Arranca la campaña de las elecciones impuestas por el Estado español en Catalunya

Empieza la campaña electoral más extraña de la historia reciente de Catalunya. Los partidos políticos muestran sus programas en unos comicios en los que se hablará mucho de autodeterminación y unidad.

Las elecciones más extrañas de la historia

Los comicios que se celebrarán el próximo 21 de diciembre en Catalunya son absolutamente atípicos por muchos motivos. Los más evidentes: la violencia ejercida por la policía el 1 de octubre, la encarcelación de miembros del Govern, el exilio del president de la Generalitat, las fianzas millonarias para las y los políticos encarcelados, la propia imposición de los comicios vía artículo 155 de la Constitución o la sistemática ilegalización por parte de la Junta Electoral de simbología independentista. Estos son solo algunos puntos que convierten la fecha señalada -un jueves- en un día extraño.

Pero lo kafkiano no solo es eso. El futuro, todavía puede ser más extraño si tenemos en cuenta los distintos escenarios posibles. Según arrojan las encuestas -nada confiables teniendo en cuenta lo extraordinario de la situación- tres son los escenarios que podrían producirse.

El primer escenario: una repetición de los resultados de 2015. En este caso, vuelta a empezar. Esta parece ser la opción más avalada por los números.

El segundo escenario: una mayoría independentista en votos y escaños. Pese a que las cifras hipotéticas no parecen indicar esta situación, de producirse, como en el caso anterior, nuevamente nos encontraríamos en una encrucijada. El Estado aplicaría -y de hecho así lo ha amenazado- el artículo 155 y de nuevo se repetirían elecciones.

El tercer escenario: una mayoría españolista en escaños. Las encuestas de los grandes medios de comunicación afincados en Madrid y el último CIS consideran que Ciudadanos podría empatar en escaños, 32, con ERC, la primera fuerza en todas las quinielas. Más allá del hecho de que cuando medios como El País vaticinan resultados increíbles es porque algo sobrenatural está sucediendo -entiéndase sobrenatural como venga en gana-, lo cierto es que un resultado de este tipo supondría el fin del autogobierno catalán, la dilapidación de las instituciones culturales catalanas y el fin de la libertad de prensa en el país.

Los programas electorales

En las elecciones más extrañas de la historia, todo está por ver. Lo primero, tal y como pedía el diario británico, The Guardian, si al menos, la llamada a las urnas se puede llevar a cabo sin políticos entre rejas.

En un contexto como este es difícil hablar de programas electorales. Más cuando algunas fuerzas como ERC no han presentado el propio cuando la campaña electoral está a punto de arrancar.

ERC

Desde hace unos años, gracias a la profusión de medios de comunicación alternativos a la tríada televisión, radio y prensa, hablar de campañas tiene poco sentido. Los partidos políticos pasan todo el año -los cuatro años de legislatura- en ese estado de grandes proclamas y ansiedad generalizada. Es por ello por lo que el día 3 de diciembre, cuando Marta Rovira e Inés Arrimadas mantuvieron un cara a cara en el programa Salvados, pese a que la campaña para las elecciones del 21 de diciembre empieza el 5 de diciembre a las 24.00 horas, las lideresas ya estaban en campaña.

En el reality dirigido por Jordi Évole, Rovira intentó mantener un perfil tranquilo. Pese a esto, la presión judicial y política a la que se encuentra sometida la formación republicana pudo apreciarse nítidamente. Resulta complicado establecer un programa político con compañeros de filas en las cárceles y con un “aliado”, Puigdemont, que, desde Bruselas, lleva en campaña desde el día en que se marchó.

Las encuestas que hace medio año daban el primer puesto a ERC están menos claras. A la fuerza de Ciudadanos hay que sumar el embiste que el partido está sufriendo desde Junts per Catalunya. El partido alfa cada vez lo es menos, viviendo entre dos aguas: la derecha nacionalista y la CUP.

Ciudadanos

Si Rovira intentó aparecer calmada, Arrimadas hizo todo lo contrario. Con una agresividad inusitada -que tristemente da votos-, la lideresa de la formación naranja, como todo su partido, sabe que el insulto al independentismo y a la catalanidad le da rédito electoral. Del mismo modo, el programa que Ciudadanos ha presentado empieza con la siguiente propuesta más que sintomática: “Acabar con el monotema del ‘procés’”.

Pero Arrimadas no solo quiere acabar con la aspiración de más de 2 millones de personas. El programa del partido de derechas quiere acabar con aquellas instituciones que considera “demasiado independentistas” y depurar toda organización de cargos directivos que tengan alguna relación con el ánimo autodeterminista. Más allá de eso, su programa se viste con recetas de derechas disfrazadas de progresismo y con un toque de populismo.

