La campaña de las elecciones del 21 de diciembre llega a su fin y la incertidumbre es máxima. Las encuestas muestran una reñida lucha por la victoria entre ERC y Ciudadanos, y la imposibilidad por imaginar un escenario el 22 del mismo mes explica a la perfección lo complejo del momento. ¿Podemos vaticinar lo que va a pasar? La respuesta es que no pues en Catalunya todavía hay 600.000 personas que no han decidido aún el sentir de su voto. Con todo existen algunas claves para la reflexión.
Los tres bloques y la llave de gobierno
Pese a que existen muchas posibilidades en el panorama político catalán, actualmente parece que tres son los posibles bloques factibles en base a las sumas de escaños. Al menos eso es lo que los distintos líderes políticos han dejado entrever durante la campaña.
El primer, bien conocido, es el bloque independentista. Tras el impacto de la represión del Estado español contra Catalunya, algunas posiciones dentro de ERC, Junts per Catalunya -antiguo PDeCAT- y la CUP se han replanteado.
La formación anticapitalista sigue considerando la vía unilateral como única opción para luchar contra lo que considera un “Estado demofóbico”. Sin embargo, del mismo modo que ERC y Junts per Catalunya, los plazos para proclamar la independencia -esos 18 meses- han dejado de ser una exigencia. “La implantación de la República será un largo proceso”, señalan desde la CUP.
Por su parte, republicanos y moderados parecen haber renunciado a la vía unilateral, y ahora son más conscientes que nunca de que la base social para declarar la independencia debe ensancharse. Para ello es necesario sobrepasar los 68 que dan la mayoría del Parlament y el 50% de los votos. O eso, o conseguir que Podem y los comunes respalden el proceso de autodeterminación o al menos el proceso constituyente.
El segundo de los bloques es el del 155. Ciudadanos, PSOE y PP en el mejor de los casos sumarían justos, 68 escaños. Pese a que Miquel Iceta ha expresado que no tiene intención de pactar con el PP, lo cierto es que resuena el fantasma de lo ocurrido el Euskal Herria, cuando un gobierno de minorías hizo lendakari a Patxi López.
Resulta muy improbable que las tes formaciones lleguen a esa cifra que da la mayoría. Por eso, durante esta campaña se ha producido algún tanteo hacia Xavi Domènech, el candidato de la izquierda constitucionalista.
El tercer de los bloques es el que todo el mundo llama “tripartito” en referencia a la alianza que tejieron ERC, PSC E izquierda Unida hace años. Todos los implicados han dicho que no había lugar para pensar en esta posibilidad, pero una cosa es la campaña y otra muy distinta los pactos.
En todos los casos es evidente que la clave de gobierno pasa por Catalunya en Comú-Podem, pese a que la formación promete registrar unos resultados bastante malos -entre 9 y 11 ecaños-.
¿El dopaje de Ciudadanos?
Las grandes cabeceras de los diarios del Estado español dan por bueno el aumento sin parangón del partido liderado por Inés Arrimadas. Su crecimiento, sugieren esos rotativos, se produciría por la transformación de la llamada “mayoría silenciosa” en “mayoría a secas”, y por la caída del Partido Popular de Albiol.
La formación naranja se caracteriza por sacar siempre peor resultado en las urnas que en los sondeos. En las elecciones del Estado español, pese a que Albert Rivera parecía que iba a representar una amenaza para Mariano Rajoy, finalmente tuvo que conformarse con el papel de muleta.
¿Podría suceder lo mismo actualmente? ¿Podrían estar las encuestas siendo el reflejo de la campaña mediática favorable que está viviendo Inés Arrimadas? Además de contar votos, las estadísticas tienen en cuenta -eso que llamamos la cocina- el estado de ánimo generalizado de la opinión pública y la opinión publicada.
Los días anteriores a las elecciones, diarios como El País lanzan artículos con títulos que no dejan lugar a dudas: “Ciudadanos o ‘el cambio real’” o “Ciudadanos celebra su acto más multitudinario a la conquista del área metropolitana”.
Al fin podría ser que Ciudadanos no obtuviera la representación que se espera. Las urnas dirán; de momento solo podemos afirmar que los de naranja van montados en un coche trucado.
La minoría silenciosa fascista
Lo que hace algunos años era contemplado llanamente como fascismo o ultraderecha, actualmente ha conseguido penetrar en el imaginario social español. Del mismo modo, algunas fuerzas en Catalunya también se han acercado a esos postulados, aunque esas mismas formaciones dirán que han sido los simpatizantes de la ultraderecha quienes se han acercado al PP y a Ciudadanos. el huevo y la gallina.
