Apudepa denuncia el derribo de una fachada con pinturas modernistas de un edificio singular de Tarazona

Se trataba de un edificio modernista que desde hace dos años solo conservaba su fachada pintada y que el Ayuntamiento había catalogado como singular. "La desidia del ayuntamiento de Tarazona, que a la postre consistió tal desafuero, y la prepotencia del dueño, han provocado que perdamos este patrimonio único en la ciudad del Queiles", explican desde la Asociación.

Imagen de archivo de la judería de Tarazona. Foto: Apudepa

Recientemente, la Asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) ha sido informada de una de las "mayores tropelías" que, a su juicio, se han cometido en los últimos años en Tarazona. Concretamente se refieren al derribo de la fachada de un edificio singular que estaba situado en la calle Los Aires nº1, cerca de la plaza del Ayuntamiento de esta localidad.

Desde la Asociación denuncian que la demolición, que se llevó a cabo en dos partes, comenzó con "nocturnidad y alevosía" en los últimos días del mes de noviembre y fue consumado "fatalmente" el pasado día 26.

Se trataba de un edificio modernista que desde hace dos años solo conservaba su fachada pintada y que el Ayuntamiento había catalogado como singular. La personalidad de la fachada radicaba en las llamativas pinturas vinculadas al modernismo de comienzos del siglo XX, dinámicas formas geométricas, lazos y vegetales de intensos colores en azul cobalto, verde, amarillos y rojo.

"La desidia del ayuntamiento de Tarazona, que a la postre consistió tal desafuero, y la prepotencia del dueño, han provocado que perdamos este patrimonio único en la ciudad del Queiles", explican desde Apudepa. Un caso parecido ocurrió en Casp/Caspe en el año 2012 en el antiguo hotel Latorre, finalmente derribado.

"El derribo ha pasado desapercibido en la prensa local por lo que Apudepa se siente obligada a darlo conocer a la opinión pública. Evidentemente, Tarazona es una ciudad monumental declarada Conjunto Histórico y como tal está obligada a ser exquisita en la conservación de su patrimonio en general y del inmobiliario en particular", recuerdan.

"De no hacerlo así está atentando contra su propio desarrollo social y económico. La cultura que representan los bienes comunes está por encima de los trapicheos de cualquier tipo, vengan de donde vengan, incluidos los de los especuladores con el suelo que tanto mal ha hecho y siguen haciendo a este país. Ahora la fachada modernista la ocupa un murete de tocho como prueba de la vergüenza", concluyen desde Apudepa.

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