Ciudadanos quiere acabar con el monotema, pero en la práctica, Ciudadanos es poco más que una muleta del Partido Popular cuando no habla del monotema. Si en España es cuarta fuerza, en Catalunya, con 32 escaños -muchos de los cuales son ex votantes del PP- según las últimas encuestas podría empatar con ERC.

Junts per Catalunya

El programa electoral de la candidatura encabezada por Carles Puigdemont ha sufrido, en lo que ha independentismo se refiere, una operación de régimen considerable. Las propuestas del partido de derechas en materia soberanista no superan la página y entre ellas la mayoría son medidas de defensa más que medidas de propuesta. Derogar el 155, restituir las instituciones catalanas, restaurar a Puigdemont como president, etc. No es tarea sencilla, con todo, el camino hacia la República catalana parece que ha pasado a un segundo plano para Junts per Catalunya.

Con un programa muy parecido al de Junts pel Sí de 2015, el mayor aliciente de la formación es la figura de Carles Puigdemont y la aparición en la lista de numerosas personalidades independientes no adscritas a ningún partido político.

PSC

El partido encabezado por Miquel Iceta ha elegido la estrategia de la reforma constitucional como vía de campaña. Parece una estrategia que resuena a tiempos pasados o a tiempos fantásticos. Más cuando las encuestas auguran que el partido -amalgama extraña de personalidades homófobas, líderes del sindicalismo tradicional y miembros de organizaciones de extrema derecha- vivirá un importante crecimiento. La fuerza alcanzaría los 21 escaños tras los 16 conseguidos en las últimas elecciones.

La vía de la reforma es muy electoralista y en el Estado español actual poco posibilista. Como ya se demostró cuando Pedro Sánchez afirmaba que Rajoy le había dicho que reformaría la constitución para luego desmentirlo el presidente, la llamada tercera vía es imposible.

Catalunya En Comú Podem

Lejos quedan esos tiempos en los que la formación rehuía de todo lo que rezumara a electoralismo. La fuerza de izquierdas ha caído en las trampas del juego de urnas y actualmente hace grandes esfuerzos para que su electorado no se marcha al PSC o, lo más surreal, a Ciudadanos. Es por este motivo que declaraciones como las de Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, a duras penas sorprenden. “Los partidos independentistas han fracasado al prometer algo que ellos sabían perfectamente que era mentira. Quizás sin quererlo han contribuido a despertar el fantasma del fascismo”, afirma el líder de la formación morada. La declaración pone de manifiesto la estrategia de Catalunya En Comú Podem. Seguir en la equidistancia hasta dónde sea posible; culpar a independentistas y a la derecha española, intentando caer en simpatía al PSC.

Las encuestas reflejan lo inoperante de esta estrategia: de 11 escaños en 2015 a 9 en 2017.

CUP

Es deporte nacional en Catalunya dar por muerta a la formación anticapitalista. Ya sucedió cuando la CUP se negó a investir a Artur Mas como presidente de la Generalitat, y de nuevo ha vuelto a suceder. Pese a esto, la Candidatura de Unitat Popular, según los vaticinios estadísticos alcanzaría el 21 de diciembre los 9 escaños; uno menos que en 2015 y toda una proeza dada la presión a la que siempre está sometida.

Su programa electoral se mantiene inalterable. Se suman las medidas de emergencia como derogar el 155, la liberación de los y las presas políticas o la defensa de las instituciones catalanas. Todo ello sumado a la declaración unilateral de la independencia.

La formación independentista se encuentra en un momento de recomposición. En una carta enviada a su militancia el Secretariat Nacional de la CUP -órgano más elevado de transmisión de decisiones- afirmaba que entre los días 10 y 20 se producirá una renovación del mismo. Lo que para los viejos cánones políticos es visto como debilidad, dentro de la CUP puede explicarse como una forma de empoderarse.

PP

La caída más importante según las encuestas será la que vivirá el Partido Popular. De 11 escaños a 7.

El partido liderado por Xavier García Albiol debería estar preocupado, con todo no lo está. ¿Por qué? Al PP del Estado español, desde hace tiempo, los votos obtenidos en Catalunya ya no le importan, de hecho, ni le sirven. Es por este motivo que el discurso encendido del líder del PP en el territorio más que para ganar electores allí, sirve para ganar votantes en el Estado español. No se explica de otro modo que el PP represente menos que el 8% de los votos.

Eso es lo que refleja el programa de García Albiol: finiquitar el independentismo, el catalanismo y a poder ser, parecer más agresivo que Ciudadanos en esa tarea. El PP en Catalunya, raro asunto, es la muleta de Ciudadanos.

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