalición Nueva Mayoría (NM), frente a la candidata de Alianza, Evelyn Matthei.

La candidata Bachelet obtuvo el respaldo del 62,15% de los sufragios emitidos, mientras que la aspirante de la derecha, Matthei, obtuvo el 37,84%. En la doble vuelta de las presidenciales chilenas la protagonista absoluta ha sido la abstención, que alcanzó el 51% en la primera jornada de votación y un 58% en la segunda vuelta. Esta abstención es la más alta desde las primeras elecciones que tuvieron lugar en 1989. Este dato obliga a una reflexión sobre la crisis de modelo político-institucional y otros síntomas de hastío social.

Echando la vista atrás, cabe recordar que allá por los años 70 del siglo pasado, en plena dictadura pinochetista, los Chicago Boys -con Milton Friedman a la cabeza- hicieron su incursión en la economía chilena.

El país que gobernará Bachelet fue en cierto modo el laboratorio de una de las versiones más salvajes de la doctrina neoliberal. El famoso modelo chileno se traduciría en abrumadoras diferencias sociales.

Por poner un ejemplo; en EE UU el 1% de la población concentra el 21% de los ingresos, en Alemania el 1% concentra el 12% de los ingresos mientras que en Chile el 1% concentra el 31% de los ingresos.

En las últimas décadas, la Concertación, que agrupa en su seno partidos de izquierda, no ha hecho más que gestionar los pocos márgenes que la Constitución pinochetista le ha dejado. Cabe recordar que Pinochet se mantuvo como comandante en jefe del Ejército hasta marzo de 1998, desde entonces hasta su muerte, en 2006, ocupó el cargo de senador vitalicio.

La sombra de Pinochet y del golpe ha estado, por tanto, muy presente hasta hace bien poco. Esta situación ha llevado a una deslegitimación acelerada del modelo de transición y a día de hoy son cada vez las más voces que afirman la necesidad de una transición real a la democracia.

No es por tanto casual la baja participación en unas elecciones marcadas por el desencanto político y la movilización social.

La movilización masiva de los estudiantes, del sector de la sanidad... ha posibilitado que la derecha, en 4 años, haya pasado del gobierno a la oposición.

Las últimas elecciones y el triunfo mismo de Bachelet dan paso a un escenario de incertidumbres, pero en el que aparecen nuevas posibilidades. La incorporación del Partido Comunista a la Concertación ha permitido conformar la Nueva Mayoría. Por otra parte, el acta de credencial obtenido por jóvenes militantes como Camila Vallejo y Karol Cariola, puede servir para presionar desde dentro a la Nueva Mayoría, cara a hacer posibles los cambios incorporados al programa de gobierno y que tan necesarios son para la clase trabajadora chilena.

Por primera vez, la Nueva Mayoría puede tener posibilidad real de abordar cambios de calado en materia social, como son las reformas en educación, sanidad o la reforma política. Ello sin obviar la necesidad urgente de hacer frente a las transnacionales y a la economía extractivista de recursos naturales.

En materia internacional, la Nueva Mayoría puede favorecer que Chile llegue a un arreglo con Bolivia para dar salida al mar a este país, lo que podría redundar en cambios en la política aislacionista que lleva a cabo la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile), dando paso a otro tipo de relaciones entre esa alianza y otros bloques como la CELAC, ALBA, o MERCOSUR.

La Nueva Mayoría cuenta con 4 años para dar pasos hacia los cambios estructurales que reclama Chile. Para ello cuenta con una diferencia holgada en las instituciones (senado y parlamento) y dispone del apoyo de una mayoría social movilizada que exige políticas transformadoras.

Aunque la democracia representativa vive una crisis de credibilidad, con todo, éste puede ser el momento de ejercitar cambios en la sociedad chilena, pero no olvidemos que los golpistas se mantienen al acecho para copar el poder.

Aquel 11 de septiembre de 1973, el Ejército truncó la construcción del socialismo por la vía chilena, por una vía no violenta.

Hoy, 40 años después, la sociedad chilena demanda los mismos cambios que Allende puso en marcha pero se vieron truncados por el lado oscuro del militarismo. No cabe la menor duda que hoy como entonces los verdaderos cambios cuentan con el respaldo de la mayoría del pueblo chileno.

Asier Altuna (responsable para América de Sortu) | Para AraInfo

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