El periodista de la Directa Jesús Rodríguez afirmaba para el diario El Salto que “históricamente siempre había cinco candidaturas de la extrema derecha: las dos falanges, Democracia Nacional, Movimiento Social Republicano y Plataforma per Catalunya, en esta ocasión no se presentan”. “Es una estrategia conjunta de sumar votos y que no se pierdan para Ciudadanos o el PP, por primera vez la extrema derecha se siente representada por Ciudadanos o por el PP”, proseguí el periodista catalán. “A pesar de ser minoritarios, tienen un papel dinamizador, de liderazgo y de marcar relato en las calles de Catalunya en los últimos meses y eso condiciona lo que dicen los líderes del PP y Ciudadanos (...) La extrema derecha pedirá después, qué hay de lo mío. No van a tener un papel meramente decorativo. Creo que después de las elecciones van a pedir algo a sus representantes”.
La cita interesante y por eso reproducida en su integridad, demuestra el proceso de ultraderechización que están viviendo los partidos de derecha españolista en Catalunya y explica una bolsa de votos que si bien minoritaria, en manos de un partido mayoritario resulta determinante. Recordemos que, en las elecciones catalanas de 2011, Plataforma por Catalunya alcanzó los 82.000 votos en todo el territorio.
El miedo como arma política
El 18 de diciembre el diario Público afirmaba que “Instituciones penitenciarias” había abierto un expediente a Oriol Junqueras y a Jordi Sànchez por “emplear las comunicaciones familiares o las permitidas para su asistencia letrada para difundir mensajes políticos”. El ministro Zoido anunciaba la apertura de estos expedientes "de forma preventiva" con los que quiere asegurarse de que los dos presos no han utilizado las comunicaciones que se les permiten para "difundir mensajes con otros fines".
Esta kafkiana noticia se suma a las muchas privaciones que está viviendo el independentismo. Desde la prohibición de símbolos como el color amarillo hasta, claro está, el encarcelamiento de políticos. Del mismo modo, en el debate que tuvo lugar en La Sexta el pasado 17 de diciembre y en el que estuvieron ausentes Junqueras y Puigdemont, se vio a los representantes de ERC y Junts per Catalunya debatir sosegadamente. Se ha interpretado esa postura como una reducción de la marcha del independentismo no anticapitalista, pese a esto, también puede interpretarse como el miedo de esos representantes a no acabar en prisión. Cabe recordar que Carles Mundó de ERC asistió al debate cuando todavía tiene una causa pendiente de dirimir en el Tribunal Supremo.
El Gobierno español de la mano de las instituciones judiciales y policiales del Estado está empleando todas las herramientas que tiene a su alcance para acabar electoralmente con el independentismo. Eso que se formula rápido en unas pocas líneas, es a todas luces ilegal pues supone una clara prevaricación entre cuerpos políticos y cuerpos jurídicos.
Soraya Sáenz de Santamaría, en unas declaraciones del pasado 16 de diciembre, presumía de que fueron Mariano Rajoy y el Partido Popular quienes hicieron que Oriol Junqueras, entre otros y otras, terminara en la cárcel.
Aunque Junts Per Catalunya ha anunciado que llevará a la vicepresidenta ante la ley por prevaricación, difícilmente su denuncia será escuchada. Si antes el PP tenía algún reparo al afirmar que no era el Gobierno sino la ley “libre de injerencias políticas” quien había encarcelado al independentismo, actualmente la formación de Rajoy se siente ampliamente legitimada para presentarse como el partido alfa de la política española; por mucho que eso sea ilegal.
El efecto Fachín
Todo el mundo recordará como salió espoleado el líder de Podem Catalunya, Albano Dante Fachín, de la formación morada. Fue Pablo Iglesias quien lo "ayudó" a abandonar el partido.
En los últimos tiempos el anticapitalista se había acercado peligrosamente al independentismo y sus tensiones con Lluís Rabell o Joan Coscubiela eran públicas y notorias.
Tras su marcha de Podem Catalunya Albano Dante Fachín no ha dejado de trabajar, ahora al servicio de las formaciones de la izquierda independentista. Se le ha visto en mítines tanto de ERC como de la CUP, ha desvelado que Pablo Iglesias le dijo "tenemos que rezar para que el 1-O no haya referéndum" y el pasado 15 de diciembre publicaba un vídeo en Youtube explicando los motivos por los cuales el 21 de diciembre votaría a los partidos independentistas.
Todas y todos los candidatos graban vídeos que luego cuelgan en la plataforma de videos propiedad de Google, sin embargo, la anomalía de este vídeo que dura nada menos que 12 minutos es que con el título “Mensaje URGENTE a los 600-000 indecisos del 21D” ha llegado a ser visualizado por más de 700.000 internautas. ¿Es significativa la cifra? Probablemente tendrá que llegar el 22 de diciembre para saber si Albano Dante Fachín ha ayudado a las listas independentistas de izquierdas a engrosar su electorado. Lo que está seguro es que comunes y Podemos van a odiarlo eternamente.