Calvos contra el ecocidio aragonés

La foto es lo importante. Estaba revisando materiales viejos, y apareció sepultada entre revistas e historias de todo tipo. Nos cuenta una protesta contra la ampliación de las pistas de esquí de Gúdar y Javalambre, allá por los inicios del siglo XXI. Unos activistas con una pancarta en la que aparece la frase “No nos deis más pistas, estamos hasta el…”, y tres culos mostrando su desnudez, un provocador “calvo” contra el ecocidio. La ampliación quedó paralizada en 2005. Alguna batalla se gana. Este pasado fin de semana se cumplieron tres décadas de la lucha contra el pantano de Biscarrués. …

Folleto de Ecologistas en Acción – Otus, 2001.

La foto es lo importante. Estaba revisando materiales viejos, y apareció sepultada entre revistas e historias de todo tipo. Nos cuenta una protesta contra la ampliación de las pistas de esquí de Gúdar y Javalambre, allá por los inicios del siglo XXI. Unos activistas con una pancarta en la que aparece la frase “No nos deis más pistas, estamos hasta el…”, y tres culos mostrando su desnudez, un provocador “calvo” contra el ecocidio. La ampliación quedó paralizada en 2005. Alguna batalla se gana.

Este pasado fin de semana se cumplieron tres décadas de la lucha contra el pantano de Biscarrués. Hay amenazas que todavía siguen latentes en el territorio. Treinta años es mucho tiempo. A pesar de las alternativas, las mediaciones o los lloros de algunos por seguir con su modelo caduco. Aragón sigue expuesto colonialmente a estos atropellos. Y a los chantajes: ahora con el pantano de Almudébar.

Pero hay más. La Mina de Borobia tendrá una superficie más reducida, vía judicial, a pesar de que el río Manubles ha empezado a mostrar una turbidez extraña. En Artieda llueve sobre mojado con estos temas, ni la sismicidad parece parar a los pantaneros. En el Bergantes llevan menos tiempo con la lucha, pero esa amenaza sobre un paisaje (y sus gentes) sigue su curso. En Mularroya construyen una presa para entubar agua y de paso destruyen patrimonio. Todo muy normal.

Atrás quedaron Gran Scala, las líneas de alta tensión u otras chaladuras que afectan a los de siempre. Incluso Zaragoza sufre estos desmanes: ese azud de Belloch. Y la lista se hace interminable, con proyectos de fracking, especulaciones urbanísticas en el Pirineo o en el Moncayo, la cueva de Chaves, las reversiones que no llegan tras décadas de afecciones y servidumbres.

Hace unos años quise desarrollar el concepto de eco-aragonesismo, lo usaba por este blog. La idea no cuajó aunque la gente entiende perfectamente de lo que hablamos. Aragón pivota sobre una triple colonización: la capitalista (ubicadas en la atroz Europa occidental, lucha de clases, neoliberalismo), la política (seguimos sometidas desde 1707) y la ambiental (de consecuencias terribles).

De calvo en calvo, hasta la victoria final.

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