El Gobierno en un derroche de sinsentido anuncia su intención de seguir enterrando el dinero público en el pantano de Mularroya y el trasvase del Jalón, concretamente pretenden sacrificar en los próximos cinco años 117,9 millones de euros en una obra que no se terminará por tratarse de la obra hidráulica del Pacto del Agua con más sentencias desfavorables (dos de la Audiencia Nacional y una del Tribunal Supremo).
Cuando desde el Gobierno se está respondiendo a las peticiones de la sociedad civil con un eterno “no hay dinero”, cuando se emplea el mismo “argumento” en conflictos laborales como el de los brigadistas de la extinción de incendios (BRIF) dependientes del Ministerio de Medioambiente y cuyos sueldos han ido recortándose de manera vergonzosa en los últimos años, resulta que se nos hace una exhibición de dinero público. Parece ser que la maleta no estaba vacía como se nos repetía una y otra vez, al parecer había un doble fondo, y ese dinero va a ver la luz justo en la precampaña electoral. Estamos ante otra forma de financiar campañas electorales, las tramas corruptas para la financiación de los partidos (incluidas las cajas B) son mucho más arriesgadas que coger el dinero público y gastarlo en grandes proyectos aunque sepan que lo más probable es que no se consiga finalizar nunca; es posible que esto no se trate de un caso de malversación de fondos públicos, pero lo que es seguro es que se le parece bastante.
La concesión de 117,9 millones para el trasvase del Jalón y el embalse de Mularroya se está escenificando como una señal de la salida de la crisis y al mismo tiempo como si el bloqueo de este proyecto obedeciese a razones presupuestarias, el Estado siempre ha tenido recursos para finalizar este proyecto, pero este proyecto es un proyecto al margen de la Ley, y por eso lo mando parar el Tribunal Supremo en el 2013.
Ante la declaración del proyecto de Mularroya como una obra de interés general prioritario con la que se despidió el Gobierno en el último Consejo de Ministros del 2014 nosotros denunciamos ante los medios de comunicación que se trataba de un “indulto” a una obra ilegal, que de la misma manera que se indulta a los amigos en los Consejos de Ministros se aprovecha para aplicar indultos a las obras con “intereses amigos”. Si entonces entendimos que se estaba forzando el Estado de Derecho hasta más allá de sus límites, ahora se desperdician recursos públicos en una obra que no se terminará nunca, eso en los tiempos de crisis que estamos viviendo no tiene ninguna justificación.
Desde Jalón Vivo seguimos teniendo las mismas razones económicas, sociales y medioambientales para seguir defendiendo nuestro río, frente a las grandes inversiones en la agroindustria, que serían las que se beneficiarían con el trasvase del Jalón y Mularroya, nosotros seguiremos defendiendo a las pequeñas economías agrarias que aprovechan nuestros recursos naturales y cohabitan con nuestro paisaje. Los pequeños productores de toda la cuenca del Jalón tendremos que asumir parte de los costes de este insostenible proyecto, así lo establece la Normativa Marco del Agua, y eso será un golpe para la agricultura familiar de todo el rio. Seguiremos apostando por lo pequeño, por la gente común, por nuestro entorno , por nuestros recursos naturales, por nuestro río y los aprovechamientos que nos ha permitido a lo largo de los años.
Cuando la clase política se va de vacaciones, cuando cualquier trámite se pospone hasta septiembre, cuando las administraciones echan las persianas, cuando el Estado se queda en penumbra o en la más absoluta oscuridad, cuando todo se para; es entonces cuando se decide intentar asustarnos con una extravagante dotación presupuestaria para el expolio de nuestro paisaje. Pero desde el 2001 que llevamos en esta batalla ni el dinero ni el poder nos ha conseguido doblegar, el gobierno sigue sin entender que nosotros no entendemos de grandes cifras macroeconómicas, tan sólo somos pequeñas gentes defendiendo su paisaje y su río. En esta noche sólo escuchamos ladridos, tantos ladridos que es imposible dormir, empezamos a contarlos y llegamos a contabilizar hasta 117,9 millones de ladridos, al despertarnos leemos en la prensa que lo de anoche no eran ladridos, eran euros. Es entonces que sonreímos al recordar la famosa cita: “Ladran, amigo Sancho, señal que cabalgamos”.
